El día que le dije al mundo.

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"Que él es mío y solo yo puedo odiarlo (Amarlo)"

En retrospectiva yo debí haber sabido que Jacob no sería del tipo de chico que escondería nuestra relación a las personas, no del tipo que ocultaría nuestras manos entrelazadas o los besos en la mejilla de despedida o saludo (porque los besos en los labios realmente se volvían otra cosa demasiado rápido para mi gusto) y teníamos que haber hablado al respecto primero.

—Bella me ha llamado hoy—Fue lo primero que Jacob soltó cuando nos encontramos para una cita nocturna casi una semana después de que Bella arruinara la última de ellas. No era lo que pensé que él diría luego de no vernos dos días, pero para el parecía importante—Ella dice que quiere hablar sobre mi nueva novia—Jacob rodo los ojos, pero su mente lo traiciono. Él estaba nervioso.

—No quiero que ella sepa—Fue mi honesta respuesta, Jacob me miro a los ojos y sus pensamientos fueron honestos. Mi respuesta no era la que quería oír, pero no le sorprendía tampoco—No es por eso—Corte antes de que Jacob llegara más lejos.

No se trataba de quererla a ella por sobre él en lo absoluto. Mis celos por Jacob Black casi me habían hecho pensar en lastimarla la última vez asi que no, no se trataba de ella. Al menos no de esa manera.

—Ella acaba de tener un rompimiento conmigo, cree que tu estabas muy enamorado de ella y sinceramente piensa que nos odiamos—Me encogí de hombros avanzando hasta él para saludarlo apropiadamente. Medio esperaba que dejara de fruncir el ceño de esa manera. Yo no estaba pensando que él era adorable estando molesto. Absolutamente no.

—Prefiero no mentirle—Jacob acepto—que verla hacerse esperanzas—El me jalo directo a su pecho como una clase de muñeca de trapo apresando mi cintura con sus brazos. Ahora yo le estaba frunciendo el ceño. —Eres mío Edward Cullen—Su declaración fue seguida de -allí a mitad de la calle- un beso arrasador.

Lo odiaba. De verdad lo odiaba.

Mis brazos subieron a su cuello en contra de mi mejor voluntad y mis dedos encontraron su camino a través de su cabello abriendo mis labios para darle la bienvenida. Fue un beso sorprendentemente dulce a comparación de la voracidad con la que Jacob usualmente besaba. Él estaba allí y podía sentir su punto cuando su boca cepillo despacio besándome como si pudiera imprimir su calor en el interior de mi corazón con la facilidad de un roce. Lo que más odiaba es que él podría sin esfuerzo convertirme en un adicto a su calor y esta dulzura.

Agradecí cuando se retiró ligeramente para tomar aire. Yo también necesitaba un respiro. Cuando Jacob presionaba nuestros labios de una forma tan tierna yo siempre necesitaba que me dejara respirar.

—Y yo soy tuyo, siempre tuyo—Prometió en un suspiro, su ardiente boca abierta presionada en la comisura de la mía. Dios, lo odiaba.

Lo arrastre a un segundo beso.

"Te extrañe" Jacob susurro acunando mi rostro con una de sus grandes manos ¿Por qué demonios él se había estirado tanto?; ¿En qué momento él era más alto? "Te fuiste dos días, me debes" Jacob sonó enfurruñado y me reí cuando sentí el puchero que se presionaba contra mi boca. Separarme para contestar me valió una lluvia de pequeños besos por mi mandíbula y sus brazos me apretaron confortablemente.

Concéntrate, Cullen.

—Me fui de cacería, era necesario—Lo había aplazado lo suficiente y mis ojos se oscurecían muy rápido. Jacob de todas maneras quería quejarse al respecto.

—No me llamaste—Jacob dijo. Él no quería dejarme marchar todavía, pero fue consiente de nuestro estado a mitad de una banqueta a pesar de que la misma era poco transitada. Aun me abrazaba cuando puso algunos centímetros de distancia de nuestras caras.

A veces te odio (EdwardxJacob)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora