Capítulo 15: El rescate. (Parte uno)

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Leslie.

Absurdo diario.

Hoy fue un día bastante pesado. Hoy fue mi último día de clases en esa prepa, ahora significa que ya no lo volveré a ver, y hemos acabado muy mal, por un segundo destruyó toda las perspectivas que tenía de él, si tan sólo pudiera dejar de amarlo, pero no, mi amor hacia él es tan fuerte, que aún así cuando yo no esté en este mundo podré dejar de amarlo. Le desearé con todas mis fuerzas que nunca deje de ser quien es, el chico que me conquistó por su nobleza y valentía. Dudo que alguien lo pueda amar más que yo, de esta manera.

El atardecer se asomaba, y el horizonte se tiñó de un intenso arrebol.
Después de unos cuantos rezos y gotas de lágrimas caer, la familia de la abuela Lena daba su última despedida a ella, hasta que llegó el turno de Dolor.

─Adiós abuela ─dijo Dolor mirando a su abuela en aquel ataúd dorado─.
Siempre estarás en mi corazón, pues solamente bastará con recordarte.
Te amo abuela. Perdoname, por ponerte en ese estúpido contrato.

...

Al llegar a casa, se fueron a dormir a sus habitaciones.

La Luna era perfecta, pero Dolor no podía con sus pensamientos, lo de Leslie, lo de la abuela, lo de Tobi, sus pesadillas, sus calificaciones y lo de el contrato lo tenían demasiado perturbado.

Trató de dormir y nisiquiera lo logró por su propio esfuerzo, había prometido que ya no volvería a tomar pastillas para dormir, pero esa noche sí o sí, tenía que romper su promesa. Fue a la cocina sin que nadie lo notara, la única testigo esa noche, sería Deza, buscó como un loco por todos los cajones, pero con algo de sutilidad, hasta que por fin encontró aquel frasco verde de pastillas para conciliar el sueño, destapó el frasco, tomó un vaso de agua y tragó dos pastillas, escuchandose entre las penumbras de la noche, aquella sensación producida de cuando tragas algo.

De pronto empezó a sentir poco a poco la debilidad de su cuerpo, se empezaba a sentir agotado y sus ojos empezaban a pestañear, pero antes, puso algo de música, para aquella noche le venía bien Old friends de Coldplay...

( Tony was a friend of mine, we were together all the time
he had my back, once he really saved my life
sometimes, i wanna call him, say hey and stay up til morning... 🎶 )

Se recostó en su cama junto a Deza, el techo giraba, al igual que su cabeza, tenía que hacer su último acto antes de caer profundamente dormido:

Tee amoo😢...

Escribió en un mensaje de texto y se lo envió a Leslie, tal vez ya no estaba lo suficientemente consciente para darse cuenta de lo que estaba haciendo, pero lo que sí sabía es que lo que sentía era verdadero.
Su cabeza giraba y giraba y...

Dolor cayó en un profundo sueño, un sueño donde recordaba todo lo que había sucedido hace tres años y se dio cuenta de que aquellas voces que lo acosaban todo el tiempo, hasta dejarlo sin respiración, provenían de ese lugar, Dolor conmovido ante aquella situación y al ver como aquella estrella violeta se sumergía en la agonía, este despertó y se dio cuenta de todo lo que sucedía, Dolor ahora sabía la respuesta.

A la mañana siguiente sonó la alarma, vaya suerte, ya era sabado.

El señor Wilde abrió la puerta de la habitación de Dolor, bruscamente.

─Josh puedes tocar la puerta antes de entrar por favor ─le pidió Dolor molesto.

Pero Dolor de pronto se quedó sin habla, cuando observó a su padre
vestido de una manera muy extraña, parecía un ninja, y llevaba dos botellas de yogurth bebibles en las manos.

─¿Estas listo hijo? ─preguntó con algo de exaltación.

─No tengo ni la más remota idea de por qué estas vestido de esta manera, pero me asusta.

─Pues agarrate para lo que viene, creí que lo recordabas, hoy es el día del rescate de Tobi.

Dolor se paró de la cama de un brinco, tomó un yogurth bebible, se puso una sudadera, y sonrió sutilmente.

Ya estando los dos fuera de la casa de aquel señor, llamado Isaias.
Escondidos entre los arbustos, cuidando del perro endemoniado que tenía, observaban con unos binoculares la casa del señor.

Seguramente se preguntarán, ¿y por qué no ir hasta la puerta de su casa y preguntarle desentemente por Tobi, o bien si las cosas se ponían difíciles llegar a un acuerdo?,
Pues verás, este era el típico señor malhumorado, que no te devolvía los balones que entraban a su casa, y que si notaba tu presencia cerca de su casa, te echaba a correr con un palo entre sus manos. A este señor, como podrás imaginar, no le gustaba para nada socializar, no hablaba con nadie y si alguien lo saludaba, no contestaba y te daba la peor de sus caras con gestos de desagrado, lo bueno Dolor no terminó de esa manera ¡ja, ja, ja!

─¿Y ahora cuál es el plan? ─preguntó Dolor nervioso.

─Mira, voy a aventar este pedazo de carne muy muy lejos, y cuando veamos que el perro vaya por él, nos echamos a correr hacía la cochera.

─¿Desde a qué hora traes ese pedazo de carne?, bueno no lo quiero saber. ¿Y si nos ven?

─Si lo hacemos bien, no tienen por qué vernos.

─A la cuenta de 5.

─5

─4

─3

─2

─¡1!

Joseph aventó el pedazo de carne lo más lejos que pudo, cuidando que la carne haya sido vista por el perro. Y así fue, mientras el perro se distrajo, Dolor y Josh se echaron a correr con todo hasta esconderse por la cochera.

─¿Ahora?

─Hay que entrar por la ventana ─dijo Joseph decidido.

─Espera, creo que va a salir.

Para fortuna de ellos, observaron por la ventana que el señor Isaias iba a salir de su casa, al parecer iba al supermercado, que quedaba a dos cuadras de ahí, lo supo por las bolsas de cartón para supermercado que llevaba con el logotipo de "Soriana".

En cuanto el señor salió, Joseph y Dolor aprovecharon la oportunidad para meterse a la casa de aquel hombre, tuvieron que meterse por la ventana, batallaron mucho, pues apenas y lograba caber el señor Wilde con algo de esfuerzo, por suerte la ventana era estrecha y no tenía protección alguna.
Al entrar se dieron una grata sorpresa, pues la casa de este señor estaba super ordenada, cada recipiente llevaba el nombre de lo que contenía, ordenadas por letras alfabéticas, los trastes; del más chico al más grande, los sillones perfectamente alineados, ni una peluza, ni un poco de polvo o tierra en los muebles, todo perfectamente reluciente. Tanto, que daba miedo. Tenía muchas decoraciones exóticas de cabezas de animales; gatos, renos, conejos, ardillas, perros... ni pensar que por fuera parecía una casa normal.
Era una casa muy extrabagante y excéntrica por dentro, pero lo que más llamaba la atención, era un enorme librero que se encontraba al final de un pasillo, el señor Wilde y Dolor no pudieron evitar su curiosidad y fueron a verlo, pero más asombrados quedaron cuando se dieron cuenta de que todos esos libros, más de 3 mil libros, trataban sobre animales.

DOLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora