capítulo 20.

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Billie regresó al jeep en el que había viajado al desierto y sacó del maletero el Detonador para colocárselo en el brazo. Comprobó que estuviera cargado, cerró la puerta de nuevo y salió corriendo a ayudar a ______, que se enfrentaba a dos centinelas.

Se acercó con sigilo por detrás, tomó impulso y los golpeó con el armatoste de hierro en la nuca. Cuando el primero cayó, el segundo se volvió a toda prisa para defenderse, momento que la chica aprovechó para golpearle desde delante y dejarlo KO.

-Al final te vas a cargar el aparato a base de golpes.--le dijo ______, antes de salir corriendo a por un grupo de centinelas que intentaba meter en uno de sus coches a una mujer.

Billie tampoco se quedó quieta, se acercó a otros dos soldados que arrastraban a un adolescente inconsciente y activó el Detonador.

-¡Eh!.--los llamó, y cuando se dieron la vuelta, liberó una descarga que los lanzó al suelo; a continuación, ayudó al chico a despertarse y lo acompañó hasta uno de los coches.

El grueso de civiles había comenzado a retirarse al darse cuenta de que los aturdidores que Chapel y los suyos les habían entregado no hacían ningún daño a los centinelas. Sin embargo, los soldados parecían multiplicarse allí donde los rebeldes miraban y, antes de que pudieran impedirlo, uno de los coches arrancó con varias personas en su interior.

-¡Destruyan sus jeeps antes de que se lleven a más gente!.--ordenó en ese momento Diego.

Billie corrió a obedecer, pero antes de llegar a donde los tenían aparcados, alguien apareció por su flanco derecho y la derribó de un violento empujón. El Detonador se le clavó en el pecho al caer al suelo y tuvo que hacer un esfuerzo por levantarse a pesar del dolor. Quien la había derribado era uno de los habitantes de la Ciudadela. Otro espía, supuso, ya que en sus manos había una pistola y no un aturdidor.

-Se acabaron las tonterías.--dijo el tipo, y aunque Billie quiso utilizar el Detonador contra él, se dio cuenta de que no lo había recargado.

La chica cerró los ojos al escuchar la detonación, incapaz siquiera de lanzarse a un lado para evitar la bala. Pero esta no llegó ni a rozarle. Cuando los abrió, el hombre de la pistola yacía sobre la arena, inmóvil. A su lado, Sabrina sostenía el puñal que había utilizado para matarlo.

Billie retomó su misión de inutilizar los coches aparcados de los centinelas cuando advirtió que muchos más vehículos se dirigían hacia su posición. Refuerzos del complejo.

-¡Vienen más!.--avisó Billie a Diego a gritos.

-Hay que largarse de aquí.--dijo este.--Vamos a trasladar a los heridos a los coches. Intentemos hacernos con sus vehículos ahora que están distraídos y si no regresaremos a pie.--añadió.

-Yo me encargo de detener a los refuerzos que llegan.--contestó Billie, y echó a correr hacia ellos.

Activó el Detonador por el camino y lo puso a la máxima potencia. Luego, se agachó junto a uno de los jeeps aparcados y aguardó.

El corazón le iba a mil por hora. Solo tendría una oportunidad. A su espalda escuchaba los gritos de la pelea y los disparos de las armas de fuego, pero su atención estaba centrada en la imagen que tenía frente a ella. Los coches derraparon al llegar, pero antes de que se detuvieran, Billie abandonó su escondite, apuntó la mano hacia el vehículo más cercano y liberó la descarga de energía.

El rayo viajó hasta el capó del coche y, en mitad del giro, se produjo la explosión. El jeep perdió estabilidad y voló contra los demás, lo que provocó una reacción en cadena. Durante unos instantes, la batalla se congeló entre llamas y metralla que alcanzaron a más de uno.

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