~18~ Sobrevivir

48 12 0
                                        

🔹 Skyler 🔹

Aprieto los ojos y afirmo mi cabeza en la persona que aún me cargaba.
No sé hace cuánto rato que me recogió del río. No sé si han pasado días o tan solo minutos desde lo sucedido con Blair. Estoy muy mareada y sin fuerza alguna para luchar.

Levanto mi mano lentamente logrando tocar la tela de su brazo, y abro con dificultad los ojos soltando un quejido por el dolor que recorre en todo mi cuerpo.

—Tranquila Sky, estoy buscando algo para poder ayudarte —la voz de Zain me tranquiliza un poco y me caliento en su pecho, ya que comenzaba a sentir la hipotermia por la humedad de mi ropa— Tienes una herida muy fea en la pantorrilla, se humedeció con el agua, y tú piel comienza a pudrirse. Necesitamos buscarte algo urgente.

—Blair... —trato de modular, pero la voz me sale en un susurro.

—No pierdas energía. Llevas muchas horas débiles.

—¿Cómo...? —intento hablar.

—Es una larga historia. Pero debemos salvarte. Necesito que ayudemos a Blair. Está mal, no podemos permitir que gane su lado oscuro —Quedo totalmente confundida. ¿Él sabía todo?

Iba a hablar nuevamente, pero pierdo la consciencia por un momento.

—Sky... Skyler por favor... —siento unos golpecitos en el rostro— Sky despierta —abro lentamente mis ojos, y mi mano cae chocándose con el frío suelo. El cielo ya completamente oscuro.

¿Acaso paso un día entero? El día recién comenzaba cuando hablé con Blair.

—Oye —me mueve de la rodilla para volver a la realidad, y me invade un enorme miedo al ver mi pierna amarrada con mi mismo pantalón roto.

—Zain... —me empiezo a desesperar— Zain, no siento mi pierna —lloro— No siento mi pie —lo tomo de la chaqueta con desesperación.

—Sky, relájate por favor —me pide— Estás congelada, y tu pierna dañada y con una infección.

—No... —Apoyo mi cabeza en el árbol que estaba apoyada, y este limpia mis lágrimas con amabilidad.

—Mira, encontré una casa —me apunta detrás de el— Creo que está sola, y debe estar más templada que aquí afuera. Solo necesitamos cercar tu ropa y descansar un poco. Me las ingeniaré para ver qué hago con tu herida, y... No lo sé.

—Gracias —asiento débil, y con su ayuda me pongo de pie. Me dejó cargar nuevamente y entramos a la casa.

La puerta estaba cerrada, pero sin seguro, por lo que entramos.
A simple vista se observaba una sala, con un sillón algo desgastado, y unos tarros de comida vacíos sobre una mesa.

Zain me ayuda a recostarme en el sillón, y se levanta la sudadera para tomar su camiseta y rajar la parte baja de ella.

Hace una mueca al ver mi herida antes de comenzarla a vendar con la tela.

Se sienta en el apoyabrazos del sillón, y me observa triste.

—No sé dónde estamos, perdí mi teléfono cuando bajé apurado el cerro para recogerte. Necesitamos ubicarnos y pedir ayuda, o simplemente saber dónde ir para cargarte hasta la carretera —habla apurado, mirando su alrededor temeroso.

—Necesito abrigarme... —comienzo a temblar desesperadamente, y este reacciona quitándose la sudadera y ayudarme a ponérmela.

—Vamos a salir de esta. Confía en mí —me asegura.

—No quiero morir... —vuelvo a sentir esa enorme angustia.

—No vas a morir. Tu y yo...

—¡Lo odio maldita sea! —Miro a Zain con sorpresa, y no sé en qué momento me senté alterada —¡Muéranse todos! —reacciono poniéndome de pie, y con alguna energía corro por el pasillo de la casa afirmándome con las paredes para no caer. Rápidamente Zain aparece por detrás sujetándome.

ARCANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora