Capítulo 14: Quedate.

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Al día siguiente Dolor se levantó de su cama, nisiquiera podía verse al espejo, realmente se sentía mal, tenía tantos problemas que resolver pero nisiquiera sabía por dónde empezar, esta ves nisiquiera se arreglo para la prepa, fue al baño, se lavo la cara y se puso su sueter negro, y nisiquiera tenía un poco apetito.

─¿Hijo, quieres algo de desayunar?

─No papá.

─Recuera que hoy en la salida iré por tí, para ir con tu mamá y nos quedaremos en el velorio de tu abuela.

─Como tu digas.

El señor Wilde notó cierta agonía en Dolor pero prefirió dejarlo tranquilo y no preguntarle nada, conocía demaciado a Dolor, que sabía que si trataba de preguntarle algo, sólo se molestaría más.

Después de rato, Dolor llegó a la prepa.

─¡Hoolaa amigo! ─dijo Axel.

─Ahora no amigo ─dijo Dolor muy opacado.

─¿Estas bíen? ─preguntó Axel confuso.

─Realmente no.

─Pues no quiero ser inoportuno, pero la directora te mandó a llamar.

─Ahora qué quiere, tendré que ir a su oficina.

─Vamos, te acompaño.

...

─Pasa Dolor, pasa Axel ─dijo la directora con un tono serio─. Te ves muy mal Dolor, no te ofendas. Quiero decirte que por esta ocasión no llamaré a tus padres, porque sé que tú eres un chico muy inteligente y brillante, y que en menos de lo que me imagino te sabrás reponer de tus materias reprobadas, por lo cual te asignaré un examen la próxima semana de cada materia que hayas reprobado, si pasas los exámenes, pasas las materias. Axel, como sé que ustedes son muy unidos, espero que ayudes a Dolor a estudiar para sus examenes.
Eso es todo, se pueden retirar.

─Cuente con migo dire ─dijo Axel tratando de parecer servicial.

─Gracias ─debería de actuar más comprensiba con los demás. Sé que no soy el único que tiene ciertos problemas en casa que hacen que no pueda dar el cien por ciento a la escuela.

─Lo tomaré en cuenta. Ahora vayan a su salón que ya empezó la hora de clases.

Hace más falta humanos que opinen, que hagan escuchar su voz a lo que les parece injusto, que no cierren la boca ante una injusticia, sólo así seremos vistos, aquellos que no tenemos voz.

Pasaron las horas hasta que llegó el receso y Dolor fue hasta al asiento de Leslie.

─Leslie, necesitamos hablar por favor.

─No lo creo Dolor, ayer te fuiste dejandome sola sin importarte mis sentimientos.

─No pude con lo que me dijiste ayer, el hecho de no volver a verte me dolió bastante, y me seguirá doliendo.

─¿Y qué esperas que sienta yo?

─Perdoname, yo te amo ─Dolor sacó de su sueter una rosa roja y se la dio a Leslie.

─Tambíen te amo, la rosa es preciosa, pero sabes que me iré.

─No te vayas, quiero ayudarte.

─¿Ayudarme?, ¿Cómo?, no entiendes verdad, no hay cura para mí, he decidido respetar el mandato de Dios, no dejaré que me conecten a ningún aparato, quiero morir naturalmente y es mi última decisión.

A Dolor se le empezarón a salir algunas lágrimas.

─No, no me dejes. Yo sé cómo puedes vivir y acabar con tu enfermedad.

DOLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora