WORLDMIND

11. Fugaces

Un día nublado se aproximaba durante mis pensamientos esa mañana.

Era frío y húmedo quedarse quieto en algún lugar para descansar. El constante movimiento era el único que me hacía sentir cálido durante un momento, pero era fugaz, y extrañé la sensación.

Mis manos buscaban dentro del último paquete, recordaba tener otro en el velador próximo a mi lecho, pero era difícil levantarse a buscarlo.

No era diferente a cualquiera de los últimos días que me rodeaban, no era tampoco especial. Dejaba pasar todo rápidamente como si quisiera que se acabara de pronto, tan pronto como fuera necesario, y dejar todo atrás nuevamente.

Y seguía urgeteando dentro de aquel paquete casi inexistente, y no entendía como era que escurrían entre mis manos.
Cada vez era más difícil decidirse por una última vez, pero ya no dudé.

Lo tomé entre mis dedos y el encendedor hizo lo suyo. La sensación de tener dentro mío ese humo somnoliento era permanente. Ese daño constante y la respiración entrecortada era todo lo necesario para seguir existiendo. Porque en parte me daba la fuerza y tranquilidad que necesitaba para empezar la semana.
Si no era hoy, tampoco podría ser mañana, porque sería muy tarde.

Pasaban los minutos y no se acababa. Era infinito como si quisiera seguir existiendo junto a mí. Como si dependiera de ello, como si me necesitara para subsistir. Pero sé que no es así, al contrario, yo te necesitaba.

No era sin más ya las 10am, y mi paz encontraba un lugar lindo y desganado como mi corazón, la fluidez de la sangre ya no me hacía suficiente. Era aquel humo que se desprendía junto al oxígeno que respiraba, aquel que me sugerían otro, otro y otro. Pero era el único que quedaba, aquel que había dejado tan escondido, esperando que llegara otro paquete.

- Ya no es necesario que guardes el último, ¿no es un alivio?.

- Me duele dejarlo hecho cenizas.

- Y qué más da, si es igual que los otros.

No lo era, al menos eso pensaba durante un tiempo. 

Julio, 2020