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Llegó la hora de salida, lo que estuve esperando todo el día. Ansiosa camine lo más rápido que pude a la salida de la empresa lo que esperaba era que él estuviera ahí, esperando por mi.
Me sorprendí al ver que Abdiel si estaba esperando por mi, o eso es lo que parece.

—Creí que tardarías más —habló cuando me detuve a su lado.

—Te dije que no siempre adelanto trabajo, ¿tienes mucho tiempo esperando? —pregunte con ligera preocupación de que él tuviera mucho tiempo esperando por mí.

—En realidad no —sonrió de nuevo—. ¿Nos vamos?

—Claro que si —sonreí mientras empezamos a caminar juntos.

—Gracias a dios mañana es sábado —dijo mientras alzaba su cabeza para mirar el cielo que se encuentra lleno de estrellas, se ve muy precioso. El cielo se ve hermoso pero mi acompañante lo es mucho más.

—Ay si, necesito descansar de todo esto, lo único que quiero es dormir mucho —seguí observándolo y me di cuenta que de perfil era mucho más guapo. Todo él es guapo, ¿ya lo mencioné?

—Yo también, el trabajo suele ser muy estresante —bajo su cabeza para mirar su camino.

—Para todos lo es — de pronto se me ocurrió una idea alocada pero no sé si sea correcto—. Uhm, no sé estaba pensando que, esté tal vez... Amm...

—¿Qué pasa? —pregunto extrañado, cuando me miro vi su entrecejo fruncido.

Bien, necesitaba decirlo, desde hace días lo vengo pensando no puedo echarme para atrás justo ahora.

—Mepodríasdartunúmerodeteléfono —hable demasiado rápido. Vaya lo dije pero no sonó como quería que fuera, ni yo entendí lo que dije.

Él rió—. ¿Qué?

La vergüenza me consumía lentamente, en estos momentos deseo que la tierra me trague y me escupa en otro continente—. Que si me puedes dar tu número de teléfono. Ya sabes por si necesitas algo —trate de hablar casual, como si no hubiera hecho un gran oso antes—. Igual si no quieres lo entiendo, no pasara nada si no aceptas, solo que pensaba que podría ayudar o yo que sé, estoy hablando mucho qué horror —mis mejillas arden de tanta humillación, ¿por qué tuve que hacer todo esto ahora? Muero de vergüenza y lo peor es que yo sola me estoy humillando más.

Volvió a reír, ¿ya dije que me gusta su risa? Creo que si, lo he dicho muchas veces—. Tranquila está bien, no pasa nada —contesto con voz risueña.

Le di mi teléfono para que pueda anotar su número telefónico. Cuando termino de escribir me lo devolvió. Me regalo otra hermosa sonrisa.

—¿No quieres ir a cenar? —pregunto de la nada, me quede sorprendida. Eso no lo esperaba pero me gustaba la idea de pasar más tiempo con él. Al reaccionar le conteste.

—Por supuesto —exclamé más que contenta, él se rió de mi entusiasmo sin embargo no comentó nada al respecto y eso lo agradecí infinitamente.

Empezamos a caminar sin algún rumbo fijo. Después de un largo rato caminando decidimos ir a comer pizza. Llegamos a la pizzería, hicimos nuestros pedidos y en la espera nos sentamos en una de las mesas desocupadas.

—¿Qué es lo que te trajo hasta aquí? —pregunte con curiosidad, sé que no debería preguntar, estoy agarrando demasiada confianza y ni nos conocemos, pero realmente quiero saber. Es raro que teniendo tanto dinero y siendo alguien importante venga a "supervisar" nuestro trabajo.

—Uhm, todo se resume a mi ex —sentí algo y supe que es mi corazon que duele. Esperaba alguna otra respuesta, no debí preguntar. Eso me pasa por metiche y chismosa.

—¿Qué es lo que pasó? —me golpeé internamente por seguir preguntando. Debería callarme de una vez.

—Lo que pasa es que llevamos una relacion de 2 años pero ella decidió terminar conmigo, ya que según ella son muy frío —hizo una mueca de fastidio. ¿Él frío? ¿Está hablando del mismo Abdel qué yo? ¿Estaba en sus 5 sentidos cuándo lo dijo?

—¿Y es así? —pregunte casual para seguir con el tema. Entre más sepa de él, mejor.

—Pues es que en realidad así soy, ella espero a que fuera lo que ella quería y no es así no voy a cambiar solo porque alguien me diga —miro la mesa y soltó un bufido. Lo entiendo, no vas a cambiar solo porque alguien te lo pide. Si se supone que te ama, te ama tal y como eres. Eso es el amor.

—Vaya que tonta fue —me miro—. Digo dejó ir a uno de los mejores hombres del planeta —murmure mirando un servilletero que se encuentra encima de la mesa.

Por el rabillo del ojo pude ver que él iba a hablar porque abrió la boca pero justo en ese instante gritaron su nombre para que pase a buscar la pizza. Suspire frustrada cuando él se levantó. Sé que no debería sentirme mal pero aún así lo hago. No sé que es lo que espero ¿qué se enamore de mí solo por qué si? Si tuvo una relación de 2 años y hace poco ella lo terminó no creo que él quiera una relación por ahora. Eso cierra algún tipo de oportunidad. Pero eso no quiere decir que me dé por vencida.

—En realidad no me considero así pero gracias —dijo cuando se sentó dejando la pizza sobre la mesa. Agradecí que la pizza era de peperroni.

—Eres guapo, buena persona, cualquier chica desearía estar contigo, me incluyo —alce mi mano riendo. Era mejor decirlo para que no le quedarán dudas, je. Si quiero tener una oportunidad debe de saberlo primero.

—Muchas gracias por los halagos —¿halagos? Yo solo le decía la verdad.

Mientras comíamos le cambié drásticamente el tema, al terminar la pizza nos dirigimos a nuestras casas. Me acompañó hasta la mía, ya que era tarde y no él no quería que me pasara algo. Todo un caballero. Es perfecto.

—Hasta aquí la dejo señorita —sonreí por inercia.

—Muchas gracias por todo, de verdad gracias —y cuando le dije que por todo es por todo. Él se convirtió en mi rayito de luz en el mundo.

—No es nada, gracias a ti por acompañarme —volvió a sonreír—. Hasta aquí te dejo, ten linda noche —se acerco un poco y dudoso me miro.

—Igualmente —no lo pensé ni dos veces por lo que rápido le besé la mejilla para adentrarme a mi casa.

Vaya que gran noche.

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