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Jimin sintió su pecho doler por el violento golpeteo de su corazón. Miró el lugar por un rápido segundo y fingiendo no haber visto algo sintió su cuerpo hormiguear, agitado por la adrenalina y también por un miedo irracional. No recuerda haber sentido tanto miedo en su vida, quizá la luna que desaparecía en sus narices estaba haciendo algún tipo de efecto en él.

Volvió a jugar con la daga, la cual antes había metido en su bota, para darle vueltas en el aire y atraparla ágilmente varias veces para despistar al animal, no podía ser otra cosa porque se camuflaba en la noche como si fuera la oscuridad misma. Pero estaba seguro que era un cambia forma porque esos ojos que atisbó por ese fugaz instante tenían demasiada inteligencia.

Volviendo su vista al frente, centrándola para poder percibir cualquier movimiento con su vista periférica esperó pacientemente porque no sabía desde qué lado saldría a atacarlo, pero después de unos eternos minutos pudo distinguir con dificultad que era un alfa. Le costó captarlo porque el aroma era demasiado tenue como si lo hubiera hecho a propósito, siendo que eso era imposible sin supresores, los que dudaba que el alfa tuviera a mano. Su presencia quemaba en su nuca y perfiles de su cara como si lo estuviera rondando, la mirada era tan intensa que no podía pasarlo desapercibido. 

 Otro doloroso minuto pasó y logró oírlo. Patas de lobo, tan suaves que hubieran sido imperceptibles si no fuera porque Jimin estaba tan bien entrenado, aunque aún no podía decir en qué dirección estaba porque se movía constantemente casi por completo silencioso. Luego logró verlo de reojo como si fuera en cámara lenta, un enorme lobo negro se lanzaba a atacarlo desde su derecha y por los pelos alcanzó a agacharse, metiendo maestramente el arma con la que jugaba de vuelta a la bota.

El lobo pasó de largo, pero rápidamente se volteó para atacar de nuevo.

Jimin pacientemente esperó el ataque del animal. Su estilo de pelea se caracterizaba por eso, cuerpo a cuerpo y siempre lo subestimaban por su condición de omega. Jimin adoptó una posición de combate viendo la confusión en los ojos azules resplandecientes del lobo. Había duda y desconcierto por lo mismo que él sentía, por la luna, notó Jimin cuando el animal levantó la vista por un momento efímero.

− ¿Qué esperas lobito? – soltó con burla y eso sacó del trance al animal, que de inmediato se lanzó al ataque nuevamente.

Antes de que siquiera uno de los dientes lo rozara Jimin se abrazó al animal de brazos y piernas desestabilizándolo y cayó encima del lomo. Apretó el agarre en su cuello e intentó ahogarlo, pero era más fuerte de lo que esperaba por lo que con su puño libre comenzó a golpear la cabeza del lobo haciéndole que deje de retorcerse.

Inesperadamente el aire zumbó alrededor del animal antes de que adoptara la forma humana y con el leve despiste de Jimin rodó quedando frente a frente, ambos midiéndose con miradas feroces y enrabiadas. Jimin se lanzó al ataque primero esta vez y comenzó a lanzar puñetazos que el hombre detenía con dificultad la mitad de ellos, pero cuando vio una oportunidad le asestó un golpe en la mandíbula a Jimin, seguido de unos cuantos más que fueron aplacados con apuro por el omega.

Black Moon - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora