Sorpresas

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A la mañana siguiente los niños se despertaron a las ocho de la mañana y lo primero que pidieron fue comer, yo no sabia si tenían hambre "normal" o la de cualquier vampiro, Acker fue el que interpreto que necesitaban desayunar comida. 

-Eres bueno con los niños- le dije a Acker luego de que el pidiera los desayunos en el teléfono del hotel

-Tu también lo eres mi amor...

Estábamos a punto de besarnos cuando de pronto Sebastian llego a nuestra recamara a interrumpirnos como siempre 

-Espero que sea algo importante sobrino...

-Tengo que avisarte que tu y yo no hemos comido en dos días y me siento débil...-Sebastian poso sus manos en su abdomen sentándose de inmediato en la cama de uno de los chicos. 

-No habrás comido tu, pero yo ya lo hice cuando fuimos a San Blas...

-¡Que! Y apenas venís a decirme-Sebastian estaba enojado-¿Quién te crees que eres boludo? Sos re ortiva conmigo....

Sebastian se levanto de la cama, los niños empezaron a gritarle cosas debido a que no los dejaba ver la televisión a gusto y en unos segundos mi sobrino había dejado la recamara.

-Tu no has comido tampoco-Acker se levanto de la orilla de la otra cama ya que el carrito donde traían el desayuno de los niños se acercaba

-Tranquilo, le pediré a Sebastian una de sus botellas de sangre 

Acker movió su cabeza sonriéndome, tocaron la puerta y espero unos segundos para abrirla, cuando lo hizo la chica que llevaba el carrito como todo mundo lo hacia observaba de arriba a abajo a mi marido, el de manera cortes se dirigió a la chica y recibió el desayuno con todo y carrito. 

-¡Niños aquí esta su desayuno!-exclamo Acker y los muchachos bajaron de la cama emocionados a desayunar lo que mi novio les había pedido: un coctel de frutas y un omelette con una pieza de pollo asada que a simple vista se veía apetitoso 

Acker y yo observamos a los niños desayunar durante unos minutos, luego de ello el menciono:

-Aryan me gusta para el nombre de uno de ellos- señalo al niño que no se parecía tanto a Damian 

-¡Suena genial!-exclame- ¿A ti te gusta Merrick?- pregunte y el asintió

-Entonces ya esta, Aryan y Merrick-Acker se acerco a los niños-¿Les gusta sus nombres?

Ver a Acker en forma paternal me daba mucha ternura como se lo había expresado con anterioridad, note que los niños asentían mientras estaban ocupados en terminar su coctel de fruta

-¿Entonces como le haremos?-le pregunte a Acker mientras caminábamos un poco por la recamara- Mi mama ya sospecharía si llevamos a dos niños a la casa y aunque me gustaría que los conociera ya que técnicamente son sus nietos, se que por el momento no es posible. 

-Sebastian puede adelantarse a Salta, lo que nos imposibilita el viaje es que ellos necesitan sus pasaportes...

-¿Entonces los esconderemos hasta cuando? 

-Mi amor, no te desesperes-Acker me tomo del hombro para tranquilizarme- mi padre tiene un contacto de tantos-Parecía que le daba pena decir ese secreto de la familia- que puede sacarnos del embrollo de los pasaportes de los niños, es cuestión de ir a verlo, esta muy cerca de aquí y así aprovechas a que te enseñe a como comer de la energía sobrante de las personas

Asentí.

Luego de un rato llego Sebastian un poco mas calmado, Acker le comento que iríamos en el coche a la casa del amigo de Paolo a negociar y le pedimos a mi sobrino que se quedara con los niños en lo que Acker y yo volvíamos, el asintió ya que aprovecharía a ponerse al corriente con las noticias en la televisión

Salimos del Hotel mi novio y yo, pero al cruzar la calle note a un hombre de tez morena y cabello negro que veía hacia el hotel mientras platicaba con alguien en su teléfono, le iba a decir a Acker pero no le tome importancia y entramos al estacionamiento donde estaba el coche guardado.    


La Agonía de DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora