¿Problemas? 😯

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Al día siguiente en la tarde

Yuzu

Mei y yo estamos haciendo nuestras respectivas tareas en absoluto silencio.
Ella en su escritorio y yo en el mío; así como muchas veces lo hemos hecho desde niñas.

De vez en cuando dejo el lápiz a un lado y la miro de reojo sin poder evitarlo.
Mei tiene una expresión muy linda cuando está concentrada en algo importante, y justo ahora la tiene.
Siempre le da por fruncir las cejas y morderse el labio inferior.
Es un detalle que ya había notado anteriormente cuando estudiábamos, pero que con los eventos de los últimos días, ha adquirido un nuevo significado para mi porque me hace pensar en lo adorable que me parece.

Ella ya sabe que la estoy mirando, porque se mueve incómoda en su silla y de manera nerviosa se acomoda el cabello detrás de la oreja varias veces seguidas.

- Yuzu no me distraigas... - Me pide sin mirarme.
- Pero si yo no estoy haciendo nada. - Río un poco.
- No te hagas la inocente conmigo.

Ella sigue escribiendo en su cuaderno, con su típica expresión imperturbable, pero se sigue moviendo incómoda en su silla, y ya se nota que ha perdido totalmente la concentración gracias a mi mirada.
Al final se rinde y deja el lápiz a un lado y se voltea hacia mi con su rostro serio.

- ¿Qué es lo que quieres?
- Nada - Respondo sinceramente - Solo me gusta mirarte.

No dice nada sobre mi comentario, solo se sonroja y se levanta de la silla para acercarse dónde estoy.

- ¿Necesitas ayuda con la tarea?

- Sabes, voy un curso adelante de ti.
Por supuesto que no necesito ayuda. Ahora que lo pienso, deberías llamarme "senpai" ¿No te parece?

-  Muy bien "senpai",  ¿Y tú recuerdas que desde la escuela he sido yo quién te ayuda a resolver las tareas de matemáticas?

- Touché.

Las dos reímos.

- Pero ya en serio, todo está bien. Ya la terminé.
- ¿Lo puedo revisar? - Pregunta al tomar mi cuaderno en sus manos.
- Si quieres.

Me siento nerviosa al sentir a Mei tan cerca de mí.
Estoy tentada a robarle un beso, ya que desde ayer no lo hicimos más y no podido dejar de recordar esa sensación.
Me muerdo el labio con duda, pensando en si debo ceder a mi deseo o reprimirlo.
Estoy a punto de mencionárselo, cuando Mei pone el cuaderno abierto frente a mi.

- Este está mal. - Toca con su dedo índice la hoja - El resultado es negativo y no positivo.
- ¡¿Qué?!
- Hiciste mal la conversión.

Se inclina sobre el escritorio escondiendo un mechón de cabello tras la oreja, y paso a paso me explica el método correcto para resolver la ecuación y me enseña donde fue que me equivoqué.

En realidad yo no le estoy poniendo mucho cuidado.
En mi mente solo puedo pensar en el hermoso perfil derecho de Mei y en lo mucho que deseo besarla.

Es como si desde ayer, algo primitivo que se encontraba dormido, se despertara de pronto dentro de mí después de la confesión y la demostración de afecto que compartí con Mei.

Actúo por instinto y me acerco a su rostro.
Ella al darse cuenta de lo que pretendo se aparta, me mira a mí con nerviosismo y luego ve hacia atrás.
La puerta está abierta.

- ¡Aquí no! - Me dice alarmada - Mamá está en la cocina...

- Lo siento - Murmuro - Lo-Lo había olvidado...

Juego con mis dedos de manera nerviosa.
Estoy tan avergonzada que no me atrevo a mirar a Mei a los ojos.

- Yo también quiero besarte... - La escucho decir. - Pero no con mamá a escasos metros. Nos puede ver...

Suena tan avergonzada como yo. Eso ahora me hace sentir un poco mejor, ya que sé que no soy la única que está sintiéndose de esta forma.

Siento que podría morir de felicidad...

- Ahora en la noche... - Sugiere después de un minuto de silencio.
- De acuerdo. - Asiento con mi cabeza - Lo siento Mei.

- No tienes que disculparte - Tímidamente me acaricia la cabeza - Ahora terminemos tu tarea.

Ese gesto me toma por sorpresa.
Ella nunca había hecho algo así conmigo.

Justo después de las palabras de Mei, mamá entra en el cuarto; provocando que las dos peguemos un brinco del susto.
Mei me mira de reojo como diciéndome "te lo dije".
Yo sólo puedo sonreírle en modo de disculpa.

- ¡Oh niñas las interrumpí! ¿Están ocupadas?

- No - Decimos al mismo tiempo.
- Bien. Mei-chan ¿Podrías por favor ir a la tienda un momento? Necesito algunas cosas para la cena.
- Claro madre.
- ¿Puedo ir con ella? - Pregunto.

Mamá niega con su cabeza.
No sé si será impresión mía, pero me parece que tiene una expresión de preocupación en su cara.

- A ti te necesito en la cocina.
- De acuerdo...

Sentada desde mi silla observo como mi madre le da el dinero y una pequeña lista a Mei y luego escucho el sonido de la puerta principal al cerrarse.
Ahora estamos solo ella y yo.

De inmediato, mi madre se acerca hacia donde estoy frotándose las manos en forma nerviosa.

- Mamá ¿Estás bien?
- Yuzu, tenemos que hablar sobre Mei.

¿Es posible que sepa que Mei y yo...?

- ¿Qué pasa con ella? - Le pregunto lo más natural que puedo. A la misma vez pienso en qué excusa y mentira decir en caso de que se haya enterado de lo que está pasando entre sus hijas.

- Ayer me llamaron del hogar para niños... Querían preguntarme que como estaban las cosas con Mei... - Hace una pausa y me mira preocupada - Yuzu... Apareció un pariente y quiere conocerla.

- Ohhh - Es todo lo que digo en tono de alivio - Bu-bueno... Es normal ¿No mamá?

- Yuzu... Él quiere conocerla porque quiere ser parte de su vida.
Podría llevársela.

- ¡¿Qué?! ¡No! No pueden... - Digo al ponerme en pie de inmediato.
Siento como me cuesta respirar por la impresión. - Eso no puede ser.
Mamá, no se la pueden llevar...

Su mirada triste y afligida me dice que estoy equivocada.

Mei

Al llegar de nuevo a casa un cuarto de hora después, es Yuzu quién me recibe las bolsas de las compras con un entusiasmo algo exagerado.

- ¿Cómo te fue? - Pregunta en tono alegre.
- Bien. - Respondo quitándome los zapatos - Aunque está muy frío afuera. Buscaré un suéter siento que me congelo.
Madre ¿Quieres que te ayude con la cena?

Eso lo pregunto de camino a mi habitación con Yuzu caminando detrás mío sigilosamente.

- Oh no linda. Tu hermana yo lo tenemos cubierto. - Sonríe. - Descansa y gracias.
Ya pronto estará todo listo.

Un escalofrío me recorre el cuerpo en su totalidad, y no sé porqué, pero siento que tanto mi madre como Yuzu actúan de forma distinta.

No le tomo mucha importancia, talvez solo estoy imaginando cosas.
Siempre estoy malinterpretando las cosas, así que entro al cuarto.
No han pasado ni un dos segundos cuando siento la presencia de Yuzu tras de mi.

El abrazo que me da desde la espalda me sorprende.

-¿Yuzu?

Ella no me responde. Solo me abraza con más fuerza.

- Yuzu suéltame - Intento zafarme de su agarre - Sabes que no soy alguien de abrazos.
- Solo déjame así un poco más...

Termino cediendo porque el calor que emana de su cuerpo me reconforta y me quita el frío que estaba sintiendo del exterior.

-¿Alguna vez te dije que te quiero? - Pregunta de pronto.

- Cuando éramos más pequeñas - Respondo después de pensarlo un momento.

- Mei... Te quiero. Nunca me dejes...

Continuará...

Un Amor Diferente 💕 [ Citrus ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora