REVENGE

capítulo 29.

Aunque estaba segura de que la estaba llevando a una trampa, Billie persiguió a Scarlett hasta el interior del laberinto de roca y arena.

Habían ganado la guerra y los humanos no tendrían más remedio que rendirse y aceptar sus condiciones. Por fin, ella había dejado de ser fundamental. Volvía a ser Billie y había comprendido que no podría vivir en un mundo en el que su clon también existiera.

-¡Scarlett!.--gritó con todas sus fuerzas.

Su voz se repitió a través de los estrechos pasillos de altísimas paredes de piedra. A lo lejos, escuchaba los pasos y la risa de Scarlett. Estaba jugando con ella.

-¡Cobarde! ¡Aparece!

-Por aquí...

El eco trajo consigo aquella voz melosa como el veneno de una serpiente. Provenía de delante, así que Billie se dispuso a seguirla cuando, de pronto, ______ gritó su nombre.

-¡Billie!.--repitió la chica justo antes de aparecer a su lado.

-¿Pero qué...? ¿Por qué me sigues? Te dije que te quedaras allí.

-No. No te voy a dejar a solas con ella.

Billie se llevó las manos a la cabeza.

-¡¿Pero no ves que esto es lo que busca?! ¡No puedes estar aquí! ¡Vete, por favor!

______, haciendo caso omiso de sus ruegos, salió corriendo tras ella. El eco de una risa macabra volvió a reverberar entre las paredes de la montaña.

-Sabe que estás aquí.--susurró Billie, acercándose a ella sin saber por qué flanco podría llegar el primer ataque.--Regresa con Diego. Yo iré en un momento, te lo prometo. ¿Vale?

-Billie, no...

-Es lo único que te pido. No puedo volver a perderte. Además, ellos también te necesitan. Acaban de terminar una batalla y habrá heridos.

-No, Billie, te necesitan a ti. Yo...

La chica calló a ______ con un beso.

-Ayúdales.--le suplicó mientras la soltaba.--Yo iré enseguida.

No esperó a su respuesta. Billie se dio la vuelta y echó a correr en la dirección que creía haber escuchado por última vez la risa. El camino parecía doblarse sobre sí mismo sin ningún tipo de orden hasta que, tras una repentina bifurcación del pasillo de piedra, un claro surgió ante ella. Se encontraba en mitad de la montaña, rodeada por las mismas paredes de arena agujereadas. De Scarlett no había más rastro que el recuerdo de sus carcajadas.

Y entonces la vio: un agujero en la tierra. Como la madriguera de un topo, pero mucho más grande y con una escalera de metal que se perdía en las profundidades. Aquella debía de ser una de las muchas entradas a las rutas que los espeleólogos abrieron en el pasado para penetrar en la montaña.

Billie se acercó con precaución y activó su Detonador para prepararse ante cualquier amenaza. Después comenzó a descender por la escalera oxidada hasta tocar el suelo de la cueva. Con ayuda de la luz azulada que desprendía la palma de su mano intentaba desentrañar la oscuridad de las profundidades.

-¡Scarlett!.--gritó.--¡Deja de jugar y aparece de una maldita vez!

Pronto volvió a escuchar la risotada de su clon y los primeros versos de una canción que Billie conocía muy bien.

-Al lobo hambriento que das de comer...

-¡Scarlett!

-... con tu sangre y tu carne se podrá relamer...