20° Capítulo

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El cabello de Byeongkwan fue rizado con un tubo caliente, frente a un espejo gigante vio su reflejo, un gran vestido color durazno, tan lindo como nunca pensó que una prenda podía encajar en él, su lindo vestuario mostraba elegantemente la marca de su alfa.

Sonrió avergonzado.

La omega a su lado también lo hizo, realmente su sonrisa era contagiosa, la mujer era joven tal vez unos veinticuatro años, ella lamentó haber sido tan imprudente.

— Diculpe príncipe— Byeongkwan estaba tan avergonzado y negó rápidamente.

— No te disculpes— Volvió a sonreírle y ella se sorprendió.

Esa calidez jamás la había sentido, como si de ese jovencito irradiara la tranquilidad.

Byeongkwan seguía mirando su reflejo, dándose cuenta de que su pancita no se notaba bajo tanta tela pomposa.

— Que los Dioses le bendigan majestad— La chica le miró con completa sinceridad.

— Te lo agradezco...

La puerta de la habitación se abrió

— ¡Bien! Estamos listos, todos están esperando su llegada príncipe—MoonByul llegó en busca del omega.

Él ya sentía sus piernas temblar, sabía que allí habría mucha gente, gente tan importante y desconocida que solo ese pensar le hacía cambiar de idea.

Pero no podía desistir, no ahora, así que ByeongKwan tomó todo el aire que sus pulmones podían absorber y siguió a Moonbyul, mas ella no avanzó y se quedó frente a él.

— Este era su destino majestad, reinará en el mas grande imperio, que la fortuna y la paz reinen desde hoy...

Moonbyul fue la segunda persona en llamarle majestad a temprana edad, porque aún él no tomaba aquel nombramiento oficialmente, ella se inclinó frente al omega en una venia respetuosa.

Al salir de la habitación habían cinco omegas perfectamente arregladas, todas con un atuendo color vainilla. Ellas acompañarían a ByeongKwan hasta el altar del trono.

Por último MoonByul se acercó a ByeongKwan y de modo secreto susurró cerca de su oído

— Nuestro príncipe a mandado un recado, él dice "que el precioso omega real lleve su cabeza en alto, quiero ver sus ojos al entrar"

Luego de eso ella se alejó dejando a ByeongKwan frente al despejado pasillo.

ByeongKwan relamió sus labios que ahora sabían dulce gracias al bálsamo en sus labios... Sonrió enamorado y caminó, al principio un poco inseguro, para luego tomar valentía de donde no tenía para parecer tranquilo.

Los guardias estaban ordenados al rededor del pasillo, antes de llegar a la entrada principal. A medida que ByeongKwan avanzaba ellos rendían sus reverencias.

Sus manos las descansó a sus costados, llevando una respiración calmada y plantó una sonrisa inmensa en su rostro. Las grandes puertas se abrieron de par a par y allí estaba, el camino de escaleras hasta el tan inmenso y ostentoso trono real.

Todos fijaron su vista en ByeongKwan, por un segundo casi pierde aquella seguridad. Pero entonces, como siempre, como ese inmenso magnetismo llega Kim SehYoon ante sus asustados ojos.

Él y su perfecto rostro varonil, en ese traje borgoña ajustándose tan bien a su cuerpo, fuerte y atractivo.

Entonces no había nada que temer, no había nada que pudiera asustarle.

SehYoon le miraba como si solo fuesen ellos dos, como si nadie mas compartiera el aire en aquel gran salón... Y lo único que ByeongKwan anhelaba era llegar a su lado y tomar su mano.

My King ​Wow || WowKwan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora