A veces te odio (EdwardxJacob)

Especial Semana de Miel

"Cuarto día con el hombre mas maravilloso, hoy iremos a cazar"

Muy bien, primero que nada, una disculpa por hacerlos esperar. Siguiendo en el camino al éxito tenemos un maratón de dos capitulos para el resto de la luna de miel. Uno obsceno al punto de el descubrimiento de una torcedura inesperada y otro dulce para equilibrar.

Disfruten el regreso de la inspiración enviada por los dioses del fanfic y dirijan sus alabanzas a GatitoMcHamilton por aportar las ideas que vieron nacer estos capítulos.

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Hacía calor en la isla. Un bochorno que te pegaba la ropa en la piel o te hacía querer usar a tu novio vampiro antinaturalmente frio como un aire acondicionado humano que incluye abrazos y besos. Sin embargo, eso tendría que esperar a que atrapara a dicho novio vampiro.

Cuando Edward dijo que saldría a cazar y quería que lo acompañara había pensado que él cazaría mientras yo correteaba por el bosque intentando no convertirme en su presa o viéndolo matar animales para beber su sangre para después ir juntos a explorar un poco más civilmente el resto de la isla.

No había esperado esto.

Mis garras rasparon la arena mientras me movía, ojos atentos para no perder de vista a Edward moviéndose adelante a suficiente distancia como para no poder alcanzarlo, pero no lo suficiente como para perderlo de vista. La pequeña sonrisa con ojos oscuros que me envió sobre el hombro me decía que no solo lo estaba divirtiendo, sino que estaba deliberadamente jugando conmigo. Oh, él se arrepentiría una vez que lo atrapara.

No me moleste con la ropa cuando Edward declaro que deberíamos salir y terminar con esto. Planeaba correr como lobo, explorar un poco mientras Edward cazaba, tal vez llevarlo a un venado o dos, tal vez matar uno yo mismo para él. En mi cabeza eso sonaba como un buen plan y Edward me había sonreído por la idea así que al menos tenía algo que esperar de la situación.

Las cosas no ocurrieron así.

Edward salto sobre una raíz, sus manos lo impulsaron hacía arriba cuando se sostuvo de una rama y pronto tenía que dividir mi atención en mi camino y en el tonto que decidió columpiarse de los árboles. Gruñí descontento con el nuevo enfoque de huida de mi pareja, pero no deje que eso me disuadiera. Atraparía a ese hombre y sería castigado por sus juegos.

Para empezar ninguno de los dos había corrido con el otro antes en un entorno donde nuestros sentidos e instintos estaban tan presentes y no anticipamos como yo reaccionaria al cambiar a lobo y ver a mi pareja echarse a correr lejos de mí.

Escuche la risa de Edward traída por el viento, era precioso, pero también enloquecedoramente lejos de mi alcance corriendo delante de mi como un desobediente compañero.

Lo perseguí. Ese era el...si, la cosa que estaba pasando ahora mismo.

Edward iba delante echando miradas hacía atrás con los ojos perdiendo su color dorado por segundos, pero ganando un brillo tortuoso que era lo que me mantenía en movimiento, en persecución, en caza. Su ágil figura se perdía de vez en cuando (solo el tiempo suficiente para enloquecerme todavía más) lo que me hacía buscar su aroma en el aire para encontrarlo o lanzar un aullido al aire por mi descontento e intensificar mi juego para atraparlo.

El bosque tenía tierra mesclada con arena, ramas de los arboles caídos y una extensa vegetación, así como un surtido de animales que no había esperado ver en una isla ¿Probablemente traídos aquí por los Cullen? Había una cantidad abundante de venados y si mi olfato no me fallaba al menos una familia de tigres ¿Podían los tigres vivir en una isla? Este era un bosque con un menú, ese era el punto de mi pensamiento. Edward tenía una gran variedad de presas para elegir alimentarse.