Una última discusión

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Patio del Instituto
Point Place
11:15 a.m.

-Así que la única pareja que queda por hacer en el grupo sois Hyde y tú... -Habló Jackie viendo como la nueva pareja enseñaba abiertamente su amor ante todo aquel que pasease por allí. -Puaj, me alegro por Gabbie pero ver así a Eric me dan náuseas.

-No eres a la única. -Confesó Hayley aún tranquila hasta que los chicos se acercaron a ellas y sus ojos se encontraron con los azules grisáceos escondidos tras aquellas tontas gafas de Sol. -Creo que está comenzando a oler un poco a mierda aquí.

-Perdona, Hayley, es que ayer no me dio tiempo a ducharme y... -Comenzó a excusarse Fez.

La morena, con una mueca de asco, lanzó a Fez el batido de fresa que se iba a beber la rubia que ahora se encontraba cómodamente jugueteando con los cabellos de su novio.

-Dan asco. -Confesó Hyde viendo a aquel par.

-Tú igual y por mala suerte no puedo echarte de aquí. -Atacó Hayley.

Antes de que ambos comenzasen una discusión llena de reproches en la que ambas partes acabarían muy mal (Hyde con la cara partida y Hayley con ganas de llorar como en la fiesta de pijamas que tuvo con sus amigas) una voz de mujer cortó aquel momento.

-Hyde... Aquí estabas. Y yo buscándote preocupada por todo el instituto creyendo que me habías dejado para irte con otra... Oh, hola. -Saludó una chica rubia con aspecto de pertenecer al equipo de animadoras.

Otra nueva chica desde que Hayley se confesó.

-Eres de lo peor. -Dijo Jackie ofendida por las acciones de Hyde, aunque este no le tomó mucha importancia. Por alguna razón a la que él no quería poner nombre no podía apartar su mirada de la morena para ver su reacción. Esta se encontraba apretando sus puños.

-Hyde, esto es pasarte. -Apoyó Donna.

-En mi país diríamos que eres todo un perro rastrero de mierda que merece ser sepultado en la plaza. -Habló Fez.

- ¿Pero qué... ? -La recién llegada fue a defender a Hyde aunque no sabía porqué pero Hayley agarró con fuerza al chico y se lo llevó a rastras a otro lado muy apartado de ellos.

Ella tenía mucha más fuerza así que Steven dejó de intentar soltarse. ¿Para qué gastar fuerzas de manera innecesaria?

-Escucha, Norman. No tengo porqué dar-. -Un derechazo dado por la chica acalló a Hyde.

La chica estaba llorando otra vez por su culpa.

-Me das tanto asco... ¿Cómo decidí creer en tus palabras? -Comenzó a atacar verbalmente. -Nunca debí haber confiado en ti, en esa estúpida promesa de que no me dejarías sola o no sé qué más mierdas vacías soltaste cuando te confesé mi vida. ¿Enamorarme de ti? ¿Esto es una jodida broma? Estoy deseando nunca haberte conocido o haber permanecido siempre pensando que eras un asqueroso pervertido que no merecía mi tiempo. ¡Y acabo enamorándome de ti!

-Hayley... -Intentó llamar su atención el algo adolorido rubio.

- ¡Me importa tres mierdas lo que me quieras decir ahora, Hyde! -Aclaró la Norman ya harta de todo aquello. De la situación entre ambos y de lo que la hacía sentir todo ello, continuamente. - ¡Estoy hasta las narices de todo esto! Te confieso que me gustas tragándome todo mi orgullo y todas esas inseguridades que sabes perfectamente que tengo y lo único que haces es un ruido, un puto sonidito de mierda, mientras fumas y decides darle más atención a otras chicas que van meneando su culo o a saber lo que miras porque esas estúpidas gafas no me dejan saberlo en realidad. Luego decides decirme que no sabes lo que sientes, que necesitas tiempo. Durante ese "tiempo" te veo con una chica cualquiera cuando me he recorrido todo el puto pueblo para poder comprarte un buen regalo de cumpleaños a pesar de todo y gastarme más dinero en ti en un día que en mí durante toda mi vida. Después volvemos a pelear y no nos hablamos hasta que vuelves a aparecer con tus santos cojones con otra chica nueva como si nada. ¿¡Pero de qué coño vas?!

-Yo... -Hayley nunca pudo describir mejor la situación entre ambos. - ¡No sé qué narices hacer o pensar! Esto nunca... Nunca me había pasado.

- ¿Ahora quieres que me sienta peor conmigo misma por exigirte lo que cualquiera pediría en mi lugar por esa cobarde razón? -Exclamó riendo irónica. -Es que eres... ¡Da gracias a que sigo como una idiota aquí esperando que me contestes de una puñetera vez! Otra te habría dado largas hace mucho.

-Hayley...

- ¡Deja de fingir que soy la loca de los dos! -Gritó. -No vas a lograr que deje de exigir. No vas a lograr cambiar mi manera de ser tan plasta ni tampoco vas a pisotearme.

- ¡Pero que... Nunca te he pisoteado! He soportado todos tus reclamos, tus tan buenas exigencias, que me golpees como hace unos segundos y que trates de hacerme cambiar como te de la real gana. ¡No eres la única que lo pasa mal aquí!

- ¡Ni tú tampoco eres la única víctima en este puto mundo, Hyde! -Hayley, antes de hablar, sopesó sus siguientes palabras. -Puedo entender muchas cosas debido a tu manera de ser o por todas las mierdas que has pasado pero no eres el único que carga con piedras en su espalda, todos nosotros tenemos una mochila con una bonita decoración. Solo te estoy pidiendo que me digas cómo te sientes sinceramente hacia mí, no que aceptes ser mi marido y padre de mis hijos.

-Tú... Yo sobre ti...

Hayley suspiró.

-Está bien. Veo que nunca lograré nada. Me rindo. -Confesó cansada. -No tienes que preocuparte que nunca más volveré a intentar nada. te dejaré ser feliz con tus rollitos de una noche. Aquí se acaba esto, Hyde, estoy cansada de ser la única que se esfuerza.

-Espera, Hayley. -Intentó detenerla sin mucho éxito alarmado ante sus palabras.

-Haber hecho algo antes. Adiós, Hyde.

Tras que ella volviese con todos entre sollozos y los demás la acabasen arropando con todo su cariño Hyde pegó una patada a la papelera que se encontraba a su lado, desparramando la basura por todo el suelo.

- ¡Joder! ¡Mierda!

Aquellos maravillosos 70... Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora