- Keigo, no me vuelvo a embarazar en tu alada vida, pajarraco.
- ¡ Tu piensa en lo que traes al mundo !
- No, no lo hago, pudrete.
Eco odiaba la situación en la que se encontraba. Era hora de dar a luz, pero claro, como Keigo no tenía que hacerlo, para él no era tanto.
- Todos, todos y cada uno de los pañales los cambiaras tu. - dijo antes de empezar a pujar.
Unas horas después dos llantos se escucharon. Dos niños rubios gritaban a pleno pulmón.
- ¿ Porque se parecen los dos a ti?
- Genes tan dominantes como su padre, supongo.
- No eres tan dominante si te tiro de la oreja, Kei.
Keigo tembló ante la voz tenebrosa de su esposa. Eco daba miedo cuando se enfadaba, sobre todo si Endeavor estaba cerca. Tenían una relación extraña esos dos. A veces parecían cercanos y al momento siguiente veías a Endeavor gritando como un crío mientras corría de Eco, la cual llevaba una pistola de agua en la mano. Lo mejor de todo era cuando el joven Todoroki se unía. Él chico se sentaba sobre sus hombros y de algún lado, sacaba una , metralleta de agua. También se llegaban a unir la rubí explosiva y la verdura. Bakugo lanzaba a Deku contra Endeavor mientras Eco le gritaba a Bakugo que planta era poco eficaz contr fuego.
Volviendo a la realidad, Eco cargaba a dos niños preciosos, en realidad era una chica y un chico, siendo la primera la mayor por dos minutos.
- Estoy viendo que, cuando sea mayor, Keico le dirá su hermano que, aunque haya sido hermana única por dos minutos, fueron los mejores de su vida.
- Vamos, Gavin es un niño monísimo, no se quién lo odiaría.
- Yo lo haré como no se duerma. - dijo moviéndolo suavemente.
Keigo la miró y empezó a tararear una canción.
Estrellita donde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás
Eco sonrío, adoraba esa canción, su padre se la solía cantar.
- Muchas gracias, Keigo.
- De nada, Eco.
Nota de autora: instagram: i.like.reed900 o a mi cuenta de arte: eco_reed_oficial.
