Capítulo 17: El regreso de Dolor a la estrella.

6 1 0
                                    


Bajo un cielo lleno de estrellas se encontraba, y tal como él recordaba, dejó salir sus sentimientos y buscó en él, el sentimiento más profundo y fuerte de su corazón, y al ritmo de sus latidos se dejó llevar, sintió como la suave brisa recorría sus mejillas, como se liberaba de lo que para él era su pesado cuerpo, y de pronto sintió una sensación de angustia y de miedo,  al abrir sus ojos todo cambió de matiz, se dio cuenta de que se encontraba en el mismo lugar donde estuvo hace tres años, pero esta vez era de una forma diferente, más oscura, más horrenda, aquel maravilloso paraíso, se estaba pudriendo, las plantas estaban secas y marchitas, el corazón de Dolor se estremeció al ver tanta agonía, siguió caminando por aquel lugar, hasta que cerca de un río sin agua se encontraba un pequeño árbol de pocas hojas verdes, ya que cada una de sus hojas se hiba desplendiendo de él y tomando un color amarillento, Dolor sabía que ese no era un árbol cualquiera, era su árbol favorito, su amigo, su viejo amigo.
En cuanto lo reconoció, corrió hacía él, y lo abrazó fuertemente y desesperadamente.

─Dolor regresaste ─dijo débilmente el árbol─. Estoy apunto de morir.

─¡Nooo!, no me digas eso, no podría soportarlo ─dijo Dolor entre sollozos.

─Tranquilo, no llores, tú eres más fuerte de lo que crees.

─Perdoname por llegar tan tarde, ¿qué es lo que ha sucedió en este lugar?

─Tú no tienes la culpa de lo que sucedió, tarde o temprano sucedería. Llegó nuestro fin, Corazón a muerto, la maldad la ha destruido. Ahora todos estamos muriendo, ella era nuestro corazón y la estrella pronto caerá.

Dolor limpió sus lágrimas y dijo:

─¿A que te refieres con que la maldad la destruyó?

─Como todas las cosas, si existe el bien, existe el mal. Una especie de energía negativa la atacó, al parecer un demonio, no sabemos cómo supo de nuestra existencia.

─¡Claro, el maldito contrato! ─a Dolor se le nublaron sus ojos y empezó a llorar del coraje─. ¡Me odio, soy un maldito infeliz!, ¡yo soy el culpable de todo!

─¿De qué hablas? ─preguntó el árbol confuso en plena agonía.

─Yo lo negocié todo, ¿y todo para qué? Por mi misarable vida, por seguir viviendo, todos a los que puse en el contrato mueren a cambio de obtener más vida, ya fué mi abuela, ahora ustedes, ¿es que no lo entiendes? ¡soy un asco! ─Dolor se sentía roto.

─No grites, pueden oirte. Has cambiado el destino del mundo entero con lo que hiciste, lo siento mucho, pagaras muy caro todo esto.

─Perdoname, te lo ruego, ¿qué es lo que puedo hacer para ayudarlos? haré todo, hasta lo que no sea posible. Una vez ustedes le sacaron el brillo a mi vida, y yo sacaré de nuevo el brillo a la estrella, se los prometo, por favor no me abandonen.

─No llores más, estoy seguro de que sí, ¿y sabes una cosa? te perdono, te perdono porque te quiero, y porque eres un adolescente perdido en sus dudas y porque el amor siempre será más fuerte que el mal y que el dolor ─dijo cada vez más débil el árbol─. Por nosotros ya no hay nada qué hacer, pero por nuestras semillas y raíces sí, en ellas esta nuestra magia, tienes que llevarlos a un lugar más grande e idestructible; la luna. Ahí sembrarás nuestras semillas y raíces, absolutamente todas, pero hazlo con amor, y en cada una de ellas pon una lágrima tuya, para que así puedas darles vida y crezcan con gracia y amor, y a su vez cuando crezcan puedan seguir ayudando y cambiando la vida de adolescentes que sufren, así como una vez te ayudamos a tí. Promete que esta vez no revelaras nuestra existencia a nadie.

─Así lo haré, lo prometo ─contestó Dolor─. Les prometo que nunca nadie más va a sufrir.

─Tienes que sacarnos las raíces y semillas a todos antes de que la estrella caiga, para que puedas sembrarlas en la luna, según mis cuentas, falta una semana para que la estrella muera para siempre. Necesitas apurarte, no será nada fácil.

─¿Y cómo le hago para obtener sus semillas? ─preguntó Dolor asustado.

El árbol se arrancó un gran trozo de él, él más filozo tronco y se lo ofreció a Dolor.

El árbol gritó de dolor:

─¡Aaahhhhrrrr!

─¿Qué es lo que haces? ─preguntó Dolor exaltado y confuso.

─Toma, con esto podras sacarnos las semillas y quitarnos las raíces.

─¿Estas loco?, eso les va a doler, porque ustedes sienten como los humanos, ¿no?, tendría que asesinar a todos los que aún siguen con vida.

─De todos modos moriremos, y si no te apresuras el tiempo se puede agotar.

─Me va a costar mucho, además sufriré al verlos morir.

─No lo veas como asesinato, lo único que harás es salvar a nuestras raíces y magia.

Todas las plantas que se encontraban cerca ya resignadas a su fatal destino le suplicaron a Dolor que lo hiciera.

Mientras algunas otras les tapaban los ojos a las plantas más pequeñas de la estrella, pera que hací no vieran tal situación tan destrozante.

Dolor tomó el tronco tratando de finjir valor, aunque en ese momento no tuviera ni una gota de ello, el brazo que sostenía aquel tronco le temblaba.

─¡Hazlo Dolor, confiamos en tí!

─Te amamos, cuida de nuestras raíces ─imploró una margarita.

Dolor ahora sabía lo que tenía que hacer y se armó de fuerzas y de valor.
Encajó la estaca en cada una de las plantas, flores, árboles, y los horripilantes gritos que emitían no lo detuvieron.
Fue una escena desgarradora, pero ya no había marcha atrás.
Pasaron tres días, y Dolor estaba tan cansado de machacar plantas, al fin había terminado de acabar con todos los habitantes de la estrella, pero con el que más le costó trabajo, fue con su primer amigo, es decir, con su amigo el árbol. Al destrozarlo, se dio cuenta de que en el tronco que le había ofrecido, el árbol tenía escrito su nombre, ese nombre que su amigo el árbol nunca le quizo decir por vergüenza, su nombre era "Flower".
Dolor muy triste le confesó a los restos del árbol:

─Mi nombre es Dolores y no me gusta para nada, prefiero el diminutivo "Dolor" ─mientras miles de gotas de lágrimas y sudor  resbalaban sobre su rostro.

Dolor tenía tanta hambre, al igual que Deza, y no les quedó más que comerse los restos de los habitantes, aunque para Deza, eran un manjar, a Dolor aún le costaba comerlos.

Dolor siempre iba a guardar en lo más profundo de su corazón a sus primeros e infinitos amigos que le ayudaron a ser feliz y que sobre todo le dieron un espacio de amor y cariño, y entre todos ellos; Corazón y Flower, que se volvieron parte de él.
Tantos recuerdos y ahora tenía que dejarlos ir, aunque se escuche tan fácil, pero realmente para él, era una situación bastante difícil.

─"Gracias corazón, nunca olvidaré tus dulces risas, tus palabras que me hacían ver todo mágico y divertido, y ese color violeta de tus hermosos ojos que reflejaban la alegría de tu alma, y gracias a todos los habitantes de esta estrella que me enseñaron a abrir las puertas de mi corazón.
Yo también los amo y amaré por siempre".

A veces nunca sabes cuánto tiempo puede permanecer alguien a tu lado, pero los momentos que compartiste con esa persona siempre serán infinitos, y cuando se va o te vas, todo pasa en un segundo, y el olvido, toma todas las fuerzas de tí.

Dolor no podía contener toda esa tristeza que sentía dentro, le dolía tanto, pero sabía que en algún lugar ellos estarían para desearle lo mejor, porque entre todas las imposibilidades del universo, en esa estrella, todo era posible.

Ahora, entre todas las cuestiones, la más importante era cómo le hiba a hacer para transladarse con las semillas y ramas a la luna.

En aquel triste y melancólico ambiente, la única compañía de Dolor, era la pequeña Deza, que no hacía más que brincar de un lado para otro.

DOLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora