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6 meses después...

Se sujetaba a las barras como si su vida dependiera de ello. Cada paso que daba, sentía sus piernas temblar como gelatina y creía que caería al suelo al dar el siguiente paso.

- Eso es, lo estás haciendo muy bien -le animaba su terapeuta a no rendirse.

Y pensar que antes era el corredor más rápido de la Zone Cop... Ahora ni siquiera podía moverse sin una silla de ruedas. La gente a su alrededor se alegraba por él. Su familia, sus amigos... todos le recordaban lo que había logrado hasta ahora en su recuperación. Pero él últimamente se machacaba a sí mismo por no avanzar aún más rápido. Se sentía frustrado, ya no tenía más paciencia para aguantar esas circunstancias. Quería volver a caminar libremente como los demás.

- No puedo más.

- Jamás te recuperarás con esos ánimos -le dijo la eriza que ahora venía a verle todas las semanas.

Había pasado casi un mes y medio desde el regreso de sus memorias perdidas. Recordar los momentos más trágicos de su vida fue un golpe duro para su estado emocional y, aunque ya había superado su estado depresivo, todavía seguía con un estado de ánimo bastante débil. María, con la meta de descubrir si Zonic era un asesino, comenzó a visitarle en cuanto se enteró de que sus recuerdos habían vuelto. Pero al presenciar con sus propios ojos el sufrimiento del erizo, ella poco a poco olvidó el propósito original de sus visitas. En pocas semanas, una amistad había surgido entre ellos.

- Es más difícil de lo que parece.

- Lo entiendo, pero está demostrado que los que tienen una actitud positiva mejoran con más rapidez. Si cambiaras tu manera de pensar, tu manera de ver las cosas, a lo mejor ya serías capaz de caminar un poco sin apoyarte en esas barras. No seas tan pesimista. Volverás a correr, quizás no tan rápido como antes, pero podrás andar, correr y saltar a todas horas. El esfuerzo valdrá la pena.

- Está bien. Mi madre decía que las mujeres siempre tienen razón.

- Sabias palabras.

Zonic se sentó en su silla de ruedas tras unos minutos más de ejercicios. La eriza tomó asiento en un banco a su lado y le ofreció una botella de agua.

- Necesito salir de aquí. Hace siglos que no veo la ciudad. Estoy atrapado entre las paredes de este hospital.

- Quizás haya alguna manera de sacarte de aquí, aunque sea solo por un día.

- ¿Me ayudarías?

- ¿Yo?

- Sí, tú. No creo que Zhadow esté dispuesto a hacerme un favor como ese. ¿Sabes lo que cuesta conseguir que ese erizo me traiga un chili dog? No lo haría.

- Pero sois familia.

- ¿Y qué?

- Zhadow tiene su lado compasivo, aunque te niegues a creerlo.

- María, ¿estás segura de que conociste al Zhadow de esta dimensión? Espera... -hizo una breve pausa para conectar todos los datos en su cabeza y llegar a la conclusión correcta- ¡No, es peor! ¡Le gustas! Ahora lo entiendo todo.

- Ya lo sé. Has tardado mucho en darte cuenta.

- Increíble.

- Volviendo al tema de antes...

- Bésame.

La eriza le miró estupefacta ante tal petición. Tardó poco en comprender el porqué: el erizo azabache acababa de entrar en la sala de fisioterapia e iba caminando hacia ellos. Zonic había visto la oportunidad de divertirse un rato poniendo celoso a su primo.

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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