La sobrina de Volkov

37. Consejos

Narra ____

- Señorita _____. - sentí como me movieron el brazo suavemente. - Su tío me mandó a despertarla porque es tarde y deben irse a casa. - intentaron poner una voz dulce para no agobiarme.

- ¿Mmm?... ¿Grecco? - estaba aún dormida. Abrí los ojos despacio, miré hacia mis piernas y vi una manta sobre mi. Ya no estaba recostada en Conway, ahora lo estaba sobre un cojín. 

- Sí, señora.

- ¿Qué hora es? - intenté enfocar su cara.

- Las 19:00 pm, la hora de finalizar el turno del comisario Volkov.

- Ya bajo entonces. - se dispuso a irse. - Espera... - le obligué a parar. - llevo un mal día... ¿puedes sentarte y hablar un poco conmigo? 

- Claro, ¿qué sucede? - se sentó a mi lado cuando me vio incorporarme. 

- Esta mañana... perdí a mis dos mejores amigos...

- Bueno, no se preocupe. No importa por lo que hayan peleado, seguro que se reconcilian.

- No perderlos de la forma en la que crees...

- Oh... yo... perdón, lo siento, no lo sabía.

- No te preocupes. - puse la mano sobre su hombro. - Quería pedirte consejo. ¿Se te ocurre algo que pueda hacer para despejarme un poco?

Narra Conway

- Señor, es mi hora de irme, creo que es el momento de realizar mi 10-10. ¿Ha visto a mi sobrina en el tiempo que he estado fuera? No he tenido tiempo de llamarla, pero como se quedó aquí, supuse que sabríais algo.

- 10-04, Volkov. Sí, no te preocupes, está arriba durmiendo. - señalé las oficinas.

- ¿Enserio? Me alegra que esté descansando. Voy a ir a por ella entonces.

- No te preocupes. Tú ve a casa y relájate, yo la acerco cuando despierte. - respondí ordenando unos papeles.

- ¿De verdad? Si te supone una molestia... 

- Despreocúpate. Ve a dormir y comer, que ha terminado tu turno. - indiqué. Al este irse, solté los archivos y subí a ver a ____. Allí estaba, sentada, hablando con Grecco. - Buenos días, aunque sean tardes ya. - saludé intentando parecer amable.

- Hola. - intentó fingir una sonrisa como pudo.

- ¿De qué habláis? - dirigí mis ojos a Grecco.

- Ha.. tenido un perdida un poco difícil, - intentó decir lo más cuidadosamente que pudo. - y me estaba pidiendo consejo.

- No es nada. - siguió ___.

- Tu tío se ha ido a casa, - miré ahora a esta. - yo te llevo. Cuando termines, baja, estaré en el parking fumando. - a los cinco minutos de encender el cigarrillo, apareció aquella cara triste a mi lado. - ¿Qué te ha pasado, muñeca? - solté el humo.

- Les asesinaron. - susurró. Coloqué mi mano en su espalda y la acaricié.

- ¿Aquel capullo?

- Sí...

- No te preocupes. Lo cogeremos, te lo prometo. - me observó con ojos tristes. - Por cierto, quiero llevarte a dar un paseo, para hablar. - tiré el cigarro y lo pisé. - Yo también he pasado por tu situación. Por culpa de mi trabajo, he perdido gente cercana y leal, y me gustaría ayudarte. ¿No querías consejos?, no hay ninguno mejor que el de un hombre frío al que le han arrebatado todo. - caminé hacia mi Audi. - Vamos. - la animé y esta me siguió.