Capítulo Especial "Un Gusto Soy El Diablo"

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-----Dos años después-----

*Saint POV*

- ¡ Zelin Sup Pruk ! - la reprendí.

Se giró a verme. Tenía los ojos y sonrisa de su padre. Tenía mi pelo y mi nariz. Era la niña más hermosa que podía existir en este mundo.

Sonrió mostrándome todos los dientes que tenía. Era tan pícara, sabía cómo derretirme.

- ¿Qué te ha dicho mamá de hacerle cosas al gato? - le pregunté.

Tomé a nuestra pobre mascota, que otra vez estaba cambiada de color y la lleve a la habitación de al lado.

- ¿Papi? - me dijo buscándolo con la mirada.

-Ya debe estar por llegar - le dije.

Se puso de pie y comenzó a caminar hacia mí. La miré sin poder creerlo, estaba dando sus primeros pasos.

Zelin Sup tenía apenas 1 año y tres meses. Aún era muy chiquita, y ya hacía varias cosas que los demás bebes no podían hacer. Como por ejemplo mover cosas, cambiar de color al gato y jugar con su padre a hacerme enojar.

Aun no puedo creer que ya hayan pasado dos años desde que mi vida cambió por completo. Que cambió por unas pocas palabras que dije una noche: 'Le vendo mi alma al diablo...'

La puerta de casa se abrió.

- ¿Acaso estás pensando en venderme tu alma de nuevo? - me preguntó entrando.

Sonreí al verlo. Estaba llegando del trabajo, ¿Pueden creerlo? Decidió hacer lo que hacen los hombres normales. Trabajar y ganar dinero para la familia.

Además de llegar a un acuerdo con Dios. Zee dejó de ser el Diablo. Ahora solo era otro humano más en esta tierra. Aunque aún conservaba sus poderes. Raro ¿No?

Zelin Sup lo miró y sin pensarlo caminó hacia él.

- ¡Mira, está caminando, precioso! - Me dijo cuando mi pequeña estuvo cerca de él y la alzó en brazos - Hola princesa.

- Es una bebé muy inteligente. Y ha cambiado de nuevo al gato - le dije recordando aquello.

Con nuestra hija en brazos se acercó a mí y depositó un suave y delicado beso en mis labios.

- Sabes que no puede controlar sus poderes aún - dijo y la dejó en el suelo de nuevo.

- ¿Cómo te ha ido en el trabajo? - le pregunté y me acerqué a abrazarlo. Coloqué mi cabeza en su pecho.

- Como siempre. No me faltan ganas de hacerle algo, al pesado de Mike.

- Ya lo hablamos Zee. Nada de cosas malas en el trabajo, ni en casa.

- ¡Pero es insoportable! - me alejé de él.

- Lo sé, tuve que soportarlo - le dije.

Se sentó en el sillón y me hizo una seña para que me sentara sobre sus piernas. Me senté sobre él y acomodé su cabello. Lo miré fijo a los ojos, y el fuego ardió en mí. Él sonrió de esa manera que tanto me gusta.

- Llamé a Jenni, para que viniera por Zelin- me dijo.

Como detesto que sepa en lo que estoy pensando. Giré la cabeza para ver a nuestra bebé. Jugaba entretenida con sus cosas, e intentaba hacer algo que yo no entendía.

- ¿Y para qué? - le pregunté haciéndome el tonto. Se acercó a mi oído.

- Para que tú y yo fabriquemos otro bebé. No creo que quieras que Zelin sea hija única y no tenga con quien jugar -me susurró.

- ¿Y acaso le dijiste eso a tu hermana?- le pregunté divertido.

- Pues claro. Dijo que encantada vendría a buscarla para que juntas hicieran el trabajo de ella.

- Zee, sabes que no me gusta que haga esas cosas.

- Saint, bebé, sabes que Zelin Sup no es una bebé común. Y además Jenni dice que a las personas les gusta verla antes de morir. Les da como una sensación se paz. Aunque no entiendo porque.

- Podrá ser la hija del ser más temido del mundo. Mejor dicho, del ex ser más temido del mundo. Pero te aseguro que ella no tiene nada de tenebrosa.

- Ya verás cuando crezca lo tenebrosa que será - me dijo divertido.

La puerta sonó dos veces y mi cuñada entró por ella. Zelin la miró y rio divertida para luego estirar sus brazos en petición de  Jenni. Le encantaba ver a su tía. Yo no entendía muy bien el porqué. Jenni sonrió y la alzó.

- ¿Cómo está la bebé más linda? - le preguntó.

- Hola Jenni - la saludó Zee.

- ¿Cómo estas hermanito? Hola Saint - me dijo y sonrió - Bueno esta bebé y yo ya nos vamos porque creo que ustedes dos tienen varias cosas que hacer.

- Ya lo tienes claro hermanita- dijo Zee. Lo golpeé levemente. Él rio.

- Si se pone irritada, tráela Jenni - le dije.

- Quédate tranquilo, nosotras sabemos cómo divertirnos. Adiós - dijo y desapareció con ella.

El silencio se hizo presente en la casa. Yo aún estaba sentado sobre sus piernas. Acaricié sus cabellos y luego bajé mi mano a su camisa.

Desabroché los primeros cuatro botones.

- Ya no puedes aguantarte ¿Verdad? - me dijo.

- Sólo te pongo un poco más cómodo - dije divertido.

- No te hagas cielo, si te encanta que te haga el amor.-me dijo con una sonrisa coqueta, acariciándome el muslo.

- ¿Y cómo no me va a encantar? Si por donde pasas tú, pasa el fuego.-susurré en su oído, sintiendo sus grandes manos en mis muslos.

Rápidamente lo besé, con necesidad y deseo. Quería sentirlo piel con piel, sentirlo dentro mío, haciéndome el amor apasionadamente mientras dice que me ama.

No tardamos mucho en terminar desnudos sobre nuestra cama, después de que usara sus poderes para transportarnos a nuestro cuarto para estar más cómodos.

Tocó cada rincón de mi cuerpo y murmuró sobre mi piel palabras en su idioma natal que me excitó más, sobre todo por la voz grave que le creaba hablar en su idioma. Besó mi cuello, mis labios, mi pecho. Volví a sentirlo adentro, lento, suave, rápido y bestial. Volvió a hacerme el amor, a tocar hasta lo más profundo de mi alma con sólo sus toques, sus palabras.

Perdí la cuenta de cuantas veces nos amamos en esas horas, de cuantas veces fuimos uno, de cuantas veces gemí su nombre y grité hasta el cansancio.

Lo único que sé con exactitud fueron las palabras que Zee me dijo al terminar:

-Un gusto soy el diablo.

----Fin. -----

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Gracias a todos por leer esta bellísima historia. Me gustaría invitarles a leer también las demás que escribí.

Quiero vender mi alma al diablo [ZaintSee] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora