Memorias • Lizkook

O5 장

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No se lo dije en ningún momento, pero estaba bien seguro de que si Kai la había engañado era porque ella le hizo lo mismo a Jennie, hace años atrás. De eso se trata la vida, uno cosecha lo que siembra... y eso fué lo que ella sembró desde adolescente.

Todavía no podía creer que había tenido un hijo, de todos modos, porque jamás pude verla de ese modo: como una adulta que se hace responsable de la vida de un hijo.

Lo peor de todo, quizás, era que ella quería apartar al bebé de su papá. No es que yo lo quisiera al tipo, ni nada de eso... era solo cuestión de no generar un trauma en la vida de mi sobrino. Porque déjenme decirles, que la falta de un padre o madre durante la niñez, te marca para siempre.

Estaba ordenando un poco mis cosas en mi antigua habitación, cuando ella entró, solo que esta vez sin Minho.

-¿Ya se durmió?

-Si, estaba cansado.

-Te felicito por él, sabes? Es un bebé hermoso.

-Muchas gracias.. -sonrió. -y gracias también por estar dispuesto a darme una mano.

-De todos modos tenemos que conversar bien sobre cuál va a ser nuestro objetivo.

-Jungkook, yo fui muy clara.

-No seas caprichosa, por Dios. No estamos hablando de ti, ni mucho menos de Kai... estamos hablando de Minho, tu hijo, al que se supone que tienes que criarlo de la mejor manera.

-Y la mejor manera es que crezca lejos de él, Jungkook. Mira... él no es lo que parece si? No es un padre dulce, ni nada de eso, es... se enoja rápido y grita y... no quiero eso para mi hijo.

-¿Estás segura?

-Muy segura, Kook.

-Entonces vamos a ver qué podemos armar...

Seguí ordenando mis cosas, mientras ella seguía ahí, mirando hacia sus costados sin decirme nada.
Saqué una caja de la valija y de ahí, un cuadro con una foto de Ji-eun y yo, al cual puse sobre la mesa de noche.

Yerim miró el cuadro y frunció el ceño, luego se acercó, y lo agarró para verlo más de cerca.

-¿Quién es ella?

-Se llama Ji-eun, es mi novia.

-¿Se quedó en Busan?

-Si.. pero es de acá también...

-Se los ve felices... -murmuró.

-Si, lo éramos.

-¿Y Lalisa?

¿Tenía que nombrarla? ¿De verdad tenía que hacerlo? Yo borré la sonrisa y miré hacia otro lado. Escuchar su nombre lo único que me produjo fue que recuerde otra vez las palabras de Sehun...

-¿Qué te pasa que te quedaste callado?

-Nada, yo..

-Supongo que ella tiene algo que ver no?, Digo, Lalisa..

-Si.

-Nunca la olvidaste.

-Lo intenté. -murmuré.

-Pero no pudiste. -murmuró, con una media sonrisa.

-Todavía conservo las fotos y los pequeños recuerdos, supongo que eso es lo que eso significa. -rió.