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Pasados un par de días, se celebró otra reunión en la sala destinada a ello. Zonic se encontraba allí, sentado en una gran mesa con otros agentes de alto rango, junto con el general.

- ¡Es un plan horrible! No va a funcionar -protestó un equidna rojo. El plan que tenía Zector le parecía ridículo.

- Creo que Znuckles tiene razón. Si queremos que esto funcione deberíamos de trazar otra estrategia diferente -añadió un erizo plateado.

- ¿Y qué sugieren? -cuestionó un erizo azabache, el General.

- Scourge es muy astuto. Probablemente esté planeando robos y secuestros solo para distraernos. Ese erizo tiene algo gordo entre manos. Yo sugiero que mandemos a un equipo de agentes para investigar los pequeños ataques mientras que nosotros nos encargamos de buscarlo -habló Zonic.

- ¿Y quienes serán esos agentes que se encargarán de lo otro?

- Podríamos juntar unos cuantos policías con algún agente de la Zone Cop.

- Bien -concordó-. Zilver, tú formarás ese equipo. Elegirás a sus miembros y serás el líder.

- De acuerdo, General -aceptó el erizo plateado.

- Disculpen -irrumpió la eriza rosa en la sala- Aquí les traigo sus informes -dijo repartiéndolos a sus respectivos dueños- Toma tú café -dijo al erizo azul.

- Gracias Zamy -agradeció tomándolo.

- Estaré en tu oficina. Te veo luego -se despidió en voz baja y se marchó del lugar.

- Te veo luego -imitó el cocodrilo poniendo una voz más aguda. El erizo entendió perfectamente a qué se refería y, por eso, frunció ligeramente el ceño y discretamente le hizo una seña ordenándole que callara.

- ¿Qué pasa? -preguntó cierto camaleón lila al notar la situación.

- Nada, Zespío. Solo le recordaba a Zonic que no puede comerse más de tres donuts de la caja que hay en mi oficina -dijo.

- Znuckles rompió esa regla hace tiempo -comentó un camaleón lila.

- Esas normas solo le afectan a Zonic -dijo en protesta el equidna rojo.

- Yo creo que acabará incumpliéndola -añadió Zector. Mientras el erizo azul solo bufaba en señal de molestia.

- Caballeros, concéntrense. No es momento de decir estupideces-reprendió el General, haciendo que todos se callasen-. Tenemos mucho por hacer. Dejen esos temas absurdos para el descanso.

[...]

Tan pronto como aquello terminó, volvió con rapidez a su despacho. Era cierto que tenía otras tareas de prioridad por hacer, pero sus ganas de sentir los dulces labios de la eriza rosa eran incontenibles. Zonic se preguntaba constantemente por qué de repente le atraía tanto esa eriza. ¿Acaso su cuerpo le estaba pidiendo incoscientemente satisfacer sus deseos masculinos? No lo tenía muy claro, aunque no descartaba la opción. Sin embargo, no cabía duda de que le gustaba Zamy. No podía negarlo. 

Rara vez habían surgido en él sentimientos hacia algunas mujeres. Siempre había tratado de evitarlo, pues simplemente no quería problemas... o posibles pérdidas.

Entró en su oficina. La eriza rosa estaba dándole la espalda, organizando unos papeles de su escritorio. Se acercó a ella y la abrazó con lentitud. Zamy se estremeció un poco al sentir un par de manos rodeando su cadera. Extrañamente le gustó el tacto, tanto que dio un leve suspiro. El cobalto notó que le había agradado y, por lo tanto, prodeció a apartar alguna de sus púas de color rosa y le dio darle un beso en el cuello.

Zone Cop. Misión de Alto Riesgo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora