Las rupturas lo complican todo

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Casa de Gabriela y Hayley
11:00 a.m.

La puerta principal era aporreada una tras otra vez de manera incesante. Gabriela y Hayley estaban a punto de levantarse pues estaban en sábado y aprovechaban para dormir un rato más.

Por ello mismo que las despertasen de aquella manera provocaba que ambas se levantasen como dos furias. Al mismo tiempo cogieron sus almohadas de dormir, salieron de sus respectivas habitaciones, bajaron a pisotones las escaleras y nada más abrieron la puerta lazaron a la persona o personas que provocaban aquel ruido las almohadas a la cara.

- ¿¡Qué narices queréis pareja de idiotas sobrevalorados?! -Gritó furiosa Hayley a punto de ir a darle una paliza a Michael, quien fulminaba con la mirada a Jackie al igual que esta a él.

-Hayley, necesito hablar contigo. -Habló él.

-Como si ahora me importase lo que necesites o no.

-Gabbie, necesito momento de chicas.

-Pues muy bien, Jackie, busca a una de tus amiguitas para eso. Quiero estar tranquila un rato, ¿sabes? Necesito dormir.

-Lo último que necesitamos ahora es escuchar vuestros pitos de voz para empezar de mejor manera la mañana. -Cortó Hayley. -Así que si nos disculpáis, que me importa tres mierdas en realidad sino lo hacéis, os voy a cerrar la puerta en las narices y nos vamos a ir a preparar el desayuno.

- ¡Espera! ¡Necesitamos hablar porque hemos roto! -Pidió Jackie a voz de grito. La puerta, aunque estaba apunto de ser cerrada, fue abierta de golpe dejando ver a una cotilla Gabriela con ganas de saber lo que había pasado y una cansada Hayley dándose cabezazos contra la pared.

- ¿Qué ha hecho ahora Kelso? -Preguntó Gabriela. Aquella fue la alarma para Jackie así que la cogió de la muñeca y la arrastró a su cuarto.

Antes de cerrar la puerta de un sitio que ni le pertenecía, gritó:

- ¡Luego hablo contigo, Hayley!

- ¡Por mí como si te quieres arrancar las cuerdas vocales, me da exactamente igual! No pienso hacerte caso. Mucho menos te voy a permitir entrar a mi cuarto, ni muerta.

-Vamos, Hayley. -Acotó Kelso intentando hacer lo mismo que su ahora ex pareja aunque sin mucho éxito pues acabó siendo golpeado contra la puerta por fin cerrada.

-Como intentes tocarme un solo pelo, estás muerto.

Michael asintió tragando saliva, la chica seguía dándole miedo.

Cuando las dos chicas estuvieron cómodamente tumbadas en la cama de Gabriela la peli castaña decidió comenzar a narrar el relato de lo sucedido para su ruptura:

-Esta mañana Michael y yo habíamos ido a ver a Eric para que Michael pudiese coger algo suyo prestado, no me acuerdo el qué. Sinceramente, ni lo escuché. Entonces me puse a hablar con la señora Forman y como Michael no volvía fui a buscarlo. Pero al final lo encontré en una furgoneta que desconocía totalmente junto a Laurie, la hermana de Eric. ¡Se estaban morreando! ¡En ese asqueroso cachivache con ruedas!

- ¿¡Qué?! Entonces... ¿¡Kelso te ha engañado con Laurie?! -Gritó sorprendida Gabriela. -Que fuerte... Te diría que lo siento pero sabiendo como es Kelso la verdad es que ahora no me sorprende tanto.

- ¿¡Cómo que no te sorprende?! -Chilló dolida Jackie. - ¡Hubiera sido mejor ir con Hayley! Ella le habría dado una paliza sin pedir mucho a cambio.

- ¡Nunca haré nada por ti, cotorra! -Se oyó la voz de Hayley desde el otro lado de la pared pues ahí se encuentra su cuarto. - ¡Deja de chillar de una vez, que quiero tener mis tímpanos sanos cuando tenga ochenta años!

-Oye... Hayley... -Llamó Kelso sentado en la silla del escritorio sin poder moverse. -Prometo no hacer nada. ¿Me puedes desatar? Estoy comenzando a dejar de sentir la sangre circular.

-Ni en mi peor pesadilla. -Tras colocarse mirando hacia el techo comenzó a jugar lanzando un peluche dirección al techo. - ¿Y bien? ¿Qué me ibas a contar? ¿Lo que ha gritado Jackie de que te has enrollado con la amadísima hermana de Eric en la caravana de tu tío?

-Ya no es la caravana de mi tío, es mía. Me la ha regalado.

-Eso me da exactamente igual, aunque toda esta historieta de noviazgos de quinceañeras tampoco es que me importe mucho.

- ¡Pero no es que la haya engañado! -Se defendió Kelso de una acusación que en ningún momento fue dicha por la morena. - ¡Simplemente Laurie entró en la furgo, me besó y una cosa llevó a la otra!

-Michael, las cosas de sexo con tus colegas. Esos gilipollas estarán súper contentos de escucharte, porque nunca van a mojar un palo al agua. -Confesó Hayley. -Ale, a arreglar vuestros tontos problemas de pareja a un psicólogo que a Gabriela y a mí nos importa bien poco que os hayáis engañado. Venga, adiós.

Así es como Jackie y Kelso fueron echados a patadas literalmente del preciado hogar de aquel par de chicas.

Aquellos maravillosos 70... Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora