2. Reflejo

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Aquellas manos que miro a la distancia, de dedos largos y delgados, ansían el toque de mis manos con la mirada fluctuosa de una rutina movida y bastante concurrida. Aquellas manos que una vez suspiraron por mi ayuda, y lograron despistarme de la realidad. El acto consciente de tocarlas unas vez fueron concretadas, y así, el sentimiento, la energía y el pulso fueron testigos de aquel acto que condenaron mi cordura. 

Esa mirada en busca de un acercamiento se desvían para demostrar el desinterés y esconder el anhelo existentes, pero a quiénes no emocionaría el reconocimiento de una nueva persona y el poder concretar algo siempre y cuando sea correspondido. ¿Enserio lo sientes?, aquel efecto que provocas en mí y me descuida de lo relevante. Idealizo de nuevo, un mundo en el cuál el amor es una prioridad, ¿Será peligroso creer en ti y en tus palabras?. Me adelanto a los hechos, creo en ti, creo en tus sentimientos, pero claramente eso no hacen desviar mis miedos e inquietudes. 

El mundo se desmorona y vive en constante autodestrucción. Siento el barco zarpar con algunas dificultades, y cuándo no, si todo lo que logré fue abstenerme al pequeño movimiento de las olas. Surgen los peces, y las nubes se mueven de un lado a otro al compás de la música dentro de mi cabeza. Recuerdo aquella canción que fluye cada día a la luz del día durante el trayecto a casa. Esa canción que no hace más que recordar parte de la alegría que consumo diariamente gracias a tu presencia. 

De nuevo vuelven aquellas manos, delgadas a propósito por tu instinto de poca superación, aquella sombra que consume las energías que luchas por conservar detrás de esa cara sonriente que cada día me entregas. Y ya no te observo a tí detrás de aquellos ojos, sino a la sombra que veía constantemente en el espejo de mi hogar. ¡Así que aquí estabas!. 

Me consumió, ahora te consume. 

Un susto desprevenido me alerta de tu presencia y lloro por tus malas intenciones. Aléjate del martirio, te prevengo. He llegado tarde, no puedo hacer nada más que rogar entre lamentos. No ha sido tu culpa, sino la mía, lo siento reflejo, te he dejado en el pasado.

- Octubre, 2018 - 

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