La sobrina de Volkov

49. Se sincero

Narra Conway

- No puedo decir que seamos pareja, porque te estaría mintiendo, pero sí han pasado cosas entre nosotros.

- Entonces, ¿qué me consideras para ti?

- Eh... yo... no lo sé. - estaba nervioso, pero no quería demostrarlo.

- Viendo que ni si quiera te decides, me alegro de no recordar nada de lo que hubo entre tú y yo.

- Sé que no lo dices enserio. - esas palabras, aunque no quiera admitirlo, dolieron.

- Lo digo de verdad, porque no le conozco, señor.

- ____...

- ____ nada. No le conozco, no me conoce, y cuando sí le recordaba, ni si quiera se aclaraba con qué era para usted, me tenía en el limbo, para divertirse. - me habló como a un extraño. - Así que ahora, si me perdonas, me voy con mi tío. - desapareció por la puerta dejándome solo allí dentro.

Narra ____

No tenía ni idea de quién era ese superintendente, pero no iba ser su complemento para cuando quisiera llevarme con él.

- ¿Nos vamos? - dijo con una cara más calmada mi tío.

- Sí, claro. - le correspondí.

- ¿Te llevo a casa para que vayas habituándote y te tomes tu tiempo?

- No, me apetece salir a tomar el aire. ¿Tú a dónde vas?

- A trabajar.

- ¿De policía? - señalé su ropa.

- Correcto. - asintió una vez.

- Y, ¿podría ir contigo?

- Podrías quedarte en comisaría, siempre y cuando me prometas no salir de allí.

- ¿Por qué no puedo?

- El médico nos ha pedido que estés siempre acompañada para ver cómo evolucionas.

- Bueno, está bien, solo quiero salir de aquí. - miré hacia detrás, en busca de Jack. Era él a quien quería evitar en realidad.

Me subí en la parte trasera del coche y ellos dos en la delantera para dirigirnos al edificio. Mientras nos bajamos del coche, Conway se dirigió a mi por primera vez en todo el trayecto.

- ¿No vas a casa?

- ¿Le importa?

- Sí, ____, me importa lo que hagas, cómo estés y cómo te sientas, ¿lo entiendes? - me gritó. Mi tío abrió mucho los ojos ante su respuesta. Se hizo un silencio absoluto.

- Yo... mejor... voy entrando. - habló Viktor entrecortado mientras señalaba la entrada y se iba muy despacio.

Narra Conway

- ¿Por qué te importo si ni eres capaz de catalogarme en tu vida?

- La has marcado bastante, y eso es suficiente. A mi, antes, las relaciones afectivas me importaban una mierda desde que murió mi mujer. Tú eres la única persona a la que le he demostrado algo y con la que he tenido una especie de relación amorosa desde entonces. - bajé más el tono de voz.

- N-no lo sabía... lo siento. - bajó la mirada.

- Antes tampoco, es la primera vez que te lo cuento. - me acerqué a su cuerpo. - No voy a echar a perder lo poco que he cultivado, aunque para mí sea mucho. - la tomé por el mentón. -Soy muy frío, muñeca, pero todo tu ser consigue derretir ese hielo que hay en mi. Pensarás que te trato de forma brusca por como soy, pero daría mi vida para protegerte. - hubo un silencio. - Te volveré a conquistar si hace falta.

- ¿Cómo sabes que antes me tenías?

- Lo sentía. Te molestabas cada vez que te soltaba alguna de mis frases fuera de lugar, intentabas ponerme celoso por todos los medios posibles. - se me saltó una lágrima pero mis gafas no le permitieron verla. Sus pequeños ojos me miraban fijamente, como expresando tristeza por no poder recordarme. - Pero bueno, - dije separándome de ella al darme cuenta de cómo me estaba comportando, no era normal en mi. - es hora de trabajar. Entremos a comisaría para ver si recuerdas algo. - me aclaré la garganta. Eché a andar y ,___, aturdida, me siguió. Yo solo suspiré y seguí.