Memorias • Lizkook

O9 장

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//Un día después//

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Levanté los platos sucios de la mesa y los llevé a la cocina, mientras intentaba sacar de mi cabeza la imagen de Lisa llorando desconsolada que me perseguía desde hacía un día completo.
No sabía nada más de ella desde ese día. Cuando su mamá subió y se encontró con la triste noticia yo agarré a mi sobrino y me fui del piso, no sé, supuse que una vez que su madre ya estaba ahí yo ya estaba de más y debía irme.
Además tenía que vacunar a Minho.

-Mira, Jungkook... ¿crees que esto puede ayudarnos para ganar puntos a favor en el juicio?

Ella se acercó a mi con el celular en mano y me mostró el perfil de Facebook de Kai. El chico acababa de comenzar una relación con una joven llamada Haneul y se veían muy felices en cada una de las fotos que ella me mostró.
Hice una mueca y seguí lavando mi plato en el fregadero.

-Que él tenga otra pareja no tiene por qué ser considerado algo malo.

-Pero se le va a poner un poco más difícil, porque entonces va a tener que demostrar que ella es una persona buena para estar en contacto directo y constante con mi hijo.

-Si, puede ser. Pero de todos modos ella se ve como una persona decente. -suspiró.

-¿Qué te pasa, Jungkook?

-Nada, ¿por qué tendría que pasarme algo?

-No paras de tirar abajo cada idea nueva que yo tengo y no sacas esa cara de tristeza desde ayer.

-Bueno, tengo derecho a estar triste un día, verdad?

-Si, pero por qué? No me gusta no saber.

-A nadie le gusta no saber; pero no seas tan curiosa.

Ella rodó los ojos y se fue para el living, para cuidar a su hijo que, según el ruido que escuché, acababa de tirar un cuadro o algo.

Yo terminé con mi plato y me sequé las manos a las apuradas porque mi teléfono comenzó a sonar en ese mismo momento.

Miré la pantalla sin mucho interés y entonces mi corazón comenzó a latir rápidamente. No tenía el número agendado, pero por la foto que veía en la pantalla, era Lisa.

-Hola..

-¿Jeon Jungkook? -no podía creer que estaba escuchando su voz por teléfono otra vez. -¿Eres tú?

-Si, soy yo.

-Soy Lisa, Lalisa Manoban; supongo que te habrás dado cuenta...

-Si, más o menos. ¿De dónde conseguiste mi número?

-No.. no importa eso. Yo... te llamaba para agradecerte porque te portaste excelente conmigo en el momento en que más lo necesitaba.

-No me tienes que agradecer, Lisa; yo... no podría jamás ignorarte y dejarte sola cuando más lo necesitas.

-Eh.. bueno.. en realidad... olvídalo, no importa.

Hubo un incómodo silencio, y yo tardé varios segundos en darme cuenta de lo que estaba pasando. Acababa de decirle como todo un hipócrita que jamás la podría dejar sola cuando ella me necesitara siendo que acababa de llegar de Busan después de haberla dejado hacía seis años atrás por no tener la valentía suficiente para quedarme y pelearla.

No sabía qué decir después de eso. Tenía miedo de arruinarlo todo una vez más, me aterraba que siendo esta nuestra posible última conversación se terminara de este modo.