El día que NO me puse celoso.

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"De verdad no me puse celoso porque lógicamente no puedes ponerte celoso de alguien si lo odias"


Me sentía como un completo idiota celoso.

Esa era la parte incomoda del final día, la parte buena era que la cita estuvo perfecta en general, la parte mala era que Jacob todavía tenía su brazo sobre los hombros de Bella.

Todo había comenzado con un mensaje de texto y una cita bastante buena entre ambos casi dos semanas después de haber accedido a entrar en una relación (y haber superado los días en los que todo podía pensar era "estoy saliendo con Jacob Black"). Habíamos visto una película que en su mayor parte solo escuche a medias porque Jacob parecía creer que los cines estaban hechos para acurrucarse y besarse en la oscuridad (no nos besamos, pero Jacob sí que intento distraerme todo el tiempo solo con sus pensamientos), luego habíamos salido a caminar por la ciudad con la insistencia de pasear con las manos unidas, Jacob hablo sobre la manada y cosas que nunca había escuchado de los lobos, me hablo de su familia y de sus padres antes de aburrirse de escuchar su propia voz y decidir que quería saber todo sobre mi.

Mi historia fue contada con detalles que ni a Bella le habría contado, le hable de cómo se sentía convertirse y el dolor que se experimentaba durante todo el proceso, de las batallas que enfrente y mis victorias y derrotas. Jacob ni una sola vez me miro como algo más que no fuera "Edward". No se trataba de que él estuviera cegado por la magia de la imprimación porque él pudo imaginarse muy bien las escenas conforme yo las contaba y de hecho dijo que eso era aterrador, pero que estaba bien y entonces sus pensamientos delataron la mente realmente brillante que él tenía.

—Yo hubiera sido peor—Jacob dijo cuando le conté una experiencia particularmente mala donde salve a una joven de un abusador—No digo que no tengas créditos por ser el gran vampiro malvado y vengador, solo digo que incluso siéndolo tú tenías el control de lo que hacías—Jacob hizo una pausa, sus pensamientos giraban como un remolino mientras intentaba poner en palabras lo que sentía—pudiste haberla matado a ella, pudiste ceder a la llamada de la sangre, pero no lo hiciste. ¿Cuánta fuerza necesitaste para resistir a seguir alimentándote, cuanta fuerza mental necesitas para decidir abandonar ese camino y volver con tu padre renunciando a beber sangre humana de nuevo? —Jacob sacudió la cabeza. No necesitaba una respuesta, él sabía que era increíblemente difícil para un vampiro porque el entendía realmente lo que significaba serlo.

Me maraville con la luz con la que él me veía. No había mejor especie para comprender la brutalidad de los instintos de un vampiro que un hombre lobo, los hombres lobo fueron diseñados para saber a lo que se enfrentaban y Jacob sabía que yo era diferente a un ser humano y él aceptaba eso tanto como yo podía aceptar que él venia con garras, pelo y dientes. Y aun sabiendo todo esto, aun cuando Jacob veía mi monstruosa parte salvaje y podía imaginarla con bastante precisión él aún me quería.

Porque yo era un monstruo aterrador, pero él también lo era y eso no nos definía. Éramos lo que éramos, no podíamos cambiarlo y cuando Jacob me veía yo no tenía ni una sola duda de que el estuviera cegado o no entendiera con quien mantenía una relación. Él comprendía.

—Ahora necesito verte con uno de esos trajes antiguos ¿Usabas de esos sombreros de copa y traje de pingüino? —Jacob dijo de repente, tenía una difusa imagen de mi en una de esas cosas y estaba riéndose con el labio atrapado en sus dientes como perlas. Se estaba portando como un mocoso.

—No voy a usar eso solo para tu diversión—Declare, aunque Jacob ya estaba arrastrándome a las tiendas viejas donde podríamos encontrar lo necesario—Jacke—Me queje—No soy un maniquí—Jacob se rio entre dientes, emocionado con los escenarios que estaba proyectando.

A veces te odio (EdwardxJacob)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora