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6:23h de la mañana. Zonic era claramente consciente de que tenía que levantarse. Pero seguía allí bajo las sábanas, medio dormido. Sus párpados aún le pesaban, sus ojos no querían abrirse todavía. "Cinco minutos más", repetía en su mente como excusa para tener un rato más de descanso. El sueño comenzó a hacerse más pesado al sentir suaves caricias en sus púas. Pasó a percibir una mano rozar su piel, tocando delicadamente la zona de su nuca. Él ladeó una discreta sonrisa. Aprovechando la desnudez de la parte superior de su cuerpo, aquella mano empezó a bajar suavemente, rozando con la punta de los dedos cada milímetro de su espalda y pecho. Él no hizo más que suspirar un par de veces.

- Amor... -dijo casi inaudible. La temperatura de su cuerpo se elevaba. Imaginaba el rostro de su novia, con una mirada tierna, dándole esas suaves caricias que inconscientemente le estaban volviendo loco. Solo había un pequeño problema: su novia no estaba allí. Recordaba perfectamente el momento en el que se despidió de Zamy tras la cena. Entonces, ¿quién le estaba tocando?

Levantó sus párpados azules. Vio a algo de un color claro, aunque estaba un poco borroso. Parpadeó una par de veces. De esta vez distinguió mejor la figura. Era algo de color cian y morado, con varias curvas. No tenía bien claro que era lo que estaba frente suya, por lo menos hasta que sus ojos se posaron en unos iris dorados. Cuando se dio cuenta, pegó un grito y de un salto salió de la cama.

- ¿¡Sky!? ¿¡Qué rayos estás haciendo aquí!? ¿¡Cómo has...!? -comenzó a cuestionar alterado.

- Cálmate, tranquilo...

- ¿Tranquilo? ¿¡Cómo quieres que esté tranquilo!?

- ¡Cálmate y baja la voz! -le dijo la eriza poniéndose de pie- Vas a asustar a los vecinos.

- Bien... -hizo un intento de relajarse.

- Estás muy estresado -se acercó y le tocó el hombro- Deja que... 

- ¡No! -la apartó bruscamente- Lárgate de aquí -ordenó con el ceño fruncido.

- No sin antes acostarme contigo -sentenció.

Zonic fue jalado con fuerza de su brazo izquierdo. La eriza le empujó, le hizo caer encima de la cama y seguidamente se subió en su regazo para regalarle besos en el cuello, todo esto en cuestión de segundos. Él se forzó a sí mismo a no caer ante la tentación en forma de mujer que tenía sobre su cuerpo.

- Pa-para... Sky... -decía entre suspiros- No... Para -seguía insistiendo, pero ella no se detenía. Y él tampoco ponía mucha resistencia. Aunque bien sabía que eso no era correcto, una parte de él quería enredarse con ella bajo las sábanas. Su deseo aumentantaba con cada roce, cada caricia, cada beso. Cuando sintió la húmeda y caliente lengua deslizarse sobre su abdomen, su mente empezó a idear excusas. ¿Y si Zamy no le pillaba? ¿Pasaría algo si su novia no se enteraba? "Te prometo, te juro que no volverá a pasar...", recordó la promesa que había hecho ayer mismo. Sería un hipócrita si no fuese fiel a su palabra."Te demostraré que puedes creer en mí".

Antes de que la cosa fuese a más, volvió a apartarla de manera brusca. Se levantó inmediatamente, mientras que la eriza seguía encima del colchón.

- ¡Ya es suficiente! -le dio la espalda, así evitando dirigirle la mirada para no despertar más sucios pensamientos-. No puedo hacer esto. No sé cómo has entrado en mi casa y me da absolutamente igual. Solo quiero que te vayas -dijo enfadado-. Me niego a serle infiel a mi novia. Zamy no se merece esto.

- Pero...

- Vete y ya -le cortó-. No quiero oírte.

- Yo sé que en el fondo me quieres a mí -musitó con una lágrima rodando de sus ojos.

Zone Cop. Misión de Alto Riesgo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora