San Blas

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Durante el trayecto Acker y Sebastian comentaban algunas cosas que no entendía al cien, sin embargo escuchaba Salta y Paolo palabras que relacionaba con su familia directamente.

-¿Crees que los rumanos quieran ver a los niños?-pregunto Acker a Sebastian un poco asustado -por que son mitad humanos y mitad inmortales

-¿Rumanos?-pregunte

-creo que ya te había comentado que ellos son vampiros de alto rango encargados de que nuestro secreto siga guardado, sólo nos esta permitido que lo sepan algunas personas...

-¡Shh!-Sebastian hizo el ademán de silencio interrumpiendo a su tío, Acker se molestó por ello y le dijo:

-Dylan ya es como nosotros Sebastian, deja de incomodar

Acker y Sebastian se quedaron en silencio un momento, me sentí de esa manera ante el silencio que había en el coche y para romperlo empecé a golpear mis piernas haciendo una melodía que se me venía a la cabeza

-¿Llegaste a tocar la batería amor?-pregunto Acker, luego poso su cabeza en mi hombro yo hice lo mismo quedando encima de su cabeza

-No , siempre tuve los deseos de entrar a una clase de batería pero mis inseguridades nunca me dejaron

-Todavía puedes amor, tienes todo el tiempo que quieras -Acker me dio un beso en mi mano

-¿No crees que sea peligroso?-note como Acker fruncía el entrecejo- Me refiero a que habrá gente y mis compañeros correrían riesgo-de pronto me imaginé un salón de clases con el piso lleno de sangre y mis compañeros muertos con una mordida en diferentes partes de su cuerpo

-En dos años ya habrá saciado tu sed natural de sangre pero con lo sucedido con tu madre y su esposo avanzaste en lo que muchos nos tardamos bastante, por ejemplo Adaline la hermana de Sebastian tardo cinco años en saciar su sangre y eso fue cuando nos mudamos un tiempo a Palermo ¿Verdad Sebas?

Sebastian asintió pero no dijo nada ya que al parecer estaba concentrado en el camino

De pronto el camino se lleno de niebla espesa que no dejaba ver hacía donde íbamos, una niebla parecida a la de las películas de terror. 

-Regresa-dijo Acker a su sobrino-es peligroso

-Ya hablas como humano tío, no pasa nada de hecho es por aquí

-¿En serio?-pregunte nervioso

-Si, San Blas está muy cerca del monte

Acker y yo nos miramos durante un instante, luego giramos la cabeza hacia el frente

Sebastian se abría paso por la niebla y eso tardo como una hora y veinte minutos aproximadamente hasta que poco a poco bajaba la niebla y daba a conocer un pueblito mexicano típico con sus casas con techo de teja roja y pintadas sus paredes de blanco, la iglesia estaba en el centro del pueblo, pero su arquitectura imponía poco

-Bienvenidos a San Blas-dijo Sebastian

La Agonía de DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora