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Laia y yo decidimos que comeremos en unos de los puestos de comida cerca porque si esperábamos a llegar a casa nos comeríamos entre nosotras. Las donas llenan en el momento pero no siempre, no se como fue que pasaron 5 horas y nos estamos muriendo de hambre.
Nos sentamos a esperar nuestros pedidos cuándo sonó mi teléfono.

Es Abdel, una enorme sonrisa se plasmó en mi rostro.

Cariño, ¿estás con Laia?

Si amor, ¿por qué?pregunté extrañada de que quiera hablar con ella.

¿Me puedes comunicar con ella?

Claro

—Laia— la llamé—. Abdel quiere hablar contigo —me lanzó una mirada confusa solo le di mi teléfono .

—Ou, claro —respondió extrañada.

¿Bueno?preguntó con el ceño fruncido.

Ah, clarorespondió sonriendo.

Si, tendrás mi ayudaasintió con la cabeza.

Ok, adiós

—Colgó —me devolvió mi teléfono.

—¿Qué te dijo? —pregunté extrañada de su mini conversación.

—Quiere ayuda para tu sorpresa —se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa.

—¿De verdad? —pregunté maravillada ante la idea de la sorpresa.

—Si, dice que necesita ideas creativas y por eso quiere que lo ayude —hizo una mueca.

—Ay, Abdel es un amor —sonreí como boba al pensar en él.

—Dijo que si podemos ir a tu casa dentro de una hora —habló ignorando mi comentario.

—Si nos da tiempo de comer —dije viendo la hora de mi teléfono que se encuentra en la mesa, la agarre para guardarlo porque si lo dejo ahí se me va a olvidar.

—¿Quién dijo que no íbamos a comer? —preguntó extrañada mirándome raro.

Comimos tranquilamente platicando sobre nuestros recuerdos de niñas, de todos los buenos recuerdos.

—Sabes, ayer en lo que se fueron a los juegos mecánicos conocí a una bebé —recordé a Danna y una sonrisa se plasmó en mi cara.

—¿De verdad? Que lindo —sonrió tiernamente.

—Era tan adorable. Me gustaría tener un hijo con Abdel —comenté sincerandome. Sería muy lindo tener un bebé con él.

—Wow, ¿no crees que es muy pronto?—preguntó extrañada.

—La mamá de la bebé me dijo que ella no quería tener hijos, sin embargo Danna la hizo cambiar de idea —expliqué recordando todo lo que me había contado Danae.

—Pues supongo que si —dijo analizando lo que había dicho.

—Me dijo que ella tenía un plan pero el destino hizo lo contrario. Así que si el destino quiere que tenga hijos con Abdel los tendré —sonreí orgullosa de mi vida.

—Yo lo conozco como "que sea lo que diosito quiera". Siempre se usa para los exámenes.

Reí.

—Bueno también —concordé dándole la razón.

—Cualquier cosa que suceda siempre estaré contigo —agarró mi mano para darle un apretón.


***


Me quité de la casa como Abdel pidió para que no descubriera la "sorpresa".
Laia se quedó sola en la casa esperando por él.
Son las 6 de la tarde, Laia dijo que puedo llegar a las 8 de la noche, tengo dos horas largas para hacer lo que me de en gana.
En realidad no sé qué hacer, no se me ocurre nada.
Solo me encuentro caminando sin rumbo fijo hasta que veo una biblioteca por inercia camine hacia ella.
Al entrar me di cuenta que es un lugar enorme, hay cientos de libros aquí. Me registre con la señora de recepción, una agradable señora.
Sería perfecto leer todos estos libros.
Un sueño hecho realidad tener una habitación llena de libros.
El lugar está vacío, solo hay 5 personas leyendo libros y dos de ellos están haciendo tarea. Es una lástima que nadie le de la importancia que merecen los libros.
Camino entre los pasillos con nostalgia, hace tanto tiempo que no leo un libro, de pequeña me encantaba leer pero como mamá se enfermo tuve que dejar mi pasatiempo favorito. Mi abuela me enseñó que leer es una linda forma de escapar de la realidad, hay tantas maneras de huir de nuestra vida como escuchando música, dibujando, cantando sin embargo mi manera favorita es leyendo.

Un libro en particular llamó mi atención. "Ojos de mi princesa".

Leí la contraportada para ver si realmente es interesante como se ve.

"José Carlos, un joven estudiante, halla en la figura de Sheccid el motivo para superar sus propias limitaciones y afirmar su madurez. En torno a estos dos personajes se suceden acontecimientos que nos permiten asomarnos al idealismo, al afán de perfección, pero también a los dramas y torturas interiores del mundo adolescente.

Sheccid es una niña-mujer llena de misterios, un personaje fascinante cuya belleza destructora esconde un terrible secreto; pero José Carlos, que la contempla como una musa y la mujer destinada, despliega un esfuerzo incesante para descifrar la y lograr conquistarla. El relato crece en intensidad en un poderoso vaivén que mantiene el interés a lo largo de todo el libro, hasta alcanzar un sobrecogedor dramatismo.

Los ojos de mi princesa es la obra de un escritor en plena madurez que nos lleva con mano firme y segura por los interiores de un mundo juvenil con una extraordinaria complejidad."

Definitivamente leeré este libro, suena hermoso y si es posible me lo llevare a casa para continuar leyéndolo.
Camine a una de las mesas vacías y me senté. Me adentre en el mundo de la lectura.

No fui consciente de la noción del tiempo hasta que me interrumpieron, me causo cierta molestia porque cuando leo no me gusta que me interrumpan.

—Disculpe, ya se acerca la hora de cerrar —me indicó la señora que me atendió cuando llegue.

—Oh, claro, muchas gracias —ella me sonrió de forma apenada. Pena la que tengo yo por pensando mal de ella cuando me habló.

Me levanté de la silla y observé que era la única que se encontraba leyendo las otras personas que habían en el lugar ya no estaban, solo estaban los trabajadores y yo. Puse el libro en su lugar y luego camine para firmar la salida. Salí de ahí con prisa y caminé para ir a mi casa para descubrir cuál sería la sorpresa que Abdel tenía para mi. ¿Será que es muy tarde? Me maldigo por no traer el celular todo el tiempo.

Cuando llegué vi que las luces de la sala están apagadas, caminé a la cocina donde las luces si están encendidas y mi mundo se derrumbo.

Abdel y Laia se están besando.

Oh no. ¿Ésta era la sorpresa?

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