CAPÍTULO 24 ✔

2.4K 185 2
                                    

Amelie

Era de mañana, Amelie no pudo dormir para nada, es más se había levantado temprano. Noto su rostro cansado cuando se vio en el tocador, era evidente que no había dormido bien. Su apariencia era lo de menos, solo había pensado en que le diría a Lord Derbyshire y como lo haría. Tenía que darle su respuesta antes de que se vaya de Londres. Y ¿Si ya era muy tarde? Talvez Lord Derbyshire ya se había marchado, trato de no pensar negativamente.

Se vio fijamente al espejo.

—Acepto casarme con usted. —Practico otra vez y se sonrojo. ¿Cómo podían decir cosas así? Era realmente vergonzoso.

A esta hora nadie estaba despierto, era temprano, aunque a excepción de su madre, era aficionada con el jardín, así que lo regaba cada mañana, ella misma, no dejaba que nadie más se ocupe. Le pediría permiso para usar el carruaje, no era capaz de escabullirse sin decir nada. No podía decirle la razón de porque lo usaría y no era buena haciendo excusas, prefería la verdad, ante todo, pero ya se le ocurriría algo.

Se levantó del tocador y dirigió a la puerta de su habitación para marcharse. Se había vestido sin ayuda y había hecho un esfuerzo en tener un peinado decente.

Saliendo bajo las gradas con cuidado, aunque no se darían cuenta, siempre había sido sigilosa con sus pasos.

Se dirigió al jardín, su debía madre debía estar ahí. Cuando se aproximó así era, ahí estaba con un sombrero encargándose de sus rosales personalmente.

Suspiro.

—Buenos días mamá. —Empezó diciendo. Lo había dicho despacio, se acercó a su madre para que la notara. No quería hacer mucho ruido.

—¿Amelie? — Respondió su madre con una sonrisa cuando se dio cuenta de su presencia. —¿Viniste a ayudarme? —Cuestiono. Había veces en las que, si lo hacía, pero hoy no era esa ocasión.

—Yo no....— Había empezado mal. — Bueno no es que no quiera ayudar...—Prosiguió. Estaba empezando a tartamudear. No era su fuerte dar excusas —Solo ...quería...— No sabía que decir. —P-Pedir prestado en carruaje. — Finalizo su petición. Lo había hecho pésimo.

—Puedes usarlo. — Asintió su madre rápidamente con una voz relajada.

—¿Ahora? —Pregunto sorprendida. No le había cuestionado los detalles.

—¿Acaso lo necesitas para más tarde?

—No, solo quería...

—¿Es por Lord Derbyshire? —Le corto su madre antes de que pudiera decir algo. ¿Cómo lo sabía? O ¿Acaso era evidente? Se avergonzó un poco y asintió.

—Si. —Dijo la verdad. Su madre sonrió. Y vio como sacaba algo de la manga de su guante.

—Estoy segura de que lo necesitaras. —Le paso un papel. Amelie lo vio, era la dirección del hostal en el que se quedaba Lord Derbyshire. Eso le sorprendió. Ella no le había pedido nada, es más hasta había olvidado completamente tener la dirección, si no fuera por eso, nunca lo encontraría.

—¿Cómo lo sabias? —Pregunto. —Que iba a necesitar esto...

—Es un secreto. —Su madre le guiño el ojo. Amelie sonrió y se acordó de un detalle importante.

—No le digas a nadie donde fui. —Pidió, especialmente por Diane y John.

—Nadie se enterará, no te preocupes.

—Gracias. — Respondió Amelie dándole un abrazo, estaba más animada. —Tengo que irme. — Dijo Amelie mientras se apartaba de su madre. No podía perder mucho tiempo.

Sentimientos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora