Baño

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Olía horrible, bastante para matar a alguien simplemente con el olor a sangre y sudor que desprendía mi ropa y yo también

Cuando me metí a la regadera, abrí la llave del agua y de manera inmediata me metí a bañar, ya no espere a que el agua se calentará, estaba perfecta para mí estando fría.

Si tan solo pudiera suspirar ya que el baño me estaba asintiendo bien, era delicioso y de pronto recordé la cara de Acker cuando mencioné que me daría un báñele morderse los labios era lo tercero mas sexy que le había visto a ;lo primero había sido verlo de espaldas, desnudo cuando nos escapamos

Termine de bañarme, salí con una toalla ceñida a mi cintura y camine hacia mi recámara; al llegar me quedé nuevamente viendo al espejo, ya no era el chico delgado y esquelético que había sido en mi forma humana, ahora tenia algo de músculo y definición en algunas partes

Sonreí y empecé a buscar mi ropa cuando de pronto escuché un sonido fuera de mi recámara que al parecer provenía de la recámara de mi madre, salí de mi recámara y corrí a ella sosteniéndome con una mano la toalla.

Llegué, abrí la puerta y no había nadie, no sentía alguna presencia dentro la recámara, así que volví a la mía y al entrar nuevamente vi a Acker entrando a mi recámara con una toalla ceñida en su cintura

Llegué, abrí la puerta y no había nadie, no sentía alguna presencia dentro la recámara, así que volví a la mía y al entrar nuevamente vi a Acker entrando a mi recámara con una toalla ceñida en su cintura

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-Pensaba que querías bañarte conmigo-Acker se desabrochó un poco la toalla-será tu cumpleaños y quisiera...

-Señor Arana, usted en verdad peca de pervertido -solté mientras me acercaba lentamente a él

-No-Acker tomo mi mejlla-usted señor Arrutia me hace sentir de esa manera ahora que puedo intimar con vos

Su acento argentino me derritió por completo

Y ya no pude ver si Acker continuaba con la toalla en su cintura cuando se acercó a mi y me quitó la mía...

En un momento el puso mi espalda contra la pared, mis uñas trataron de sostenerse de ella pero era demasiado inútil, Acker hacia que mi espalda rozará con ella de una forma salvaje, pero que a mi me encantaba, literalmente éramos dos animales salvajes sin control y si hubiera sido humano yo estuviera muerto por culpa de lo que estuviéramos haciendo.

Luego el me depósito en el suelo y me aferré con mis uñas a la espalda de mi novio, lo arañaba cada vez que el era demasiado intenso en sus movimientos, el me devolvía el gesto con algunas mordidas leves en mi brazo

Mis ojos notaron en las ventanas las gotas de agua como si mi recámara se hubiera convertido en un sauna

-¿Crees que Sebastian...?

-Al diablo con Sebastian-soltó Acker mientras estaba encima mío embistiéndome con fuerza -bésame-rogo 

Y así lo hice hasta que:

-¡Tu madre!-era Sebastian detrás de la puerta-se acerca

La Agonía de DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora