Celos presentes, mal agüero

77 10 29
                                    

Discoteca Point Place
22:00 p.m.

El día de hoy el grupo había decidido irse de fiesta para poder intentar calmar las cosas entre Hayley y Hyde y hacerles sentir mejor. Jackie hasta quería intentar que ellos dos comenzasen a salir de una maldita vez gracias a los millones de planes que su cabeza comenzaba a planificar. Todos uno detrás de otro. La cabeza de la chica era como un ordenador, descartaba y eliminaba los planes que no tendrían mucho éxito y almacenaba los que tendrían muy buenos resultados.

-Estás muy guapa hoy, Hayley. -La morena sonrió a Kelso, sabía que lo decía porque intentaba animarla.

-Muchas gracias, Michael. Tú tampoco te quedas atrás. -Optó por devolverle el cumplido pensando que el día de hoy se encontraba más amable.

Mala idea.

-Yo siempre me veo bien, muy bien. Es como si todo brillase a mi alrededor. Tengo un aura de color dorado con purpurina que atrae a la gente gracias a mi preciosa cara. -Hayley volvió a poner su inexpresivo rostro. -Aunque me alegra oír eso de ti. Si quieres hoy podemos...

-Corta, Kelso. -Aquella fue la alarma para el peli castaño. Este siguió al lado de su amiga pero sin hacer nada raro por miedo al cómo podía acabar saliendo. -Oye... Gracias por todo.

- ¿Por qué? ¿Por alumbrar tus... Digo, eh... Qué? -La amenazadora mirada de la Norman se volvió una cálida mientras reía.

-Tranquilo, no tengo muchas fuerzas para andar dando collejas a todo el que pille. -Confesó. -Gracias por haberme apoyado tanto con lo de Hyde.

-Está claro que te voy a apoyar, eres la primera persona que piensa en mí de manera tan... Bueno, no te la pasas burlándote de mí.

- ¿Ah, no? Creo que algo estoy haciendo mal. Tendré que aumentar el tiempo de burla.

-No, sí te burlas, no hagas nada innecesario. A lo que me refiero es a que eres la primera que me considera seriamente a pesar de que no soy alguien súper inteligente.

-Eso es una tontería. Eres mi amigo por quien y como eres, no porque me interese para unas cosas y para otras no. -Respondió ella y revolvió el pelo del chico. -No te preocupes, me tienes aquí. Aunque como vuelvas a hacer lo mismo que el día en que rompiste con Jackie te corto los huevos.

-Juro no volver a hacerlo.

Al mismo tiempo un enfadado Steven miraba como la chica con la que había tenido otra discusión el día de ayer reía ampliamente junto al idiota que le declaró la guerra en la biblioteca. Ni siquiera quería entrar en una... ¿No?

-Deberías de hacer algo hoy, Hyde. -Confesó Eric a su lado, agarrando de la mano a su feliz novia que miraba amenazadoramente al pelo afro. -Pero no cagarla más. Ni yo lo hago tan mal como tú... Y eso es mucho hablar.

-Ni se te ocurra volver a decirle nada dañino o que la haga llorar porque juro que ni yo me contendré y no responderé ante mis ofensivos actos. -Amenazó Gabriela dando golpecitos en el pecho de Hyde. Eric la miró fascinado. -Haz a mi amiga feliz de una maldita vez o déjala ser feliz estando separada de ti.

-No pienso dañarla nunca más. -Susurró Hyde viendo como ella se le quedaba mirando como deseando acercársele pero optaba por entrar a la discoteca. -Ya no más.

Un rato después

Hayley comenzaba a hartarse de tener que soportar a aquel borracho Kelso que intentaba de manosearla siempre que encontraba oportunidad. Deseaba partirle la cara de un puñetazo pero se contenía por los guardias que vigilaban todo dentro.

-Oye... Hayley... -La llamó el alcoholizado chico para muy su pesar. - ¿Quieres... ? -Un hipido lo interrumpió. - ¿Quieres acostarte conmigo?

- ¿Pero qué gilipolleces dices?

-Los dos estamos solteros, solos. ¡Nos han partido en el corazón en trocitos! Así que... ¿Qué hay de malo en que queramos hacerlo?

-Está mal que pienses que de verdad haría algo así contigo. -Contestó con las venas hinchadas.

Si seguía así le iban a importar bien poco los de seguridad.

- ¡Venga, deja de ser tan tímida! -Antes de que pudiese tirársele encima una mano le dio la vuelto y soltó un puñetazo en su mejilla derecha.

Hayley miró sorprendida al chico que había hecho aquello.

- ¡Ni se te ocurra volver a tocarla así, cara burro! -Advirtió Hyde antes de coger de la mano con suavidad a Hayley y llevársela con él.

- ¿Pero qué coño ha sido eso? -Hayley interrumpió los pasos de ambos al estar fuera de aquel antro. - ¿Pero de qué vas? ¿Tengo que recordarte nuestra última conversación?

- ¡Te estaba coqueteando! ¡Estaba a punto de meterte mano! -Fue su única defensa.

- ¡Ese es mi puto problema, no el tuyo! Tú mismo has decidido que no seamos nada así que no tienes derecho alguno a decirme lo que debo de hacer o no o a decidir sobre mi vida privada. ¡No tienes ni un maldito motivo para hacerlo!

- ¡Claro que tengo motivos! ¡Tantos que te sorprenderías!

- ¿¡Cuáles?! Trata de sorprenderme.

- ¡Básicamente que no es que no te quiera ni ninguna gilipollez de esas! ¡Estoy totalmente pillado por ti pero no quiero aceptarlo, ¿vale?! -Confesó Hyde sin darse cuenta. Hayley lo miró sorprendida ante su repentina confesión. - ¡Claro que tiene sentido que me ponga celoso cuando un tío te trata de hacer cosas que no me atrevo a hacerte! ¡Tiene sentido que sienta rabia al ver a Kelso de esa manera contigo!

- ¿Por qué ahora?

-Porque soy un maldito cobarde. -El chico, quien había decidido no llevar gafas aquel día, miró directamente a los ojos caramelo de Hayley. -Pero ya no me voy a echar para atrás, nunca más. Puede que sea la peor manera de hacerlo pero te confieso todo lo que siento.

-Esta vez soy yo quien no te va a responder todavía. ¿Lo sabes, no, idiota? -Avisó ella aguantando las ganas de saltar a abrazarlo.

Hyde sonrió mientras acariciaba la mejilla de la chica.

-No esperaba menos de la chica que me vuelve loco.

Aquellos maravillosos 70... Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora