23. Escondidos

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Narra _____

- Ahora que lo recuerdo,... - rió. - sí hay algo con lo que debas tener cuidado. Por cada habitación que abras y yo no esté en ella, daré un disparo en la dirección a la que debas ir, así que tienes que agudizar tu oído. Si entras en un cuarto, y yo me encuentro en el contiguo, es decir, a tu derecha, por ejemplo, dispararé a la derecha, ¿comprendes? Y aquí es donde vienen los problemas, para ti, claro. - soltó una carcajada. - Tus amigos tienen la boca tapada, o sea, no podrán gritar aunque quieran. Cada vez que tú te equivoques, como bien ya sabes, te guiaré, pero tendrás que tener mucho ojo con qué habitación eliges, porque pueden recibir ellos la bala. Es fácil, ¿verdad? - mi cuerpo estaba completamente firme y el único sudor que me caía, era frío. La vida de esos dos idiotas dependía de mi. - Ya puedes abrir los ojos. - los abrí y me encontré en el portón de una gran casa vieja y algo rota. Frente a mi, subían dos grandes escaleras que llevaban a un mismo lugar: un arco de madera. - Pista: estoy en el segundo piso. - se oyó desde arriba. Elegí cualquiera de las dos estructuras para llegar a arriba y, al asomarme a través de los pilares, solo vi un pasillo interminable con infinitas puertas a ambos lados. Era hora de elegir, de jugarme la vida. Más bien, la vida de esos dos.

- Al menos dime frío o caliente, hay muchas puertas.

- Ahí está la gracia. - me tocó alguien el hombro. Era uno de los chicos que trabajaba para él.

- ¿Y cómo pretende que tenga una noción de dónde está?

- ¿Y cómo pretendentes que se divierta el señor? - me imitó.

Narra Conway

La comisaría estaba en tensión máxima. La mayoría de nuestros hombres habían acudido al 10-35 y Volkov, algunos otros y yo, seguíamos intentando dar con el paradero de su sobrina.

- ¿Dónde buscamos? - Volkov se llevó las manos a la cabeza.

- ¿Tiene idea de si tenía problemas con alguien, comisario? - en ese momento se me encendió la bombilla. 

- Su exjefe. - hablé sin pensar.

- ¿Su qué? - hizo Volkov un movimiento brusco.

- Retírense, por favor. - indiqué a los agentes. Tras estos irse, proseguí. - No sabes nada, ¿verdad?

- ¿Sobre qué?, ¿qué me estáis escondiendo?

- Volkov, mírame. Eres de los mejores agentes que tengo, y son cosas sobre tu sobrina, así que te lo voy a contar, aunque dudo que ella quiera. - él estaba intentando procesar lo que le estaba diciendo. - Ella antes formaba parte de una mafia, solo que al entrar, os separó a ti y a tu hermana para no involucraros. El grupo se disolvió porque se detuvo al cabecilla, y le comenzaron a llegar amenazas, por eso la metí al cuerpo, para que estuviera protegida.

- ¿Por qué no me lo había dicho?... - habló por lo bajo. Se encontraba mal, lo sé. - ¿Cómo se le ocurre a esta niña esconderme eso?, si es lo primero que me debería haber dicho. Ahora está a saber dónde. Probablemente se la haya llevado ese capullo.

- Vamos a encontrarla, ¿de acuerdo? Pensemos como una mafia. Si fueras una, ¿dónde cometerías un crimen?

- En un lugar no vigilado.

- Exacto, al igual que el norte. Allí nunca hay policías, así que deben estar allí. Saca un coche y hacemos perímetro. Cuando estemos seguros de dónde están,  entramos con todo el cuerpo. Podemos empezar por la calle abandonada, puede que hayan sido tan idiotas como para llevarla a allí.

La sobrina de VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora