Prólogo
Jimin es el jefe de seguridad y la mano derecha del alfa de la manada donde vive a pesar de ser un omega, rompiendo todos los estigmas y creencias de lo que se supone deben hacer los omegas.
Vive como quiere, hace lo que quiere y ningún alfa...
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Jimin miró de reojo a Yoongi. Se estaban preparando para irse. Eran alrededor de 6 hombres incluido Namjoon y Min.
Jimin frunció suavemente sus cejas.
Le parecía extraña la actitud del hombre. Yoongi estaba actuando normal, como si nunca hubiera llorado como un niño en sus brazos. La sonrisa torcida había vuelto a su boca y no sabía si era eso lo que le molestaba. El que actuara como si nada mientras él se estaba comiendo la cabeza por pensar en qué le habría pasado o el que Yoongi ni siquiera le hubiera dirigido una mirada, aun habiendo quedado en que serían amigos.
Bufó molesto. Aun así, se quedó, esperando la partida porque desde hoy y hasta que el alfa líder volviera se quedaría a cargo, sería el alfa reemplazante de la manada.
Los miró echarse un pequeño bolso al hombro y luego de que Namjoon le diera un par de indicaciones se fueron trotando a pasos largos, avanzando con rapidez.
Soltó un suspiro, le hubiera gustado ir, pero alguien debía quedarse y el más idóneo era él, sabía que Namjoon no confiaba en nadie más como lo hacía en Jimin y en Jungkook.
Caminó de vuelta al cuartel a ver los entrenamientos y para hacer las gestiones de la manada.
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Los lobos corrían con celeridad, en fila con un pequeño bolso colgando de sus hocicos. Namjoon iba a la cabeza, secundado por Yoongi.
Llevaban dos días corriendo, deteniéndose sólo para comer y dormir.
Namjoon estaba seguro en las palabras de Seojoon, confiaba en él gracias a una amistad de años y estaba seguro que el Lyko haría lo que estuviera en sus manos para ayudarlo.
Los lobos se detuvieron cuando vieron a alfas rodearlos. Se juntaron en modo defensivo, pero rompieron la posición al ver a uno de los lobos convertirse a su piel humana.
