REVENGE

capítulo 6.

Billie sintió el goteo constante sobre su frente antes de parpadear varias veces y abrir los ojos. Quiso ponerse de pie, pero el latigazo que notó desde la nuca hasta la cadera le impidió moverse. Se encontraba tumbada sobre un suelo de hormigón, helada y con la ropa empapadas por culpa del charco de agua.

Fue entonces, al ver que aquellas prendas que llevaba no eran las suyas, cuando recordó de golpe lo ocurrido. La emboscada. Kurtzman. Scarlett alejándose por el pasillo con su ropa. Aquella sonrisa de victoria. Su grito y... nada más.

¿Dónde la habían llevado? La cabeza le daba vueltas. ¿Cuánto tiempo llevaría allí, inconsciente? Necesitaba ubicarse y regresar con los rebeldes para avisarles. Se incorporó de nuevo, pero esta vez, al hacerlo, se dio un cabezazo contra el lavabo que tenía sobre ella y siseó una maldición. Después se llevó la mano a la cabeza, dolorida, y advirtió que tenía algo viscoso en la nuca... Sangre.

Por fin se puso en pie como pudo y comprendió que la habían metido en una celda. El habitáculo era más pequeño que su habitación de Origen y tenía una cama, un lavabo y una letrina. Tres de las paredes eran de hormigón gris, igual de frío que el suelo; la cuarta pared estaba llena de barrotes y daba a un pasillo en el que, de primeras, no vio a nadie más.

La chica se crujió el cuello y estiró los músculos como pudo. Observó que la ropa que le habían puesto eran totalmente blancas. Se quitó la camiseta de manga larga para escurrirla y dejarla colgando en uno de los lados de la cama. Luego, agarró la manta que había en ella y se cubrió a pesar del olor a rancio que desprendía. Sentía frío, mucho frío. A saber cuánto tiempo habría estado tumbada encima del charco.

Su cabeza comenzó a ametrallarle a preguntas para las que no tenía respuestas: ¿seguía en el complejo?, ¿cuánto tiempo había pasado?, ¿y sus amigos?... Recordó que le había pedido a Finneas que si no volvía en media hora se marchara. Una parte de ella se alegró de ello, pero otra supo que algo no iba bien, que todo aquello era una jugada de Scarlett y del gobierno. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida?

-¿Hola?

No estaba sola, había alguien en la celda de al lado. Una mujer.

-Hola.--respondió Billie, sin apenas voz.

Necesitaba un buen trago de agua, al menos para quitarse aquella sensación de tener una lija por lengua.

-Ya pensaba que habían dejado un cadáver.--dijo la otra.

Billie se dirigió al pequeño lavabo hasta saciarse. Aún con el agua escurriéndosele por la barbilla, preguntó:

-¿Cuánto...? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Unas doce horas.--respondió la otra con una seguridad que dejó pasmada a Billie.

La chica cogió entonces una de las toallas que había al lado del retrete y comenzó a secarse con cuidado la cabeza. Observó que en la herida se le había formado una costra y que la sangre que había era culpa de lo húmedo que tenía el pelo.

-¿Qué es este lugar?.--preguntó mientras se dirigía a la pared que daba a la celda de su nueva compañera.

-Un hotel.--respondió la otra con humor.--¿A ti qué te parece?

-Me refiero a... si estamos en el complejo o...

-¿Sabes lo que es el complejo?.--la interrumpió, sorprendida.--¿Quién eres?

En aquel momento, Billie se dio cuenta de que igual no debería haber dado esa información.

-Me llamo... Billie.--dijo, al fin.