14. Desaparecida

10 1 0
                                    

Me gustaba perder el rumbo, caminar lejos, y desear encontrarme con aquel lugar misterioso, lleno de recuerdos, emociones, y belleza.

Era un lugar espacioso, lleno de vegetación, flores y árboles. Las sombras refugiaban a los pequeños animales del bosque y te hacían el camino escurridizo e incluso distante, pero a la vez armónico y pacífico.

Sentías tu respiración mezclada con los sonidos de los pequeños grillos que gatillaban tu mente con aquellos recuerdos donde te encontraste con aquel ser desconocido hace muchos años. Era una criatura extraña pero bella a su modo. Nunca la pudiste tocar. Pero si la observabas, desde aquel arbusto junto a un pequeño lago, esperabas por horas tratando de encontrar el momento exacto donde aquella criatura se lavaba el cabello, hundía su cabeza en aquel lago de aguas cristalinas, y el reflejo naranjo-rojizo del atardecer te hacía recordar los bellos paisajes de otoño.
Pero en ese momento no consideraste volver a recordar aquello tan oculto dentro de tu corazón.
Los años corren, y ni siquiera habías sido capaz de seguir con tu vida debido a ese terrorífico pasar.

Un día oscuro como cualquier otro, esperabas junto a los arbustos que el día comenzara para poder apreciar desde lejos aquel evento tan deseado.
La madrugada se hacía eterna, no lograbas conciliar el sueño debido a la ansiedad de un nuevo pasar. La mañana llena de pajarillos era un evento espectacular. La hora de la comida se acercaba, pero no podías tragar nada sin la necesidad de mirar hacia todos lados para que no te descubrieran debido al olor llamativo de tu comida. Entonces, la tarde llegó, y luego la noche. Fueron días y semanas que la criatura nunca volvió al lugar. Tus ropas destiñeron, y tus ojos se cerraban junto a las esperanzas de volver a tu ritmo normal.
Sin esperanza te metiste al lago deseando poder sentir la presencia de un ser que ya no estaba. Flotabas en el agua y te relajaste hasta dormir mientras el sol se escondía entre los tantos árboles que te rodeaban.
El sueño profundo se convirtió en desesperación cuando tu cuerpo se volvió pesado y tus pulmones se llenaban de agua. La garganta quemaba y sentías que tu vida desaparecía junto con tu tranquilidad.
Luchaste, hasta el último minuto para lograr salir de aquel lago que tragaba todo tu ser desde las profundidades. Pero era tan oscuro, tan pacífico allá abajo, que dudaste si valía la pena, hasta que cediste. Y dejaste que tu cuerpo se dejara llevar por las olas cálidas de aquel lugar tan fantástico.

Volviste al mundo real pensando siempre que fue una pesadilla, un episodio en la que tu mente te jugó una mala pasada. Aquella pesadilla repetitiva, ya no te dejaba conciliar el sueño. Por lo que volviste al lugar con el objetivo de corroborar lo que habías visto con tus propios ojos a través de tus sueños, y de una vez por todas dejar de lado ese maldito recuerdo.

El paisaje era irreconocible, y la vista culminaba en algo putrefacto y hasta desgarrador. Los animales estaban extintos, y el terreno olía a malicia, muerte, violencia y guerra.
Aquel lugar hermoso había quedado en el pasado, al igual que aquellos arbustos que escondían la curiosidad de tu silueta en las sombras del sol poniéndose.
Hasta que llegaste al lago.

Estaba cristalino tal como tus recuerdos, el único lugar intacto y lleno de vida que te hacia añorar aquellos momentos preciosos de tu juventud inminente.
Ya no era el olor a vegetación sino el constante humo junto con la tristeza que te hacía marear y perder el equilibrio.
El suelo húmedo por la lluvia matinal, el agua sucia de desperdicios y tu mano pasando por aquel agua en la que alguna vez caíste en ese confuso recuerdo.

Tus ojos brillantes miraban lo poco de luz que llegaba a ese lugar, pero a la vez reflejaban el corazón roto dentro de tu ser. La incógnita constante tintineaba en tu mente, ¿Aquel ser inimaginable y especial, realmente era parte de mi imaginación?. Era probable debido a tu imaginación fascinante. Así que decidiste tratar de olvidarlo muchas veces. De alguna forma siempre llegabas al mismo lugar. Tocando aquel agua añorada y oliendo el humo desvaneciéndose entre los árboles.

- Agosto, 2020 -

WORLDMINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora