45. A galope

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Narra _____

Llevábamos un rato en la explanada, intentando enseñarme a llevar al caballo sola.

- ¿Quieres parar un poco? Te veo cansada. - se rió de mi

- Oye, no te burles, que es complicado. Seguro que tu tampoco aprendiste en un día. - hice pucheros. Saltó del caballo y me tendió su mano.

- Ven anda, vaquera. - la acepté y bajé. Dejamos a los animales correr libres, ya que siempre volvían a Brandon, y nos tumbamos en la hierba a mirar las nubes.

Narra Conway

Paré el coche y Volkov casi que se tira en marcha de él cuando vio la casa.

- Lleva el arma a mano, - le indiqué. - no sabemos a ciencia cierta si es ____. - ambos llevábamos la pistola en la cara, apuntando. Toqué varias veces pero nadie abrió, así que no me quedó más remedio que dar una ligera patada y la puerta se abrió sola.

- ¿Anda alguien ahí? - preguntó el comisario.

- Aunque fuera así, si son delincuentes, dudo que respondan. - reí. Revisamos todas las habitaciones del lugar y estaban vacías, pero era cierto que habían indicios de que alguien estaba viviendo ahí.

- Mira, hay gente tumbada allí arriba. - señaló a través de un cristal de la cocina hacia una ladera. - Quizá saben algo. Vayamos a preguntarles, no perdemos nada. - cogimos de nuevo el patrulla para acercarnos más, cuando vimos que las dos personas echaban correr.

Narra _____

- Mierda.

- ¿Qué pasa? - me miró extrañado.

- La policía. Mira. - indiqué.

- ¿Qué querrán?

- Debo irme. - me levanté dispuesta a subir al caballo.

- ¡Espera! No sabes montar. - gritaba mientras se acercaba detrás de mi.

- Ya me buscaré la vida. Tranquilo, te lo traeré de nuevo. - dije mientras me metía entre la maleza. Cuando quiso repetir mi acto para seguirme ,me perdió de vista, por lo paró en seco.

Narra Conway

- ¡Señor! Espere, pare. - llamó su atención Volkov. - ¿Por qué huyen?

- No lo sé. Mi vecina - puso cara de enamorado al decir esto - os ha visto y ha huido, pero no sabe galopar. Que aventurera es. - volvió a poner esa cara.

- ¡___! - dijimos ambos a la vez mirándonos.

- ¿Quién?

- ¿Por dónde se ha ido? - interrogó Viktor mientras yo le miraba con cara de asco.

- Por ahí. - señaló unas hierbas. - No habrá ido lejos. Y... señor, ¿le pasa algo? Desde que empecé a hablar me ha estado mirando mal.

- Ándate con ojo. - le saqué la porra amenazante. El comisario me dio un empujón en el hombro, indicándome que parara, y echamos a correr entre árboles. Llevábamos unos minutos revisando, cuando apareció un caballo blanco como la nieve, alterado y relinchando, saltando como loco, como si nos estuviera avisando de que algo pasó. Le dejamos libre el camino para que saliera de allí y se reencontrara con su dueño. Estábamos cerca de encontrarla, lo presentía. Cuando lo hiciéramos habrían dos opciones: su tío la mataría, y dudo que metafóricamente, por irse de esa manera, o la abrazaría y vigilaría como nunca. No podría salir sola nunca más, y mucho menos conmigo, el culpable de que esto hubiera sucedido. Seguro que Volkov ahora mismo me odia, solo que está más preocupado por encontrarla.

La sobrina de VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora