Acostumbrada como estaba al pavimento y las aceras de la Ciudadela, caminar sobre la arena estaba resultando una tortura para los pies de Madame Battery. Los tacones amenazaban a cada paso con provocarle un esguince entre tanta roca y tanto desnivel, y los bajos de su vestido parecían haber arrastrado todo el polvo del desierto. Podía haberse puesto los pantalones de cuero, como le habían sugerido, pero antes prefería partirse el tobillo a hacer el ridículo delante de todo el gobierno del complejo. Ella era, por encima de todo, una gran dama.
-¿De verdad no podían habernos acercado un poco más los coches, querido?.--le preguntó por enésima vez a Shawn.
-No, si queríamos pasar desapercibidos.--repitió el hombre, distraído.
Shawn no despegaba los ojos de la pequeña pantalla que sujetaba en la mano y que se conectaba a su oreja por un auricular. A través de ese artefacto y de la cámara implantada en el espía, controlaba la posición y las palabras de Chapel, varios kilómetros por delante de ellos. También así, en cualquier momento, podía hacer detonar desde allí los explosivos que el traidor llevaba encima.
El ejército venía detrás, pertrechado con pistolas, aturdidores y las nuevas armas que habían inventado. Llegaría unas horas más tarde que ellos, con el resto del Comité. Ellos habían viajado en coche hasta el desvío de la carretera, donde habían soltado a Chapel y detrás habían echado a andar ellos dos. Shawn había insistido a Madame Battery para que se quedara en la Ciudadela hasta desgañitarse, pero la mujer, al final, se había salido con la suya.
-Que no se te olvide, Shawn.--le había advertido--:Si tú te crees el rey de la Ciudadela, yo soy la reina. Y mi corona es tan grande como la tuya.
El rebelde no había comprendido muy bien la metáfora, pero había terminado dándose por vencido y ahora estaba sufriendo las consecuencias.
-Se está alejando mucho, debemos darnos prisa.--le dijo a la mujer.
Los últimos días Chapel había permanecido al aire libre en lo alto de la Torre, esposado al sol y recibiendo la mínima cantidad de alimento y bebida necesarios para que sobreviviera. Toda precaución era poca y solo si le veían llegar con la piel quemada, los labios agrietados, sucio y hambriento, se creerían que había estado vagando por el desierto y no con los rebeldes.
En el vídeo de la monitorización de Chapel, el laberinto de rocas que estaba atravesando el espía se abrió de repente ante un claro en cuyo centro había una estructura rectangular del tamaño de un vagón de tren.
-Parece que ya ha llegado.--le informó Shawn a Battery.
-Hijo, pues qué suerte.--respondió ella, ahogada por el calor.
La extraña mole resultó ser en realidad el contenedor de un camión abandonado cuya pintura roja había sido devorada por el óxido. Chapel se dirigió a las puertas que se encontraban en uno de los extremos y abrió una chapa bien camuflada tras la que descubrió un botón con un altavoz y una pequeña cámara. El hombre pulsó el botón con los dedos heridos y esperó hasta que comenzó a parpadear una luz roja.
-3-56-45-99.--dijo Chapel vocalizando con su voz de pito, temblando.
Al cabo de unos segundos, se escuchó otra voz procedente del interfono.
-¿Cha-Chapel? ¿Eres tú? ¿Qué haces aquí?
-¡Abran las puertas!.--gritó el hombre, desgañitándose.
Debió de sonar suficientemente autoritario porque enseguida se abrió la puerta del propio camión y Chapel entró.
-¡Deprisa!.--dijo Shawn, acelerando el paso y sin dejar de prestar atención a lo que estaba sucediendo en la pantalla; aquel era el momento decisivo en el que Chapel podía intentar traicionarles.
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REVENGE
FanfictionDesde la desaparición de ______, Billie no ha vuelto a ser la misma y la sed de venganza es lo único que la motiva a seguir adelante. Encerrada en lo alto de la Torre, observa cómo la Ciudadela se desmorona mientras los rebeldes intentan controlar...