"Por favor no."

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Matthew.

He venido a visitar a la abuela, y para mi sorpresa al estacionarme, me encontré con un auto en la entrada.
Baje de mi auto y toque la puerta, mi tía Lore me recibió con un abrazo y un beso en la mejilla, me dejo pasar pero se le notaba rara.
Me dirigí a la cocina encontrándome a la abuela de espaldas preparando algo en la estufa, quizás sea la sopa de fideo que me prometió la última vez que vine, pero no, al olfatear el olor de la cocina me di cuenta que estaba preparando huevos.

-. Hola abuemag. – salude con entusiasmo.

-. Matthew, cariño, que sorpresa verte por acá, no te esperaba.

-. Pero cómo es eso posible abue, si apenas vine la semana pasada y te prometí venir el jueves. Es más me prometiste cocinar la sopa de fideo que tanto me gusta.

-. Que raro, debí olvidarlo, pero ya que estás aquí que te parece di me ayudar a cocinar te esa sopa. – me propuso alegre.

-. Sopa de fideo, yo me apunto. – la tía Lore entró a la cocina y comenzó a sacar lo necesario para la sopa.

Comenzamos a preparar la sopa entre risas, y charlas del pasado, hablamos sobre mi beca y el futuro que esperaban para mi.
Después de un rato nos sentamos en la mesa a charlar, la tía Lore miraba preocupada a la abuemag, a la cual por cierto aún seguían olvidándose algunas cosas de la conversación o la conversación en si.
Después de comer, salimos la tía Lore y yo al jardín mientras la abuemag tomaba un baño y descansaba, charlamos del tiempo perdido, pero la seguía viendo preocupada así que decidí preguntar.

-. Tía, ¿está todo bien?

-. Ay Matthy – soltó un suspiro y giró a verme con un semblante triste – mamá te comentó que la llevé a sus chequeos.

-. ¿Paso algo malo?

-. No al contrario, todo salió a la perfección es solo que... – la tía Lore guardo silencio como si estuviera tratando de buscar las palabras adecuadas para poder contarme – cuando la lleve el doctor y yo comenzamos a notar que ciertas cosas las olvido, ¿cuando viniste a visitarla no la notaste como perdida?

-. De hecho si, y quería platicar con usted de eso, la abuela suele tener buena memoria, pero últimamente olvida las conversaciones, y hasta olvido que la visitaría el día de hoy. Quisas sea algo propio de la edad y el cansancio le este afectando.

-. Matthew querido, hoy lleve a tu abue a otro chequeo, y tengo algo que decirles a todos

-. ¿Decirnos que?, vamos no puede ser tan malo comienza conmigo y será menos difícil.

-. Matthy, tu abuela tiene principios de Alzheimer. Y como bien se sabe esa enfermedad...

-. No tiene cura. – dije terminando la oración. – ¿Ella ya lo sabe?

-. Si, supongo que no te dijo nada para no preocuparte.

-. Por favor, déjame ir a hablar con ella, necesito que sea ella quien me lo confirme.

La tía Lore, me abrazo y yo solo hundo mi cabeza en su pecho, después de tranquilizarme me permitió ir a hablar con la abuela y eso hice.
Entre en su recámara y la encontré se tarda en la cama colocándose sus sandalias, me acerqué y se las puse después la acompañé a la cocina donde me ofreció una taza de chocolate la cual acepté, la miré de espaldas mientras estaba sentado en la mesa, cuando ella se sentó y me ofreció mi taza sabia que era hora de hablar.

-. Abuemag, ¿hay algo que me quieras decir?

-. Veo que tu tía te lo ha contado. – dijo retirando la taza de chocolate de sus labios.

-. ¿Entonces es verdad?, por favor no me digas que lo es. – suplique mirándola a los ojos.

-. Lo siento cariño, pero es verdad.

-. Por favor no, tu no abuemag.

Mis ojos comenzaban a picar señal de que el llanto llegaría, la abuela se paró de su silla y fue hasta donde yo estaba para abrazarme, le correspondí el abrazo comencé a llorar, la vida era muy injusta porque mi abuela, porque las personas que me importan están destinadas a olvidarme, primero Hella y ahora mi abuela.
La abuela levantó mi mentón para que pudiera mirarla y comenzó a borrar todo rastro de lágrimas de mi rostro, pero era inútil no paraban de salir.

-. No quiero que me olvides abuemag.

-. Cariño, si tu me ayudas no olvidaré.

-. Primero Hella y ahora tú, la vida no para de darme baches en el camino.

-. Mi niño, por favor, no llores tienes que ser fuerte para que esa chica tan linda te recuerde, y para que me ayudes a mi a recordar.

Abracé a la abuela, me sentía completamente destruido en este momento, la abuela al no poder calmarme solo me dejo llorar un poco más en su hombro hasta que me logre calmar.
La abuela la tía Lore y yo nos fuimos a la sala para mirar un poco la televisión, me quedé en todo momento junto a la abuela, ella no paraba de acariciar mi cabello, así estuvo durante un buen rato hasta que me quedé dormido.

Él Anónimo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora