🅑🅔🅢🅞 🅔🅝 🅛🅐 🅜🅔🅙🅘🅛🅛🅐.
Narra: Narrador externo
Hawks agarró a Shiota de la mano y corriendo, bajó las escaleras hasta el primero piso de la empresa y salió a la calle. Después usó sus alas para empezar a volar, cargando a Echo como una princesa, aunque a la chica no le hizo mucha gracia, se dejó hacer. Hawks ascendió a las nubes y siguió recto, sin detenerse en ningún momento. Shiota solo miró los alrededores, el paisaje era bonito, aunque típico de una ciudad llena de gente, bueno, después de todo vivían en la capital del país. El cielo se notaba un poco contaminado, pero Keigo ascendió lo suficiente para evitar el mal aire, no quería enfermar a su compañera de vuelo, ¿o lo sentía como más, como algo especial? Hawks, como su nombre indicaba, poseía un kosei de halcón. Además de poder volar poseía características de comportamiento de ese animal. Para su desgracia él tenía el pensamiento de encontrar una única pareja para toda la vida y además, querer cortejarla antes de intentar más. Por eso, al ver un ser similar a él, que podía volar (y además admiraba al que consideraba el mejor héroe del mundo) no pudo evitar sentirse atraído hacia ella.
-Keigo, ¿estás bien?
Narra: Koko_frans
Una bomba, eras una bomba para Keigo. Dijiste su nombre de repente, vuestras caras estaban muy cerca y había contacto entre vosotros. Keigo se sonrojó levemente y, con lentitud dijo:
-Un poco...solo espera un poco más...quiero llevarte a un lugar especial para mí.
No quería decírtelo, pero había montado un pequeño nido en una cabaña y se sentía orgulloso. El nido era un revoltijo de sus plumas y sábanas, junto a algunos cojines, formando una cama perfecta. Sin embargo Hawks primero quería enseñarte otras cosas, solo la cabaña, no tenía pensado dejarte pasar al cuarto donde estaba su obra de arte.
-¡Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawks!
Hawks miró hacía abajo, viéndote a ti. Tenías los mofletes inflados, mostrando tu disgusto al ser ignorada por él. Hawks sonrió y se acercó a ti.
-Espera, colibrí, enseguida llegamos.
.
.
.
.
.
.
.
.
-Mira, hemos llegado a casa, Colibrí.
Miraste delante tuyo y pudiste ver una hermosa cabaña. Era algo increíble, estaba cerca de un río y a su vez se encontraba rodeada de árboles, algo que te encantaba, pues odiabas la ciudad. Preferías vivir ahí, pero estando en el campo o en un bosque no se salvan vidas. Keigo te observaba expectante, queriendo saber tu opinión. Sabías que quería escucharla, pero solo te centraste en examinar más a fondo la cabaña. Madera preciosa, una pequeña terraza y parece que tenía una chimenea. Eso te pareció peligroso, pero lo dejaste pasar. Total, si morías atormentarías a Keigo y Enji desde el infierno.
-¿Te...te gusta la cabaña, colibrí?
-Es...preciosa. No me esperaba algo así, me has sorprendido. Aunque quiero saber como, por y para que estamos aquí.
-Ya llevamos tiempo de conocernos y hemos trabajado muy duro, así que pensé en unas vacaciones. ¿Vienes conmigo?
-Claro.
Keigo te agarró de la mano y te dio un inesperado beso en la mejilla.
-Disfrutemos del lugar, Colibrí.
Nota de autora: Lamento tardar en publicar. Este capítulo va dedicado a @Naomi_7408 (no me pidió que se lo dedicara pero oye, ha sido la primera persona en comentar en los capítulos). Seguramente tarde en publicar, ya que me voy de vacaciones y a donde voy no se si podré escribir. Adiós.