Capítulo 18: La luna.

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Dolor se sentía demaciado débil.

─Ven acá Deza ─dijo Dolor tomando a Deza entre los brazos y recostandose en la estrella, observando lo inmenso que era el espacio, todo era un millón de veces mejor de lo que lo decían los libros de astronomía.

Dolor cerró los ojos y se durmió un ratito.

Poco después, una luz de gran densidad se asomaba entre sus ojos y a lo largo de algunos minutos pudo ver una hermosa unicornio, de pelaje blanco, de ojos azules, y un enorme cuerno en la frente color oro, llevaba unas enormes alas que se sacudian de un lado a otro, encima del lomo traía un saco grande de tela. Fue una verdadera epifanía.

Dolor quedó boquiabierto.

─Hola ─lo saludó la unicornio entre rebuznos, pero con una voz angelical.

─Hola ─contestó Dolor asustado y confundido.

─Debes apresurarte, subete en mi lomo, y pon las semillas y todo lo que tengas que llevar en el costal. Viajaremos a la Luna.

Dolor sonrió e hizo lo que tenía que hacer.

Dolor viajó por el espacio, y todo era precioso, cada astro, cada estrella, la extensión del universo era perfecta, todo era  magnífico.

─¡Wooohhh! ─gritaba Dolor de admiración.

Al llegar a la luna, Dolor se bajó junto con el costal.

─¡Suerte pequeño! ─le dijo la unicornio a Dolor.

─Un momento, ¿Cómo te llamas?

─Me dicen la chuchis.

─Eres tú, Flower me contó de tí, y yo tan torpe no le creí.

─Tengo que irme.

─Espera... él te amaba.

─Gracias, te lo agradezco mucho pequeño, él era tan...

A la unicornio se le escapó una lágrima muy grande y brillante.

─¡Oh!, por favor no llores. Aunque tus lágrimas sean las más preciosas que haya visto, no creo que valga la pena sacarlas.
Estoy seguro que él siempre te cuidará y te amará desde donde quiera que esté.

─Me hubiera gustado estar ahí para él cuando más me necesitaba.

─Todos cometemos errores y lo mejor que podemos hacer es aprender de ellos.

─Gracias humano
─dijo la unicornio dandole un tierno beso en la frente a Dolor.

La unicornio se retiró volando con sus bellas alas.

En ese momento Dolor recordó a Leslie:

─También estoy seguro, que donde quiera que yo y Leslie nos encontremos, nuestro amor será sempiterno.

─Manos a la obra ─se dijo.

Dolor empezó a plantar las semillas y las raíces con sus manos, mientras Deza lo seguía. Eran tantas que parecía que era imposible acabar.

─Nada es imposible ─se dijo con entusiasmo─.
Si yo pude ser feliz después de mi depresión, si una estrella me salvó, si fui capaz de hablar con plantas mágicas, si pude regresar de la muerte, si viajé encima de una unicornio hermosa por el espacio, y ahora me encuentro aquí, estoy seguro de que todo es posible, todo.

Pasaron tres días más, y ya había pasado una semana desde que viajó a la estrella.

Mientras tanto los padres de Dolor estaban muertos de la desesperación y la angustía. Dolor no aparecía por ninguna parte:

DOLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora