Quedaba poco para que el amanecer comenzara a bañar la Ciudadela. Billie se encontraba en la azotea de la Torre, cubierta por varias mantas e inmersa en la pesadilla de cada noche. Tan solo el vaho que se escapaba de sus labios confirmaba que seguía viva.
Había pasado casi un mes desde la toma de la Ciudadela. Un mes desde la batalla que desintegró al gobierno y lo cambió todo. Las celebraciones por la victoria ya habían quedado atrás. Ahora el bando rebelde se enfrentaba a un panorama que no dejaba de complicarse día a día y que amenazaba con provocar una guerra interna si no lograban controlarlo pronto.
Billie se había dejado convencer por Shawn para que les contara la verdad a los ciudadanos sobre su auténtica naturaleza y la razón por la que los humanos los habían retenido durante años allí. Varias semanas después de la huida del gobierno, ella misma, desde la plaza pública y a través de las pantallas holográficas de la Ciudadela, les explicó el origen de los lobos, los infantes, los cristales... y los electros. Les contó la verdad sobre la guerra biotecnológica que había aniquilado casi por completo a la raza humana y la razón por la cual ellos podían vivir en el exterior aunque sus corazones latieran con energía externa. Lo hizo de la manera más clara posible, sin olvidar un solo detalle ni edulcorar la terrible realidad. Sabía a lo que se exponía, pero era lo mínimo que merecían después de tantos años de ignorancia.
Las reacciones no se hicieron esperar: incredulidad, negación, sorpresa, enfado... La gente pedía más información, cuando lo que en realidad suplicaban era que todo aquello fuera mentira. Sin embargo, no lo era. Algunos, los más débiles, o quizás los más sensatos, como le escuchó decir a Madame Battery una vez, no soportaron la verdad y prefirieron acabar con todo quitándose la vida. Pero no era por esos por los que debían ser fuertes, repetía Shawn en las asambleas que organizaba con los rebeldes, sino por todos los que se habían quedado a pesar del duro golpe de realidad, por los que seguían preguntándose cómo mejorar su situación, cómo hacer de la Ciudadela el hogar anhelado. Cómo sobrevivir.
Para eso se había organizado el Comité. Dirigido por Madame Battery y por Shawn, los ciudadanos tenían ahora la oportunidad de compartir sus opiniones y sus quejas, y brindar su ayuda para reconstruir aquel nuevo mundo. No estaba siendo fácil. Todas las noches, e incluso a veces a la luz del día, había altercados que se generaban en muchas ocasiones por disputas sin importancia y que solían acabar en sangre. Por suerte, al menos contaban con la ayuda de medio centenar de centinelas que, durante la batalla contra el gobierno, se habían puesto del lado de sus vecinos, amigos y familiares. Ahora ellos podían aplicar todo lo que les habían enseñado en el ejército para mantener el control en la medida de lo posible, siempre bajo la supervisión de Shawn.
Tras la destrucción del Batterie, y sobre todo por operatividad, el Comité había terminado instalándose en las antiguas oficinas del equipo del gobernador Bloodworth. Muchas de las salas de control en los edificios que rodeaban la Torre habían quedado destruidas o habían sido saqueadas durante el ataque, pero una vez lograron reiniciar el sistema eléctrico, manteniéndolo al mínimo, todo fue más fácil. Desde allí, poco a poco, habían ido tomando las riendas de la situación, y la anarquía que había comenzado a generarse en algunos barrios a base de robos, trifulcas e incluso asesinatos fue reducida al mínimo en las primeras semanas. Sin embargo, el descontento de la gente iba en aumento. Billie percibía el resentimiento, la envidia y el miedo con que la miraban cuando la veían caminar por la calle. Y la razón era sencilla: ella no necesitaba energía para subsistir; ellos sí. Y se estaba agotando.
Para mantener bajo control la ira del pueblo por no tener los brazaletes solares que les habían prometido, el Comité había optado por ofrecer energía gratuita a todos los ciudadanos para recargar sus corazones. El problema radicaba en que el suministro era limitado, ahora que el complejo humano ya no los abastecía, por lo que, si no encontraban una solución pronto, nada de aquello habría servido y los humanos, finalmente, habrían logrado su objetivo de aniquilarlos a todos.
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REVENGE
Fiksi PenggemarDesde la desaparición de ______, Billie no ha vuelto a ser la misma y la sed de venganza es lo único que la motiva a seguir adelante. Encerrada en lo alto de la Torre, observa cómo la Ciudadela se desmorona mientras los rebeldes intentan controlar...