El límite, está inesperadamente más cerca de lo que crees.
El domingo, estaba sola en casa a la espera de Dazai para nuestro ya acostumbrado club de lectura, puesto que aquel último miércoles cuando hicimos equipo en clase habíamos quedado nuevamente, y como en aquella vez que me arrodillé para pedirle ir conmigo al baile fue en su casa, ahora tocaba la mía.
Acerca del trabajo, llevábamos más de la mitad del libro y aún faltaba un mes y medio para la entrega del ensayo final. Por lo que eso podría considerarse como que íbamos por buen pie y camino. ¿No?Si bien todo había salido de buena manera el día del baile, ahí me encontraba, sobre el sofá, con los pies sobre la mesita ratonera, sin importar que mi madre nos amenazaba a Ritsuka y a mí por ensuciar su mueble; me encontraba pensativa acerca de lo que había sucedido en la fase final de la noche del baile.
—Me gustabas antes y me gustas ahora igual —repetí, no exactamente las mismas palabras, pero en algo se asemejaban y cumplían su papel de avergonzarme al instante.
Llevé enseguida mis manos hasta mi rostro y lo cubrí hundiéndome con ellas más en los mullidos cojines del sofá. Necesitaba esconderme, pues no debí haber dicho aquello por el bien de los dos.
—Dazai-san me gusta —volví a torturarme como una completa masoquista.
¿Era verdad? ¿En serio Dazai Osamu me gustaba? No podía aceptarlo, me veía a mí misma como a una hipócrita, debido a que hacía ni dos meses el chico era invisible a mi mirar, y cuando comenzamos a trabajar juntos, en variadas ocasiones lo insulté dentro de mi cabeza diciéndole feo o raro. No merecía si quiera pensarlo.
El timbre sonó, eran las cuatro en punto y quise esconderme debajo de una roca al saber quien era la visita. Infortunadamente, tenía que ser valiente como solía ser siempre y afrontar el hecho de haber dejado salir aquellas palabras, que posiblemente no sentía. Tal vez estaba confundida, eso era todo. ¡Una estúpida justificación!
—¡Buenas, Dazai-san! —saludé al abrir la puerta. Tenía que comportarme como siempre lo hacía o se vería raro y no quería que se pusiera incómodo tal como en el viaje a mi casa la noche del baile.
—Buenas tardes, Ishinomori-san —también saludó.
Si no me cubrí los ojos por tanto brillo, fue por respeto, aunque si parpadeé un par de veces al verle.
Dazai llevaba los lentes delgados, sin embargo, mi percepción me la jugó buena y me hizo verlo aún más lindo de lo que se veía en traje. La chaqueta azul marino le quedaba genial y no parecía un tonto con los botones puestos hasta el cuello de su camisa blanca debajo. Los pantalones negros le hicieron ver más alto y sus zapatos cafés... Ah, bueno, quedaba claro que había cambiado también su forma de vestir.¡Agradecida con Mori Ougai por haber hecho su trabajo al pie de la letra!
—¡Adelante! —invité por fin al saber que en realidad, si me había tardado un buen tiempo en darle el pase por mi distracción en su persona.
ESTÁS LEYENDO
Literature III 📖 | Dazai Osamu.
Fanfiction'En el Yokohama High School, existen numerosas materias que pueden llegar a ser un dolor de cabeza para los estudiantes, sin embargo, para nuestra protagonista, Literatura III se convertirá en algo más que lo mencionado antes, y tal vez... en una gr...