Capítulo I

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- ¿Has hablado con Mike? - Me preguntó mi mejor amigo.

Me gire a verlo frunciendo el ceño ante la exasperación que él me había provocado.

- ¿No ves que estoy ocupado? - Dije abrumado.

Él puso los ojos en blanco por el tono de exasperación en que lo dije.

- Estás con abstinencia ¿no? - Volvió a teclear en la computadora.

Teníamos que terminar un trabajo para Mike, nuestro jefe, y apenas íbamos por la mitad.

Creo que ya llevaba fumándome 5 cigarrillos, porque necesitaba de la nicotina que contienen para calmarme.

Win ; es uno de esos amigos que ya no se encuentran tan fácilmente.

Llevamos viviendo juntos aproximadamente 2 años y hemos estado juntos en todo desde que nos conocimos en la Universidad, hace poco conseguimos un empleo en la gran empresa Jazz y no debemos desaprovecharlo.

- ¿Podrías mover tu lindo trasero y ayudarme? - Dijo Win.

Lo miré y tiré la colilla de mi sexto cigarro al tacho, me puse de pie y me acerqué a él, poniendo atención en la pantalla blanca y brillante de la computadora.

- Los números del consumidor final están mal. - Dije apretando los dientes, Win suspiró frustrado.

- ¿Puedes hacerlo tú? No doy más. - Espetó y se levantó de la silla, cogiendo un cigarrillo.

Me senté y me fijé minuciosamente en aquellos números, comenzando a hacer cuentas en mi cabeza.

¿Por qué tiene que pasarme todo esto a mí? Solo soy un muchacho, que con sus pocos años, tiene todo para ser grande en la vida. ¿Qué necesidad tengo de rebajarme a hacerle trabajitos idiotas a un idiota adicto a los videojuegos y que es un imán para los accidentes? Creo que estoy demasiado estresado, hace aproximadamente veinticuatro semanas que no tengo sexo, básico y muy necesario para la vida, al menos para la mía, pues es capaz de quitarme hasta los dolores de cabezas más intensos.

Y no lo tengo, estoy más solo que un perro.

- Terminé. - Le informé a mi amigo, quien se incorporó del sillón y dejó a un lado el cigarrillo.

- Gracias a Dios Saint . - Dijo y se acercó a mí - Alista todo y vámonos a casa, muero por recostarme en mi cama.

Saint para los amigos. Mi nombre completo es Saint Suppapong , tengo 22 años. Soy un joven independiente, sociable, Guapo , coqueto, un poco testarudo, algo atrevido y sobretodo un muchacho bastante sensual.

No es que sea egocéntrico ni me crea la última Coca Cola en el desierto, pero todos los hombres con los que he estado me lo han dicho.

Y sí, también soy gay.

Soy un simple muchacho al que, el día de hoy, se le cruzó por la cabeza hacer algo para su bien.

Estoy pensando en venderle mi alma al diablo, a cambio de tener todo en la vida... o bueno... la verdad aún no sé bien a cambio de qué.

Como si eso pudiera pasar.

- Win... - Lo llamé y mi pelinegro amigo se giró a verme.

- Dime - Preguntó. Sonreí levemente.

- ¿Qué pasaría si decido venderle mi alma al diablo?

Inmediatamente tomó la cruz que colgaba en su pecho, él es muy creyente, y esas clases de temas la alteran tanto así que puede terminar rezando tres rosarios y como veinte padres nuestro.

- ¡Ojalá se te caiga la boca, Saint Sup! - Soltó y tocó su pecho izquierdo, que significa deshacer lo que has dicho, o eso dice él.

- ¿Pero qué tiene de malo? - Le pregunté divertido.

- Sabes lo que pienso sobre eso, prefiero tener a las parcas frente a mí antes que al señor rojo. - Dijo y yo reí por lo bajo. Me puse de pie y lo miré fijo.

- Pues... le venderé mi alma al diablo, por algo que no sé bien aún. - Dije elevando un poco mi voz.

- ¡Cállate! - Me dijo fuerte y reí con ganas.

- Vamos Win, por el amor de dios, ¿Qué podría pasar? o qué ¿Se me va a aparecer en un callejón o algo? - Le pregunté divertido, mi amigo simplemente negó con la cabeza.

- Nunca subestimes a lo que no conoces Saint , nunca. - Me dijo y se fue hacia la pequeña cocina de la oficina.

-Que molesto. - Dije en voz baja y terminé de acomodar todo.

La noche se hizo larga. Vivir en el centro de Bangkok no es lo más recomendado para las personas que sufren de ataques al corazón, ataques de asma o ataques de algún otro tipo, pues muy ruidosa y por ende algo peligroso.

Vivimos en la calle Thewet cerca a  Bukchang-dong, en un lindo departamento, pero que ya nos está quedando pequeño.

Al día siguiente desperté al oír al maldito tren que pasa a la misma hora todas las mañanas, a unos metros de nuestra casa, entré al baño y me di una refrescante ducha, cuando salí desperté a mi amigo para partir hacia el trabajo.

Estar atrapado dentro de un traje de oficina es lo más incómodo del mundo, por lo menos para mí.

- Tengo que ir por Mike, nos vemos en la oficina. - Dijo Win y se despidió de mí.

Él cruzó la calle y yo seguí de largo, antes de llegar a mi destino, me detuve en Starbucks a comprar mi rico café mocha de todas las mañanas.

Mis zapatos hacían un ruido muy molesto que hacía un tipo de eco ya que la calle estaba bastante desolada, lo cual me pareció un poco extraño, pero le resté importancia. Pero de pronto, sentí que me seguían y mi corazón comenzó a latir más rápido, di vuelta, pero no había nadie.

Seguí mi camino y apuré el paso, me estaba entrando cada vez más miedo.

Decidí doblar por un callejón para cortar camino.

Mi respiración se agitó al sentir la presencia de alguien allí.

Me di vuelta para mirar atrás de nuevo y no había nadie.

Giré para volver a mi camino y...

- ¡Ay, por Dios! - Solté espantado al chocarme con alguien.

- ¿Por qué siempre lo nombran a él? - Escuché que alguien preguntó. Me alejé un poco para poder mirar bien.

Completamente vestido de negro, ese hombre era un dios en vivo y en directo.

Sus ojos brillosos le daban cierta ternura, pero ello no le quitaba lo sexy y candente. Sus rojos labios eran tan atrayentes y mordisqueables, de cabello negro y buena presencia.

- ¿Quién eres? - le pregunté después de unos segundos de observarlo.

- Hola precioso, me dijeron por ahí que ayer me estuviste buscando. - Me dijo y yo fruncí el ceño. Él sonrió de lado e hizo que un calor recorriera mi cuerpo.

En aquel callejón hacía demasiado calor, y más aún cuando lo miraba.

- ¿Qué? - De una manera inexplicable para mí, él se colocó a un paso de mi cuerpo.

- Un gusto, soy el Diablo.

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Holi ^^ bueno.. Aqui les traigo otra historia.. Que a decir verdad es una historia muy buena! Espero les guste!
Lamento haber borrado este capitulo.. La razón Esque me equivoque de personaje.. Mil disculpas :(

Quiero vender mi alma al diablo [ZaintSee] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora