Ni-juu kyu | 29.

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Alternativas vivas con altas posibilidades de daño

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Alternativas vivas con altas posibilidades de daño.

—Que raro que Dazai-kun no se haya levantado —mencionó extrañado de la conducta de su tutorado, aunque luego me miró serio y dijo—. Tú madre está en la sala, le he invitado a desayunar, pero se negó. Me pidió que bajaras porque es hora de que vuelvan a su hogar.

Por fin podría alejarme del castaño y pensar con claridad acerca de nuestra situación. Incluso parecía un milagro.

Bajé a donde había mencionado el mayor, y allí, de pie junto a un sofá, mi madre esperaba paciente con su cartera de mano apoyada en su estómago. Mi reacción al verle fue sonreír, ya que me había parecido una eternidad el tiempo que estuvimos separadas, sin embargo, la diferencia entre ella y yo, fue que la mujer bajó la cabeza al verme y su rostro siguió serio.

—Recoge tus cosas, es hora de ir a casa —repitió tranquila.

Asentí sin decir palabra y volví por donde mismo. Mi sonrisa se había borrado y no sé qué semblante llevaba encima exactamente, pero suponía, era pura decepción por como ella se había dirigido a mi después de todo.

Al subir las escaleras, me encontré de frente con Mori una vez más, este me regaló un gesto simpático y terminó por bajar. Así entonces, llegué nuevamente a la habitación del castaño.

—Buenos días, parece que hoy te gané a despertar —mencioné divertida al verle con los ojos abiertos. Aún no se levantaba de la cama, seguía con su cabeza pegada en la almohada.

—Buenos días, Ritsuko —saludó, aunque su tono de voz fue desganado. Se sentó en su lugar y tomó las gafas que descansaban en el mueble de junto con una lámpara y no tardó en colocárselas, al igual que acomodarse un poco su cabello rebelde.

—Mamá vino por mí, así que voy a recoger mis cosas —avisé sin más ganándome una extraña mirada.

—Me alegro mucho por ti... —soltó, luego bajó la mirada hasta la manta sobre su regazo—. Pero no dudes en volver si algo sale mal. Mori-san y yo siempre te recibiremos —ofreció.

—Muchas gracias, nunca voy a olvidar lo buenos que fueron conmigo. —En vez de mirarle, decidí que era hora de comenzar a juntar mis pertenencias.

No entendí el motivo de sus palabras, aunque después de recordar la manera en cómo mi progenitora me había recibido después de unas semanas, supe a que se refería. Tenía miedo de repente.

 Tenía miedo de repente

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Literature III 📖 | Dazai Osamu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora