Te quiero y no lo puedo evitar

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Casa de Hayley, Gabriela y Hyde
15:15 p.m.

-Steven. -El chico miró a Hayley mientras esta guardaba varios libros y cuadernos en la mochila que llevaba diariamente a clase. -Las chicas y yo vamos a ir a la biblioteca a estudiar. No sé cuándo volveremos. Si te entra hambre hay unos sándwiches que ha preparado Gab ayer por la noche. Ha dicho que si viene Eric que no le cierres la puerta en las narices y le dejes entrar.

- ¿Para qué? ¿Para que se ponga a mirar las bragas de Gabriela y trate de llevárselas a casa? -Hayley le tiró su estuche riendo. Hyde lo esquivó mientras la miraba divertido. - ¿¡Qué?! Sabes como es Forman, no hace falta que te avise.

-Eres un pervertido mal pensado, Steven. -Negó ella con la cabeza.

Ambos se quedaron en silencio mientras que solamente se escuchaba como Hayley cerraba la cremallera de su mochila.

-Bueno... Me voy yendo. -Dijo ella sin saber muy bien lo que debía de hacer en el tipo de situación en la que estaban.

Ella misma había decidido pagar a Hyde con un poco de su propia medicina pero hasta ella no sabía como acallar todo lo que sentía. Que el chico ahora viviese bajo el mismo techo y durmiese en la misma cama que ella no la ayudaba a poder mantener las distancias que necesitaba para poder cumplir su objetivo.

En cualquier momento cedería y aceptaría inmediatamente los sentimientos de Steven.

-Oye, Hayls. -Últimamente el chico había comenzado a llamarla de aquella manera tan cariñosa. Eso le gustaba mucho. -Cuando vuelvas... ¿Quieres que hagamos algo?

- ¿Hacer algo? Steven, ¿no te me estarás insinuando? -Preguntó ella divertida.

-No, so' burra. -Negó riendo. -Solamente me preguntaba si querías... Yo que sé, salir por ahí. Te tengo que dar caprichos después de haberte tratado como lo hice.

-Darme caprichos... -Repitió ella entre susurros y carcajadas. -Suena como si fuese tu mascota.

Hayley se colocó la mochila en los hombros, se acercó a Hyde y, para picarle un poco, besó su frente comiéndose toda la vergüenza que sentía en aquel momento.

-Bueno... Nos vemos. -Se despidió sin mirarle a la cara y se fue corriendo con las chicas, quienes la esperaban mientras cotilleaban sobre el cómo marchaba la relación de Gabriela y Eric.

- ¿Ya estás lista? -Preguntó Donna divertida al notar el estado de su morena amiga. - ¿Te has despedido apropiadamente de tu chico?

-Todavía no es mi chico. -Negó ella sonrojada.

-Todavía. -Recalcó guasona Jackie.

Las cuatro se fueron riendo hacia la biblioteca andando mientras un sonriente Hyde miraba como la chica que tantas complicaciones había traído a su vida  desde el día en el que ella le había pateado la espalda por simplemente, de la manera más inocente del mundo, él se había puesto no solo a cotillear sus cajas y cosas personales sino que se había puesto a juguetear con su ropa interior se iba riendo junto a su grupo de amigas.

La mirada de Hyde se dirigió a la mesilla de noche y, como nunca había sido invitado a la habitación de la Norman antes de que lo acogiesen en su dulce morada, no se dio cuenta del cambio que había sido llevado acabo allí. La foto en la que aparecían ella y su ex pareja, esa que tanto le había destrozado la vida, ya no se hallaba allí colocada. Desde que ella había comenzado a sentirse más agusto con esa nueva vida que se habían labrado había cogido la suficiente confianza en sí misma como para de verdad tirar aquel marco que guardó para recordarse el mal que hizo al aceptar estar con semejante persona por la ventana.

En su lugar se hallaba actualmente puesta la foto del día en el que Steven se mudó oficialmente a la casa de aquel par de chicas. En ella se les veía a los tres sonreír ampliamente mientras que se notaba bastante que Hyde se encontraba molestando a Hayley haciéndola cosquillas para que saliese mal en la foto y, tal y como dijo Gabriela, la muy jodida salía preciosa.

Hyde sonrió.

-Debería de decirle ya todo... -Murmuró mientras que su cabeza comenzaba a planear una buena estrategia para poder confesárselo todo a la peli morena.

Más tarde
Habitación de Hayley

- ¡Steven, por si acaso tu fumado cerebro no te permite darte cuenta ya hemos vuelto... O al menos yo, que Gab se ha quedado a cenar en casa de los Forman! -Avisó Hayley mientras tiraba su mochila a saber qué sitio (como habitualmente) y miraba confundida su vacío cuarto. - ¿Dónde se ha metido?

Nada más hizo aquella pregunta unas fuertes manos la hicieron chocar suavemente contra la cerrada puerta y unos labios se estamparon contra lo suyos. Cuando abrió los ojos asustada, sorprendida y confusa a punto de patear a la persona que se hubiese atrevido a tocarla sin su consentimiento, se encontró con los ojos azules grisáceos de Hyde, quien la miraba de manera guasona.

Se separó de ella lentamente y apoyó su frente en la de la chica.

-Bienvenida de vuelta, pequeña. -Saludó coquetamente.

- ¿Qué... ? -Por primera vez en la historia las defensas de Hayley Norman habían caído de tal manera que no podía ni defenderse ni pensar en una manera original para insultar a Hyde por culpa del susto que la había dado.

-Oh, ¿puedo proclamar esta como la primera victoria ante la gran Hayley Norman? -Preguntó el chico divertido aún si alejarse de ella.

- ¡Idiota! ¿A qué narices viene eso de besarme tan de repente?

-Eso es lo que hacen los novios, ¿cierto? -Hyde acogió a la chica de su cadera y la atrajo aún más hacia él. -Eso es lo que somo ahora. ¿Algún problema?

Hayley lo miró con el ceño fruncido y la cara totalmente acalorada. Rindiéndose, apartó la mirada.

-Cierra el pico, idiota.

Aquellos maravillosos 70... Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora