Habían tres pruebas caseras sobre el lavabo, todas tenían la dos líneas rojas que indicaban el final de su vida. Esta bien, a lo mejor exagera, pero sabe que moriría.
Ya había hablado con su amado Bucky, su perfecto alfa había gritado de felicidad, le había levantando por los aires y le había hecho el amor en el auto.
Estaba aterrado, un hijo, un bebé, le falta un año para culminar sus estudios y ya está embarazado. Esto es peor que la vez que su mamá le atrapó fumando marihuana en el techo. Incluso peor cuando llamaron de la policía y avisaron que estaba detenido, bajo el delito de: exhibicionismo en la vía pública.
- Tranquilizate, todo va a salir bien.- su primo no ayuda en nada, pero al menos estaba ahí.
- ¿Porqué tardaste tanto?.- le había pedido que llegara hace un hora.
- Preparaba la cena de Peter.- a veces se le olvida que su primo es un amo de casa.- Pero ya estoy aquí, ¿y James?
Jarvis les anuncia desde la puerta que la visita ha llegado. Steve no quiere salir de su habitación, quiere dormir y despertar cuando el calvario termine.
- Huiré. No puedo decirle esto a mamá, la voy a decepcionar.- sus ojos se están llenando de agua.- Hoy sí me pase Tony, ¿lo entiendes?
- Tu te pasaste hace mucho tiempo, ¿cómo es que pasó? Y por favor, evita la escena pornográfica.- su primo siempre tan "recatado".
Estaba caliente, estaba en llamas. James estaba besando su cuello y marcaba un ritmo violento sobre su erecto miembro. James tenía su traje puesto y él no tenía mucha piel que tocar, decide arrancar la fina corbata y le suplica a James que tenga algo de imaginación.
En su momento, fue una gran idea, Steve es colocado contra el frío escritorio y sus manos son atadas en su espalda, con la mencionada corbata. La superficie fría le excita más, pero lo vuelve loco las grandes manos que separan sus glúteos.
- Steve, me vas a matar un día de estos.- le gusta mucho la voz de James cuando está caliente, es más ronca y profunda.- Espera, no traigo preservativos.
- Oh, no. No me vas a dejar así. Hazlo.- desde ahí se comienza a convertir en una mala idea.- Llevo al día mis supresores.
Es una sucia mentira que su boca da, por efecto del alcohol y una pequeña pastilla que ha tomado, por lo mismo no piensa con claridad.
- ¿Estás seguro?.- le está doliendo su erección.-
- Si no lo haces ahorita, conseguiré a alguien que lo haga.- Steve nunca se había arrepentido de sus palabras, pero le llegó el día.
James entra en él violentamente, incluso se escucha un crujido venir del escritorio, los embistes son rápidos y profundos. Incluso hay nalgadas y la voz James, ronca y agitada, le recuerda quién es su alfa.
- Steve, tienes que dejar de meter sustancias a tu cuerpo.- Tony se ha reído tanto, que tiene ganas de sacarlo de su habitación.- Tu nunca has sido puntual con tus supresores, nunca iban a funcionar.
- ¿Crees que no lo sé?.- ahora lo sabe y se tortura cada noche desde que lo sabe.
James está en la sala de estar, a un lado está Peggy, su querida y adorada madre que un momento lo convertirá en cadáver de un omega.
- Mamá, ¿quieres un trago?.- lo han enseñado con Tony, su primo servirá un trago y quedará en medio, por cualquier cosa.
- Señora, será abuela.- Peggy ni siquiera había contestado. Los ve y se ríe fuerte, largas carcajadas que llenan el silencio.
- Sí, quiero un trago.- pero nadie se mueve. Peggy comienza a transformar su sonrisa en un furioso gesto.- Tienen que estar bromeando.
- Mamá, lo siento.- y Steve estaba empezando a llorar, no quería que fuera así. Le ha fallado.
- Lo sentimos señora, solo, en serio.- James se levanta para abrazar a su lloroso omega.- Ya amor, estaremos bien, ¿sí?
- Espero que estén fuera de mi casa en diez minutos.- incluso Tony se ve lloroso, pero Steve no está seguro, las lágrimas no dejan de escapar de sus ojos y apenas ve cuando su mamá sale de la habitación.
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¡Sí, tenías que ser tú! [STARKER] [STUCKY]
FanfictionTony acepta su destino con su alfa Peter. Ahora vivir con él, desencadena una serie de eventos ¿Afortunados? Pero sobrevivirán, está con su alfa y lo ama mucho. Peter cree que no sobrevivirá a la incansable familia política, pero ¿qué tan mal esta...