Eric Forman, la has vuelto a cagar

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Eric entra a la cocina de su casa medio alarmado por si había otra vez una serie de visitas no deseadas que comenzasen a meterse con él sin razón alguna. Al ver la cocina medio desierta, con únicamente sus padres allí, se asustó aún más.

- ¿Qué estás pasando? ¿Ha sido el Apocalipsis y me acabo de enterar?

-Ay, Eric, cariño no te preocupes. Tus amigos han llamado antes y han dicho que no iban a poder venir a por ti, aunque han dado tantas razones que no recuerdo ninguna.

-Oh, eso es... ¿Puede que estén pasando de mí? -Preguntó al darse cuenta del verdadero significado de "dar razones".

-Tiene sentido, eres muy gilipollas, gilipollas. -Ayudó a calmarlo Red. Eric lo miró emocionado, era la primera vez que su padre trataba de hacerle sonreír cuando se sentía mal. En un caso habitual ahora mismo Eric Forman estaría colgado al lado de la bandera ondeante de los Estados Unidos. -Como me sigas mirando así mi pie acabará en tu culo, inútil.

-Red. -Cortó Kitty las amenazas de su marido hacia su niño pequeño mimado, quien por cierto se encontraba ya harto de esos mimos. - ¿No tenías algo que decirle a Eric?

-Ah, sí. Riega las plantas.

-No, eso no.

-Lava el coche. Sin rallarlo, gilipollas.

-Eso tampoco.

-Haz los baños.

-Red...

-Ve a comprarme cerveza. Como me falte una sola te tiro todos los cachivaches de tu cuarto.

- ¡No son cachivaches, son figuras de acción!

-Perdona, tus muñecas.

- ¡Figuras de acción!

- ¡Red!

- ¿Qué más voy a querer decirle a esta bola idiota, Kitty? Solo haz todas las tareas de casa, Eric.

-Red, tenías que hablarle de la fiesta que van a hacer en tu trabajo. -Resaltó Kitty haciendo extraños movimientos con su cabeza, como si se la quisiese desenroscar del cuello y utilizarla como balón para echarse un partido de baloncesto en su patio. -Eric, tienes que traer a una chica contigo a la fiesta.

-Ve preparando el dinero, Kitty.

- ¡Red!

-Nadie va a querer ir con este tío gratuitamente. Tendremos que dejar tu nuevo sofá para otro momento y comprarle una novia falsa.

-Puedes invitar a Gabriela, la vecina. ¿Es amiga tuya, no? Por lo que he podido ver parece una chica muy mona y agradable. Puede que te haga ese favor.

- ¿Por qué una chica como ella iría a una fiesta de trabajo con un chico como Eric? Mejor pagamos a Hayley y que le de una buena paliza delante de todos. Podemos fingir que ella es nuestra hija en realidad y así sentirnos orgullosos por ptimera vez en nuestras vidas de la familia que tenemos.

- ¡Red, como no dejes de hablar ahora mismo juro que te tiro la televisión por la ventana! -Gritó histérica Kitty. Más tarde se repeinó el pelo lleno de laca y rio nerviosa. -Anda, Eric, ve a preguntarle a Gabriela.

-Pero mamá, no quiero molestarla. Además...

- ¡Que vayas!

- ¡Sí, señora! -Tras ello Eric se fue corriendo a la casa de enfrente.

-Como vuelva lloriqueando y se comporte como una quinceañera con el corazón roto lo doy en adopción. -Avisó Red antes de buscar una cerveza para poder pasar el día.

Aquellos maravillosos 70... Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora