Me gustas... 😳

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Mei

Yuzu es alguien completamente digna de admirar cuando duerme.

Tiempo atrás no me habría tomado el tiempo para notarlo, talvez porque no me había interesado lo suficiente en ella como lo he hecho recientemente.

Pero ahora algo ha cambiado, y últimamente me encuentro a mi misma mirando a mi hermana mayor cuando está dormida.
Haciéndolo a escondidas como si de algo malo se tratara aprovechando mi costumbre de despertarme primero en las mañanas.

Me acerco a su rostro muy despacio, poniendo un mechón de cabello tras mi oreja para que no roce su mejilla y así no despertarla.

Hoy me atrevo a hacer algo más y es que no puedo evitarlo.
Es imposible no detenerme a admirar sus pestañas largas o las cejas definidas. Las mejillas sonrojadas y los labios entreabiertos que dejan caer un hilillo de saliva en la almohada.
Notar éso me hace sonreír.

Alzo mi mano derecha y le aparto el pelo rubio de la cara.
Es muy suave y muy sedoso como me lo imaginé.
Me provoca querer seguir acariciándolo y eso hago, enredándolo en mis dedos y aspirando el olor de su perfume ya que tengo la oportunidad.
Inmediatamente me dejo llevar por el fuerte sentimiento que me domina, y deslizo el dorso de mi mano por su mejilla, acariciándola.
Se siente muy suave y tibia al tacto.

Soy como una acosadora... - Pienso de pronto.

Me incorporo despacio sintiendo una rara sensación en mi interior.
Distraídamente pongo una mano en mi pecho y aprieto la tela de mi pijama como si eso fuera a hacerme sentir mejor o a darme una respuesta sobre la confusión que me domina.

- Me gustas - Susurro con dolor - Pero... Eres mi hermana... ¿Entonces porqué me siento así?
Yuzu, Tengo miedo...

Ume

Al fin ha llegado el sábado.
Últimamente he trabajado hasta muy tarde, haciendo horas extras en el hospital donde trabajo y no he pasado el tiempo como se debe con mis dos hijas, lo que me ha hecho sentir como la peor madre del mundo.

Siento que las he abandonado un poco aunque las dos me han dejado muy en claro que solo estoy exagerando, pero sé que en el fondo no es así.

Como madre percibo cuando algo no anda del todo bien, y estas últimas semanas en el mínimo tiempo que he interactuado con ellas, he presenciado que mis dos hijas están decaídas y con sus mentes en otra parte.

Por eso estaba esperando con muchísimas ansias que llegara el fin de semana para salir las tres a algún lado y ponerme al día con sus vidas, ya que Yuzu hace un mes comenzó su primer año en la preparatoria y Mei su último año en la secundaria y no me he tenido la oportunidad de conversar lo adecuado con ellas y saber que todo está en orden.

Aunque me hacen falta horas de sueño, me he levantado temprano para preparar el desayuno y proponerles a las dos mi plan de salida.
Eso se ha convertido en mi prioridad.
Sólo espero que me digan que sí y arreglar lo que sea que las esté molestando si existe la oportunidad.

Escucho abrirse la puerta del cuarto que las chicas comparten, seguida de
Mei, que aparece en la cocina, con una expresión indescifrable en su rostro.

- Buenos días madre - Me da un beso en la mejilla.
- Buenos días Mei-chan.

Estoy por preguntarle si durmió bien, ya que la noto un poco cansada, cuando suena el teléfono fijo de la casa.
Contesto de inmediato.
Deseo de todo corazón que no sea una llamada del hospital para que vaya a trabajar a última hora, pero no, resulta que es algo aún mucho peor.

Mei

Madre parece angustiada al teléfono, lo que me hace olvidarme por un momento de Yuzu.
Está hablando en voz baja, y por un momento voltea a verme de reojo como si temiera que yo escuchara algo de lo que está discutiendo con quién sea que esté al otro lado de la línea.

Un Amor Diferente 💕 [ Citrus ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora