Mira más allá de lo que ves...
"No te acerques a la oscuridad, te matará"
"Corre, cuando te vea nunca más podrás librarte de él"
"Incluso cuando me olvides iré a por tí"
"Tenerle miedo a lo desconocido es normal, lo raro que tú no lo tengas"
Y así íbamos, de camino para volver a ver a Jonah.
Jack y Zach -con sus fantasmas- se tuvieron que quedar con mi padre porque ellos no podían pasar al otro mundo, tenía que hacer este viaje sola... Bueno, tenía a Corbyn.
-Corbyn...-le pregunté con la cabeza baja, tenía miedo de lo que me contestase.- ¿Crees que si veo a Joshua me reconocerá?
Él paró y me miró a los ojos, no sabía que responder- Kat, créeme cuando te digo que él siempre te recordará. Te quería mucho y seguiría junto a ti siempre y en todo momento.
-Pero... -Iba a preguntar más sobre el tema pero preferí preguntar otra cosa- Dime Corbyn, ¿estás feliz por estar aquí? Quiero decir, si mi hermano nunca hubiese muerto tu nunca...
El fantasma rió- Claro que estoy contento, me tocó una humana muy graciosa. -Me mostró una sonrisa a la que yo respondí con otra- Y si no hubiese nacido, estaría en el otro mundo. Todos estamos en el mundo por una razón, no es casualidad que hayas nacido. Si estás aquí es para hacer cosas muy grandes e increíbles.
-Gracias Corbyn. Estoy contenta de que me haya tocado un fantasma como tu. -Le sonreí y seguimos andando hacia el cementerio.
Al llegar todo seguía igual que antes, oscuro.
Esta vez Jonah nos estaba esperando sentado en una tumba, nos recibía con una amplia sonrisa mientras nos acercábamos a él.
-Y bien... ¿Estáis preparados? No hay tiempo y tampoco hay marcha atrás.
-Yo también estoy bien Jonah, gracias por preguntar. -Le dije sarcástica. Después miré a Corbyn buscando su afirmación para poder pasar ya al otro mundo. Él asintió- Estamos listos.
-De acuerdo, debéis saber que cuando entréis Paul os vigilará cuando os metáis debajo de las sombras. -nos dio una especie de linterna pequeña- Llevad siempre luz y... No confiéis en nadie, todo puede ser muy distinto a lo que piensas.
Nosotros asentimos y Jonah se dirigió a abrir una tumba.
-¡EH EH EH! ¡ESO ES VIOLAR LA PRIVACIDAD! -Grité, no suelo ver como un errante abre una tumba.
-Este es el portal, Kat -Él me miró con una cara de "ni me dejaste terminar y ya estás poniendo pegas" pero yo me moría de la vergüenza causada por mi inquietud.- Saltad dentro, yo no puedo pasar pero he mandado a alguien antes para que os guíe.
Corbyn y yo asentimos- ¡Por cierto! Mi padre me ha dado esto para ti-Le entregué el pequeño sobre que me había dado mi padre- Gracias por la ayuda Jonah.
-Es lo único que podía hacer por tu padre y tu, venga saltad ya.
Corbyn me miró y yo asentí. Saltamos.
°•En la casa del padre de Kat•°
Narrador omnisciente
-Y bien... ¿Qué tal te va? -preguntó Zach ante la situación incómoda.
-No sé que juegos te traes con mi hija Herron pero no quiero nada raro -soltó el padre de Kat
Zach abrió los ojos como platos- ¡Es sólo una amiga! Y a mí no me miré, mire a Jack...
-Exacto... Espera ¿¡qué!? -gritó Jack.
-Mirad chicos... Si algo llega a salir mal tendréis que ir al otro mundo, o dejar que vuestros fantasmas vayan. Es decir, estaréis sin la protección de estos y podríais morir con más facilidad así que si esto llega a ocurrir quiero que no salgáis de esta casa -los dos chicos asintieron- Y por cierto, no quiero que toquéis a mi hija. -lanzó una mirada amenazante a Jack y a Zach.
N A R R A K A T
Y saltamos. Cerré los ojos por el miedo a lo desconocido. En menos de 1 minuto ya estábamos en el otro mundo, todo era oscuro y las pocas luces que había eran las que transmitían los cuerpos de los fantasmas. Estábamos en un lugar que parecía estar preparado para la llegada de nuevos habitantes.
Me giré hacia Corbyn- Corbyn... Te ves... Mmm... Brillante. -Y literalmente. Su cuerpo se había transformado en un cuerpo transparente y con luz propia, una luz naranja.
Se miró las manos y en efecto, se asombró tanto como yo. Él iba a decir algo cuando unos sonidos detrás de nosotros nos asombraron. Corbyn se puso delante mía impidiéndome ver nada.
-Cuidado... -me susurró.
Un pequeño fantasma se acercó a nosotros con un farolillo, no aparentaba más de 10 años y transmitía un color azul claro que apenas iluminaba.
-¡Hola! Soy Alan, Jonah me avisó de que vendríais. -Nos enseñó su sonrisa y Corbyn poco a poco se fue apartando de mi- Tu debes de ser Kat, Jonah me dijo que eras especial. -se acercó a mi y me miró más detenidamente.- Me gusta tu cara, tus ojos son muy bonitos -Me sonrojé ante esas palabras y reí.
-¡Bueno! Eh... vamos a empezar a andar, ¿no? -Dijo Corbyn.
Alan le miró y asintió sonriente, a ese niño nadie le podía quitar la sonrisa de la boca.
-Vayamos hacía el pueblo, hay más luz que aquí y es más seguro.
Mientras caminábamos le pregunté a Corbyn algo que me llamó mucho la atención- ¿Por qué brilla menos que los demás?
-Creo haber visto que los fantasmas que brillan menos son a los que les falta poco para desaparecer -me dirigió una mirada triste.
¿Cómo un pequeño niño a acabado aquí? ¿Cómo puede mantener la sonrisa aunque vea que todo está destruido? A Alan le faltaba poco y como fuese intentaría que esté más tiempo en este mundo.
Narrador omnisciente
-Ya están aquí... -Se veía una sombra, enfrente de un gran espejo que mostraba .- Manda a todas las criaturas que puedas
-Si, ahora mismo señor- El fantasma hizo una especie de saludo y se alejó de allí.
-Ahora vas a sufrir como yo he sufrido hermano. Te arrebataré lo que más quieres y lo destruiré, por fin sabrás lo mal que se pasa...
